¿QUÉ ES NAVIDAD?

Navidad es una fiesta.


En toda fiesta podemos distinguir los siguientes elementos:

-Un motivo, aquello que se celebra.  Necesariamente será importante y valioso.

-Unos actos o ritos, con los que se celebra. En las fiestas de nuestra cultura los elementos  celebrativos suelen ser: la ropa de fiesta; la comida, mejor y más abundante; algunos símbolos relacionados con el motivo de la fiesta; reuniones y encuentros,  en casa o  en lugares especiales.

-El carácter comunitario: la fiesta no la celebra uno sólo, sino con todo el país, o la ciudad donde se vive, o al menos, el círculo familiar y de personas amigas. No hay fiesta en solitario.

-La fiesta es una necesidad del ser humano, que necesita el éx-tasis (la salida)  de la rutina de cada día.

Nos resulta necesario  crear tiempos, lugares y acciones especiales para realzar algún valor, algún motivo de alegría.

La fiesta es como “un alto” en el discurrir de la vida, donde la alegría, los grandes valores y la unión con los demás se viven más intensamente.

Aplicando lo  anterior a la Navidad, debemos tener en cuenta lo que sigue:

 a) La “primera celebración” de la Navidad que se conoce viene de hace más de 4000 años. Los antiguos celebraban el  25 de diciembre “La Fiesta del Sol Naciente y Vencedor”. 

Desde el 24 de junio (San Juan) hasta el 24 de diciembre (Navidad), los días se han ido acortando y alargándose las noches progresivamente. A partir de la noche del 24, solsticio de invierno, empieza a suceder lo contrario, se alargan los días y se reducen las noches.

Los antiguos vieron en esto la lucha del Sol  contra la Tiniebla. Vieron la guerra de  la “luz” (símbolo de la vida, del conocimiento, del bien y del amor), contra “la oscuridad” (símbolo de la muerte, de la ignorancia y de la ausencia del amor). Justamente, el Sol sale de esta guerra en la noche del 24 de diciembre como vencedor: Fiesta del Sol Invicto, es el nombre que los romanos dieron a esta fiesta.

 La Navidad, pues, desde los tiempos más remotos,  es una fiesta inserta en los ritmos de la Naturaleza y consiste en la celebración de la vida y de lo que alienta e impulsa la vida: el conocimiento y el amor.

b) Con la llegada del cristianismo, la fiesta adquiere una orientación nueva. Para el cristiano el verdadero Sol que ilumina e impulsa la vida es Cristo. Él es el creador del Universo y de  la vida. Él  venció la muerte y nos ofrece su vida nueva de resucitado. Él llena la vida de sentido y de los valores que realmente alimentan y engrandecen al hombre.

 No sabemos el día en que nació Jesús, pero ha parecido oportuno celebrarle el “cumpleaños”, el “natalicio”, el día en que cada año el sol empieza  a crecer y a alargarse las horas de luz. Y así, en vez de ser esta fiesta “la del Sol Invicto”, se ha convertido en NAVIDAD, en la fiesta del Nacimiento de Cristo.

 Celebrar la Navidad es a la vez todo esto:

* Reconocer que en  nuestra vida hay “oscuridad”, “dolor” y “muerte”, que nos acechan de continuo. Reconocer que estamos en lucha contra ellos, pero que al fin, la muerte es más fuerte que nosotros.

* Navidad es celebrar, desde la fe, que Dios haya querido “hacerse hombre”, entrar en nuestra realidad y hacerla suya para “salvarla”; es decir, para liberarla de la “tiniebla” que la envuelve: el dolor, toda clase de males y, sobre todo, la muerte.

Decir Navidad es tanto como decir: “Dios está cerca y me ama”.

* Celebramos que desde ahora, nuestro destino no es la muerte y el vacío de la nada, sino la vida junto a Dios. Por eso el Ángel que anuncia a los pastores el nacimiento del Mesías les dice: “Os anuncio un gran gozo, os ha nacido el Salvador”. Y Jesús mismo repitió sin cesar: “He venido para que tengáis vida, y vida en abundancia”.

* La fiesta cristiana de la Navidad es una fiesta de la vida, para vivir en familia y en la comunidad  creyente, ya que:

*La familia es el ámbito privilegiado del amor y de la vida.
Tienen sentido los regalos, pues  regalando a los demás, recordamos e imitamos a Dios que nos regala a su propio Hijo como Salvador.
*La comida especial, los dulces, los villancicos, las luces… tienen sentido siempre que nos levanten el corazón a la alegría de sentirnos queridos por Dios y por nuestros familiares y amigos.
*El gozo de la Navidad  debe proyectarse más allá del estrecho círculo de la familia. Si Dios “se ha regalado a todos”, mi corazón de cristiano  debe proyectarse a todos,  particularmente a los más necesitados.
*El aspecto espiritual de la Navidad sólo se puede vivir plenamente en la celebración  litúrgica de la comunidad cristiana.

c) Hoy,  para mucha gente la Navidad está envenenada. Su navidad es una navidad (ahora con minúsculas) que no celebra a la Naturaleza (al Sol invicto), ni a Cristo Salvador.

Es una navidad envenenada porque,  en plena descomposición social de la familia, muchos la celebran llenos de carencias de afecto y amor. Más aún, una navidad vaciada  de los motivos auténticos, se queda en el ruido, en la bebida y en el regalo consumista. Reducida a “mera juerga”,  la navidad se vuelve tóxica y ya no merece la pena. 

Por otra parte, hay gente buena que al celebrar la Navidad como fiesta de la vida, se llena de pena  al recordar a los seres queridos que “ya no están”.  Lástima que no se den cuenta de que en la Navidad celebramos,  con su recuerdo,  el amor que nos dieron y las alegrías con que iluminaron nuestra vida. Merecen, pues, la fiesta  y que nuestro corazón vuelva a llenarse de alegría a causa de ellos.  Para el recuerdo triste y la añoranza  ya están el resto de los días del año.

 Pero, más aún, desde la fe cristiana la Navidad nos recuerda que la muerte está vencida; que Dios,  que ha venido a compartir nuestra carne,  nos garantiza la victoria sobre la muerte y el polvo del sepulcro.

 Que la nieve blanca de la Navidad nos recuerde que sobre esta vida llena de oscuridades y limitaciones, Dios ha tendido el manto blanco de su amor y de una vida nueva que no tendrá fin.

La Navidad nos está pidiendo dejar sitio y darle tiempo a la alegría, porque Dios es el Emmanuel, el Dios-con-nosotros. ¡Dejemos que Dios venga a nuestra vida y la llene de su fuerza y de su luz!

¿Cómo crees que hay que vivir la Navidad?
          ¿Cómo has decidido vivirla tú?  

Fdo: Pedro Pérez

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