CONFIRMACIONES 2021

¿Creéis en el Espíritu Santo, señor y dador de vida, que hoy os será comunicado de un modo singular por el sacramento de la confirmación, cómo fue dado a los apóstoles el día de Pentecostés?

En la víspera de Pentecostés, la fiesta del Espíritu Santo, la Iglesia de Zaragoza va a acrecentar el número de sus hijos con el bautismo de tres personas adultas; trece van a recibir la confirmación y ocho, la primera comunión.
La celebración tendrá lugar en la parroquia del Corazón de María | Padres Claretianos, y estará presidida por el arzobispo Carlos Escribano.
Cada catecúmeno ha seguido un proceso de, al menos, un año y ha sido acompañado por Pilar, Marisol, Beatriz y otros catequistas. Los procesos de iniciación cristiana se han realizado en las parroquias del Corazón de María, San Valero, Santa Engracia y en el colegio de El Salvador | Jesuitas. (Iglesia en Aragón)

 

INICIACIÓN CRISTIANA 20

TESTIMONIOS 20

1. CONFIRMACIÓN EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS

Guardo siempre en mi memoria un recuerdo agradecido para todas las comunidades cristianas católicas a las que he pertenecido en diversas etapas de mi vida, incluso a aquellas con las que, por pequeños pero importantes matices teológicos o personales, discrepaba en la concepción que tenían de lo que significa ser cristiano católico y el comportamiento que éste tenía que tener en el mundo. A fin de cuentas, todas ellas, me han conformado como el cristiano católico que soy. Unas, me iniciaron en la religión cristiana; otras, me afirmaron en la importancia del estudio de la teología y me introdujeron con rigor en los misterios de la fe. Recuerdo con especial cariño a aquellas comunidades cristianas católicas en las que floreció la amistad, la fraternidad en definitiva, entre todos los miembros de la misma, y a las comunidades cristianas católicas en el extranjero, en las que pude encontrar algo de calor humano en medio de un mundo gris.

Como cristiano católico
soy producto de todas
estas experiencias,
cristiano católico ya confirmado.

Nunca imaginé que confirmaría mi fe cristiana católica en el trascurso de una peste, todavía no finalizada, y tras un confinamiento. Ambos acontecimientos evocan tiempos remotos que, felizmente, se creían más que superados por los avances científicos y tecnológicos de nuestro tiempo, y nadie jamás pensó que se podría vivir una situación como ésta. Esta situación pertenecía a los libros de historia y había sido recreada en la literatura y en el cine. Siempre pensé que mi confirmación en la fe cristiana católica vendría de la mano del amor de una mujer, que me haría “sentar la cabeza”, casarme y formar una familia. Algo así como la salvación del alma de don Juan Tenorio por la intermediación de doña Inés ante Dios. Quiero pensar que existe algún paralelismo entre ambas situaciones, porque en mi concepción del amor cristiano de pareja no creo que haya una manifestación más grande que la de doña Inés. Por otra parte, yo guardaba y entendía mi confirmación como un regalo, como una especie de ajuar o dote de esos que nuestras antiguas abuelas regalaban a sus hijas con motivo de su matrimonio. Éste era, con algún pequeño matiz, el plan, pero no pudo ser. Uno propone y Dios dispone, nunca mejor dicho.

A pesar de que los planes no han salido como tenía previsto y de las contingencias de nuestro tiempo presente, estoy muy feliz de haberme podido confirmar ahora, de cerrar el ciclo eucaristía-bautismo-confirmación ahora. Cerrar un ciclo creo que está asociado a algo negativo aunque sólo sea por el hecho de que se trata de un periodo que termina. Significa además, como consecuencia, que nos hacemos mayores. Pero si el ciclo se cierra en el momento preciso, con la madurez necesaria, siendo consciente de lo que se hace y de lo que se termina, y con precaución pero sin miedo al futuro incierto del nuevo ciclo que empieza, cerrar un ciclo es una de las experiencias más bonitas y más satisfactorias que se pueden tener en esta vida.
No obstante, pues mentiría, no puedo negar mis temores ante un mundo y una sociedad occidental que han colapsado. A pesar de haber recibido el sacramento de la confirmación, tengo más dudas e incertidumbres que certezas. En general, los seres humanos, profesen la religión que profesen y pertenezcan a la comunidad política que pertenezcan, son muy parecidos, tienen mucho ego. Por otra parte, no se ha demostrado que el avance científico y tecnológico suponga una mejora moral de las sociedades en las que estos avances se producen. Finalmente, el progreso económico y cultural de las sociedades tampoco les garantiza a éstas que no caigan en la barbarie. Éstas son las únicas tres certezas a las que he podido llegar. Pero hay una certeza mayor y más importante, que nos permite relativizar las anteriores tres certezas un tanto desalentadoras:

ser cristiano católico es lo mejor que nos ha podido pasar al nacer y proteger el legado judeocristiano y, por tanto, judío, griego y romano, es un deber.

Nuestra vieja y un tanto desaliñada Roma es la luz. Y nosotros debemos ser la sal de la tierra. Debemos, en definitiva, proteger nuestra concepción del mundo que es la más hermosa, no digo la mejor, la más hermosa y que humaniza y confiere, por tanto, su dignidad plena -como le corresponde- al ser humano.

En definitiva, sólo puedo decir que estoy muy feliz por haber recibido el sacramento de la confirmación, estoy muy feliz de haber completado el ciclo y, por fin, ser un cristiano católico confirmado.

Gracias a todas aquellas personas que lo han hecho y lo habéis hecho posible.

                                                       José-Tomás Velasco Sánchez


2. CONFIRMARME A LA 63 AÑOS

Cuando Beatriz nos animó a escribir algo sobre el tiempo de catequesis de nuestra confirmación, motivos que nos llevaron hasta aquí ….. , inicialmente pensé que no tenía nada interesante que contar, pero luego me dije, ¿porqué no compartir los motivos que me animaron a confirmarme a los 63 años y quizás ayudar a otras personas, tengan la edad que tengan, a emprender este camino que para mí ha sido tan gratificante? .

Cuando era niña, por circunstancias de lugar y tiempo, no me confirmé, transcurrieron los años y pensé que mi tiempo de confirmación ya había pasado, pero dentro de mí latía la esperanza de que alguna vez podría hacerlo y cerrar así el ciclo de Bautismo, Comunión y Confirmación.

Siempre animé a mis hijos a confirmarse, y lo hicieron, fui muy feliz.

En Septiembre del año pasado, en mi parroquia de la Almudena anunciaron que si algún adulto estaba interesado en confirmarse se pusiera en contacto con la parroquia del Corazón de María para hacer catequesis de adultos, esta parroquia había sido la parroquia de mis padres y la mía, también en la que me casé, lo vi claro, me dirigí allí y comencé esta andadura.

Todo ha sido positivo, Beatriz nuestra catequista nos ha guiado a profundizar en el Mensaje de Jesús, conocerlo mejor y llevarlo a la práctica. Nos lo ha hecho todo muy fácil, nos hacía sentirnos a todos bien, en un ambiente amistoso y dándonos confianza para compartir nuestros sentimientos sin ningún apuro, fue como volver a mis grupos  de  juventud .

Con todos mis compañeros me sentí muy a gusto y aprendí de cada uno de ellos cuando nos abría su corazón y nos relataba sus experiencias.

Quiero también hacer una mención especial a Juan Espallargas, el coordinador de los grupos de catequesis de adultos que  compartió con nosotros alguna tarde y nos ayudó con su saber y su experiencia a afianzarnos en nuestra fe y llevarla a una forma de vida.

Una vez confirmada me siento más íntimamente ligada a la Iglesia y enriquecida con una fortaleza especial del Espíritu Santo.

Gracias a todos.

 La ceremonia de nuestra confirmación la compartí con vosotros, con mi marido, con mis hijos y mis nietos. Cuando llegué a mi casa envié la foto que nos habíamos hecho todo el grupo con el Obispo en el altar de la Iglesia de Santiago, a mi hermana y a mis amigas, y les dije “ Esta tarde ha sido la ceremonia de mi confirmación y soy muy feliz”.

Josefina Bernal Bernal.


UN ANTES Y UN DESPUÉS   (Ana)

Ya han pasado tres meses desde que di el paso de tomar el Sacramento de la Confirmación y creo que es un buen momento para contaros mi experiencia, que aunque no es nada reveladora, espero pueda ayudaros y haceros sentir identificados en cierta medida. Allá vamos.

Como a cualquier persona, la vida puede complicarse y sin saber muy bien cómo afrontar esas etapas, tomamos decisiones (o no tomamos ninguna) y, en mi caso, yo me alejé de la Fe.

Es increíble como las malas épocas pueden hacernos dudar hasta de uno mismo y por supuesto, no siempre somos conscientes de la repercusión que tendrá en nuestra vida.

Conforme fueron pasando los años, mantenía mi sentimiento hacia Dios, pero ni lo practicaba, ni lo interiorizaba. Un día, volvió a suceder lo mismo que años atrás, se complicaron los planes que tenía, pero esta vez no podía siquiera decir esa frase tan falsa pero recurrente de “¿Por qué me haces esto Dios mío?”. Es increíble como culpamos y responsabilizamos sin pensarlo dos veces.

Para mí, ese momento significó un antes y un después, fue mi punto inflexión.

Volví a la Iglesia, volví los domingos a misa, pero sobre todo, volví a acudir a la Iglesia en días normales y cotidianos, a buscar aquel momento de cordura, de paz y de amor que sientes cuando Dios te reconforta.

Puede sonar increíble, pero me sentía rara, incompleta. Dios había estado para mi en cada momento de necesidad, pero también de felicidad y yo, no había hecho lo mismo por lo que llevaba varios meses queriendo reafirmar mi creencia mediante el Sacramento de la Confirmación, pero nunca encontraba el momento. Y la verdad, una de las mejores enseñanzas que me llevo de todo este proceso es entender que nunca hay un buen momento para nada, hasta que decides que no hay que buscarlo, simplemente lo sientes y lo necesitas. Y ese era mi momento.

Siempre he pensado que cuando das luz, te rodeas de luz y fue justo lo que me pasó.

Cuando decidí compartir con mi circulo más cercano mi decisión de Confirmarme, hubo todo tipo de reacciones, pero todas ellas de apoyo. Comencé entonces la Catequesis y os aseguro que añoro nuestros miércoles por la tarde. Se convirtió en un rato de reflexión y de autoconocimiento tremendo. En mi opinión, mi catequista enfocó de una forma tan humana y sencilla las sesiones, que me ayudó a redescubrir mi entorno y a mi misma.

Como todos sabéis, la pandemia estalló finalmente y las sesiones se paralizaron, al menos de la forma tradicional que conocemos, pero tuve la suerte de contar con alguien que me descubrió “El Voluntariado”.

Cada miércoles, en el horario en el que hubiera acudido Catequesis, iba a mi parroquia a ayudar a que la Misa pudiera celebrarse.

Es increíble como un gesto tan sencillo, afectó tanto en las personas que acudían a su rato de oración y por supuesto, a mi me ayudo a reafirmarme en que iba por el camino correcto. Os recomiendo que probéis a colaborar en vuestra parroquia o simplemente ayudando a los vecinos.

Llegó el día de la Confirmación. Inevitablemente hay ciertas personas que te marcan más que otras y lo curioso fue que en mi caso, hasta la amiga más agnóstica estaba emocionada por el paso que estaba a punto de dar.

¿Podía ser más surrealista que el año que daba el paso de confirmarme hubiera una pandemia mundial y fuese todo tan raro? No, aunque yo prefiero decir que fue único.

Me sentí arropada, acompañada y sobre todo, me sentí segura del paso que daba. Creo que soy mejor persona, que este proceso no solo me ha ayudado a conocerme mejor a mi misma, sino que me ha enseñado a gestionar y a trasmitir unos valores fundamentales para ser feliz.

Como conclusión, deciros que todos tenemos un poquito de luz y es muy fácil hacernos brillar, por dentro y por fuera si buscas tu momento y las personas adecuadas para recibirlo. Dios nos enseña a amar y esa es la mayor luz que podemos enseñar.

Ana


ENLACES RELACIONADOS

CONFIRMACIONES19 (testimonios)

 

CONFIRMACIONES (Testimonios2)

CONFIRMACIONES (Testimonios2)

NOS CONFIRMAMOS EL DÍA 9 DE JUNIO EN LA PARROQUIA «SANTA MAGDALENA» SOLEMNIDAD DE PENTECOSTÉS

Desde octubre del 2018 hemos “reaprendido” muchas cosas, conocer la fe y la religión que profesamos desde una edad adulta, ha sido una sorpresa y experiencia muy interesante.

Hemos formado una pequeña familia en el grupo de los martes a las 20:00 en el que hemos compartido impresiones, dudas y nos ha hecho aprender mucho los unos de los otros sin importar sexo ni nacionalidad, pues el vínculo de la fe, no entiende de sexo, raza ni nacionalidades.

Redescubrir el camino de Jesús en el que nos invita a seguirle en el camino del amor ha sido uno de los puntos clave de este proceso.

Uno de los días más interesantes, fue en el que tratamos las falsas imágenes y rostros de Dios, que tal vez nos inculca la sociedad en que vivimos, y reafirma la importancia de seguir formándonos para no caer en esos estereotipos y darlos como ciertos.

Durante este periodo se nos ha explicado mucha de la simbología litúrgica y escondida en la Palabra de Dios, y me quedo con que Dios siempre da el primer paso y depende de cada uno de nosotros cuidar del “vaso” en el que recibir su gracia, si tiene agujeros, o no lo ponemos del tamaño correcto, será imposible recibir y ser conscientes de todo lo que tiene que ofrecernos.

Muchas gracias.

P.H.


Esta, supongo que como muchas de las historias o vivencias personales que se van a leer aquí, es la historia de una llamada, la llamada constante e insistente de un Dios que siempre toma la iniciativa, que siempre nos busca, que siempre “se pone a tiro” para nosotros. Pero también es la historia de una respuesta, una contestación decidida y firme a esa llamada, un SI inmenso, como no puede ser de otra manera cuando es nuestro Señor el que nos llama.

Esta catequesis de preparación para la confirmación, ha sido un poco como la vida misma, en un principio, como los niños que empiezan a abrirse al mundo, está el conocimiento, la curiosidad, el descubrimiento de los compañeros que nos acompañarían en este viaje de acercamiento a Dios, quienes somos, de donde venimos, que nos trae aquí, que nos motiva… en definitiva las presentaciones, que fueron abundantes los primeros días de catequesis, pues como un goteo, cada día se nos unía un nuevo amigo que también había escuchado esa llamada del Señor y que también había tenido el coraje de contestarla afirmativamente, cada uno llegado de un sitio, con una historia diferente, con unas experiencias distintas a sus espaldas, pero todos unidos por un mismo objetivo, el acercamiento a Dios. También esos primeros días fueron días de ilusión por aprender, de alegría por el comienzo y de dejarnos guiar por Beatriz, quien desde el cariño, la oración y casi podríamos decir que inspirada por el mismo Espíritu Santo poco a poco, tema a tema, nos fue descubriendo y encauzando, preparándonos para lo que se nos venía encima, ni mas ni menos que recibir los sacramentos, del Bautismo o de la Confirmación en según que caso.

En este año de preparación ha habido de todo, tal y como comentaba antes, como la vida misma, hemos tenido noticias tristes, como varios fallecimientos, los abuelos de Pablo y de Manuel, con los que nos volcamos para darle entre todos nuestro afecto y nuestro cariño, noticias alegres, como el nacimiento de Alejandra la hija de Claudia…

Hemos pasado frío, cuando tocaba ir a la catequesis las oscuras noches de noviembre, diciembre, enero… Hemos tenido calor, cuando la primavera y los días ya próximos al verano han empezado a despuntar. Han venido a visitarnos, el coordinador de Catecumenado y párroco de la Magdalena D. Juan Espallargas. Lola Ros, secretaria de la delegación diocesana de catequesis.

En definitiva, este curso de catequesis ha sido como un viaje en tren, un viaje en el que íbamos atravesando parajes en forma de temas del libro, maravillándonos de su belleza, aprendiendo de su mensaje, un viaje en el que también hemos parado en diversas estaciones para descansar, como fueron las fiestas de navidad, o la Semana Santa, un viaje que hemos hecho todos con ilusión, desde Beatriz, nuestra “maquinista” particular, pasando por todos y cada uno de nosotros, porque todos sabíamos cual era nuestro destino final, prepararnos para el gran momento que ya está próximo, recibir los Sagrados Sacramentos para en definitiva apuntalar más si cabe nuestra fe y tratar, en medida de lo posible, de estar un poquito más cerca de Dios.

H. A. F. S.



Hola mi nombre es Jesús, tengo 28 años y este 9 de Junio recibiré los 3 sacramentos. Mis palabras serán fundamentalmente para agradecer a aquellas personas que me han puesto en el camino de nuestro Señor y que me han llevado a estar hoy aquí.

Durante este periodo de preparación, la catequesis, he acrecentado mi firme convicción de lo que considero lo más importante de la religión católica que es vivir a través de la palabra de Dios. A pesar de no estar bautizado, este hecho no ha implicado que mis convicciones, mis creencias, mi fe y mi educación no estuvieran dentro de mí.

Provengo de una familia numerosa en la que mis padres, mis referentes, han intentado inculcar a todos nosotros unos valores y una conducta de vida que nos permitiese ser felices con tan solo una palabra, AMOR. Y creo que es primeramente a ellos a quienes debo dar las gracias. No solo mis padres, sino también mis abuelos, mi pueblo y su Semana Santa, y mi futura mujer, la cual he tenido la suerte también de poder compartir este punto y seguido en mi vida. Ella es la persona en la que he visto reflejado todo aquello con lo que he crecido, ella es esa palabra que mis padres me entregaron hace 28 años, AMOR. Por lo que también te doy a ti Pili las gracias por ser la mano que necesitaba para acompañarme y poder unir más aun mi vínculo con Dios.

Agradecer también a mis compañeros de catequesis y a Beatriz, nuestra catequista, por compartir sus experiencias, sus diferencias, sus encuentros y desencuentros que me han permitido crecer emocionalmente a través de la empatía. Ha sido un año en el que me ha hecho ver como la vida nos engulle sin darnos cuenta y me ha dado la pausa que necesitaba para enseñarme a valorar lo realmente importante, este va a ser mi punto de inflexión y una de las cosas que más valoro del catecumenado. Así que de nuevo gracias a mis compañeros y en especial a ti, Beatriz.

Por último, no puedo ocultar las ganas y la ilusión que tengo de que llegue el 19 de Octubre de este año, donde me uniré en sagrado matrimonio con la que es mi actual pareja y compañera de catequesis, Pili. A la cual vuelvo a agradecer su acompañamiento en mi fe, en nuestra fe y poder hacerlo así ante los ojos de Dios.

JESUS.


Me llamo MªPilar y formo parte del grupo de Catecumendo de adultos perteneciente a la Parroquia de Corazón de María, y el domingo 9 de junio voy a recibir el sacramento de la confirmación.

Primeramente decir que no me ha podido hacer mayor ilusión realizar aquí el Catecumenado, ya que en esta Parroquia, se celebraron los esponsales de mis abuelos y mis padres, y fue también aquí donde recibí el sacramento del Bautismo, primer paso en la iniciación de la vida cristiana.

Dicho esto he decir que he sido y soy católica, ya que desde que nací me iniciaron en el conocimiento y en el ejercicio de la vida cristiana.
Durante toda mi niñez ha sentido la presencia de Dios, gracias a mi bisabuela, ya que a través de sus oraciones, su compromiso con la iglesia y su admiración a Dios hizo que tuviera una infancia cerca de él. Pero fue en la adolescencia, con el fallecimiento de mi bisabuela cuando desatendí la fe.
De la misma manera que la desatendí, el tiempo y las circunstancias me han vuelto a poner en su camino y lo siento más cerca que nunca. Estar aquí cada martes me ha hecho evolucionar como persona y aprender a compartir mi fe con los demás.

Crecí en los preceptos de la fe católica, seguí los pasos de la vida cristiana en mi madurez y quiero comenzar el matrimonio recibiendo también la bendición de Dios.

Dicho esto solo me queda dar las gracias a mi catequista Beatriz y a mis compañeros, por acompañarme en este recorrido durante cada Martes, donde he sido consciente de la presencia de Jesús, y a mi fututo marido, ya que voy a tener la gran suerte de recibir el sacramento de la confirmación junto a él, lo cual hace de esto una experiencia inolvidable.

PILI


Hola soy Joshan Nectaly tengo la edad de 21 y soy nicaragüense. Durante este periodo estoy muy agradecido con Dios primeramente por haberme permitido culminar esta catequesis, siento que estos momentos de aprendizaje fueron de mucha importancia para mi vida personal ya que me hicieron consciente de cuán lejos estaba de Dios.

Tengo la satisfacción de decir que hoy en día la Santísima Trinidad es el centro de mi vida, este mundo no deja nada positivo ni bueno, es por eso que digo que la Santísima Trinidad es mi centro.

Me siento con gozo de dar este paso y acercarme a Dios ya que tendré una nueva vida con Cristo y es algo que me enseñó y me dio ejemplo que tengo que bautizarme y cumplir sus mandatos, sin embargo no quiero quedarme anclado con solamente el bautismo quiero seguirle y agradarle es por eso que me confirmaré y recibiré mi primera comunión.

La alegría es la respiración de un cristiano y hoy sí puedo decir con ánimo y mucha felicidad que soy CRISTIANO, si un cristiano no tiene al Espíritu Santo en su corazón no es alegre. Dios tocó mi vida y me hizo sentir que tenía que cambiar mi forma de vivir.

En este tiempo profundicé aspectos doctrinales que no lo sabía como por ejemplo el saber perdonar, la oración, los sacramentos, el amor al prójimo es algo que me llamo la atención. Como reflexión de esto tenemos que amar al prójimo como a uno mismo por lo tanto si no cumplimos esto que nos dijo el Señor no podemos amar a Dios, porque si no amamos al prójimo al que vemos no podemos amar a quien no vemos, así que con esto comprendí que amar a mi prójimo es como que ame a Dios.

Concluyó no parando de agradecerle al Señor por todas sus maravillas, también estoy agradecido con El Señor por brindarle salud y conocimiento a Beatriz e impartirnos las catequesis, deseándoles también a mis compañeros de catequesis muchas bendiciones y que sigan adelante anhelando cada vez más de Dios y que con estas palabras de que nos fueron enseñadas las pongamos en práctica y no nos quedemos solamente como oidores.

Dios les bendiga y que la paz del Señor esté siempre con vosotros.


Me llamo Manuel y decidí realizar la catequesis para la confirmación porque iba a ser padrino del que en ese momento iba a ser mi futuro sobrino, ya que mi hermana quedó embarazada y me pidió ser el padrino de su hijo.

Conforme pasaban los martes, me di cuenta de que aquel acontecimiento había sido una llamada para acercarme a Jesús, ya que por motivos que desconozco me había alejado de Él, posiblemente sería el pasotismo o la dejadez, pero lo que si me he dado cuenta en estos meses es que él no nos abandona, puede que no sintamos su presencia pero de una forma u otra va a estar a nuestro lado.

Aunque nunca he abandonado la iglesia, ya que soy muy devoto a mi virgen María Santísima de la Soledad de Aguilar de la Frontera mi pueblo natal, a ella siempre le he pedido, he hablado con ella y me he desahogado, cosa que hacía porque me sentía bien y me ayudaba y lo hacía sin darme cuenta, por lo que durante este año he sabido ver el bien que me hace lo que me acerca a Dios, y que él ha estado siempre ahí.

Durante este año, en apenas mes y medio he perdido a mis dos abuelos, han sido momentos muy duros, no solo por su marcha, si no por el ellos estar en Córdoba y yo aquí, y no he podido pasar tanto tiempo como el que he querido con ellos.

Gracias a las palabras de Beatriz la catequista y a lo que nos ha enseñado en los días de catequesis, en estos momentos tan duros y desagradables encontraba consuelo hablando con Dios, desahogándome, en pedirle explicaciones en porqué me ocurría esto. Eran momentos en los que me olvidaba de las cosas malas durante pequeños momentos de paz que ayudan a superar estas situaciones y que gracias a la oración se sobrellevaron mejor, ahora estoy tranquilo y sé que ellos están en alguna parte cuidándome.

No solo he tenido momento malos, sino que he tenido un momento muy feliz este año y es que el 14 de febrero nació mi sobrino Aitor, y no sé cómo algo tan pequeño alegra tanto una casa, una familia, como puede hacer que todo sea tan diferente. Gracias a este año he sabido dar las gracias a Dios por las cosas buenas que me pasan ya que antes no lo hacía y acudía a él en malos momentos o para pedirle, pero ahora se dar las gracias por lo bueno que nos pasa.

Este año me ha servido para ver todo con otros ojos y acercarme a Dios y a la Iglesia, que Dios nos pone pruebas que debemos superar y que podemos, ya que él no nos pondría nada que no pudiésemos superar. Que en los momentos que más lo necesitamos va a estar que no siempre será visible pero aunque parezca que no está, si está y nos ayuda.

CONFIRMACIONES19 (testimonios)




Mi nombre es GEMA soy de Madrid y tengo 25 años.

Soy la pequeña de 4 hermanos, mis padres siempre nos han educado en la fe católica, especialmente mi madre, desde bien pequeña me inculcó lo importante que es tener al señor en mi corazón, todas las tardes después de hacer los deberes la ayudábamos a rezar el rosario, los días que no teníamos extraescolares la acompañaba a residencias de mayores para hacerles compañía y rezar el rosario con ellos.

De pequeña me encantaba el momento de irme a la cama pues después de arroparme mi madre se sentaba en mi cama y rezábamos el Jesusito de mi vida y las cuatro esquinitas tiene mi cama.

Por decisión propia con 8 años me apunte al coro de la iglesia, me bautice como hija de María (en mi pueblo cuando eres pequeña en el mes de mayo vas a rezar y a cantar a la virgen por el mes de las flores, pasado el mes hacen una misa donde te bautizan como hija de María y te dan una medalla, y a partir de ese momento eres quien guía el rosario en la parroquia), cuando hice la comunión me apunte a las clases de postcomunión y lo alternaba con los ensayos del coro, y cuando tuve la edad oportuna me apunte a catequesis para confirmarme que después de varios meses tuve que dejar a medias y siempre ha sido algo de lo que me he arrepentido hasta el día de hoy.

Abandoné por completo la religión en aquel momento por motivos familiares en los que no entendía muchas cosas e incluso me rebelé, todos estos años mi madre ha intentado ayudarme a ver de distinta forma la vida.

Me caso en Julio de este año y también dudé si casarme por lo civil o por la iglesia, y decidí volver a la iglesia donde tantas horas pase y donde tengo que reconocer pase momentos muy felices, mi párroco al verme se llevó una gran alegría y después de hablar con él, decidimos que fuese por la iglesia, hicimos los cursos prematrimoniales y volví a sentirme llena y feliz, fue entonces cuando decidí que me tenía que confirmar.

Llegué a Zaragoza y como actualmente no trabajo supe que era el mejor momento para acabar lo que en aquel tiempo deje atrás y volver a abrir mi corazón a Jesús.

Gracias a…. y por supuesto a mi madre, he vuelto a creer y a comprender todo aquello que me alejaba.

Hoy como persona adulta digo claramente «sí quiero» a Jesús en mi vida y quiero seguir avanzando en la fe cristiana


ME LLAMO JESÚS CHIQUITO.

Soy de Ecuador y hace varios meses empecé a prepararme para el sacramento de la CONFIRMACIÓN en la PARROQUIA CORAZÓN DE MARÍA.

Junto con mi pareja decidimos dar este paso tan importante ya que es uno de los caminos que nos acercará más a DIOS. Al principio pensaba que lo que me motivaba hacer este sacramento era por conseguir el certificado de haber cursado la CONFIRMACIóN que es uno de los documentos que piden en mi país para poder conseguir el sacramento del MATRIMONIO.

Pero a lo largo de estos meses que he estado asistiendo a la catequesis junto a varios compañeros de varias nacionalidades me di cuenta que a lo largo de toda mi vida estuve muy alejado de la fe cristiana, muchas veces acudia a la iglesia para recibir la eucaristía y sentía que algo faltaba en mí y era el acercamiento que hoy siento hacia la comunidad cristiana, animado por el que nos dio la oportunidad de prepararnos para la CONFIRMACIóN siendo él quien nos enseñó diferentes maneras de conocer a DIOS.

Hoy doy gracias a DIOS por haberme recibido con todo su amor y hacerme partícipe en las Eucaristías, gracias a la parroquia, a mis compañeros con los cuales compartí muchas experiencias a lo largo de este curso.

Soy feliz porque he conseguido celebrar un sacramento muy importante que lo recordaré siempre.

Me confirmo el dia 5 de mayo y con orgullo puedo decir que a pesar de tener 42 años conseguí hacer mi CONFIRMACION ya que llegué a comprender que nunca es tarde para conseguir lo que deseas, y espero que esto no termine aquí me gustaría seguir compartiendo mi fe con futuros catecúmenos un dia no muy lejano.

GRACIAS, DIOS, POR TU GRACIA Y POR DEJARME ENTRAR EN TU GLORIA.


ME LLAMO AMARILIS ZAMBRANO y con mucho amor y fe me preparo para recibir la CONFIRMACIÓN con mi pareja y un excelente grupo de personas de muchas nacionalidades.

Todo empezó hace 7 meses. La verdad es que yo estaba alejada de la Iglesia y al saber que aún siendo mayor se podía recibir este sacramento empece mi camino de acercarme más a DIOS.

Le pregunté al PADRE de la PARROQUIA CORAZóN DE MARÍA que si la podia hacer la preparación y me dijo que sí, entonces desde ese dia estoy lista para todas las reuniones y no quiero que llegue a su fin.

Sin más quería dar las gracias de todo corazón al que nos dio el mejor mensaje de JESUS y nos enseñó a conocer el REiNO DE DIOS.


Mi testimonio trata de muchos años atrás, desde el momento que aparté mi vida de Dios.

Uno, cuando es pequeño, cree mucho en él, porque te hablan de lo maravilloso que es. Pero, a medida que vas creciendo, te vas alejando cada día más de Él y te gustan más las cosas de la tierra.

Yo siempre creí que la felicidad era tener las mejores cosas y disfrutar de las personas que me querían y me consentían.

Estas personas las fui perdiendo una a una y ese dolor que sentía me lo fui tragando y lo guardo cada vez más y más.

No sé cómo explicar el gran dolor que guardo en mi alma cuando mi abuela murió y nos dejó.

En esos momentos tú preguntas a Dios por qué te quita a las personas que más quieres. Muchas veces nos alejamos de Él porque creemos que es injusto, pero la verdad es que ellos están en un lugar mejor.

Yo sé que esas personas cuidaron, cuidan y cuidarán siempre de mí. Yo siento cómo ellos son mis ángeles protectores.

Los consejos que en su día me dieron hacen que sean referentes en mi vida y gracias a ellos ha crecido mi confianza en Dios.

Por fin he regresado al camino y trato de hacer las cosas lo mejor que puedo.

Me confirmo porque he entendido que Dios es importante en mi vida y en la vida de mi familia… Juntos trataremos de sentir de cerca a Jesús que camina a nuestro lado cada día.


Todo comenzó un día en el que mi novio me dijo: He pensado que ya es hora de formalizar nuestro amor. He hablado con el sacerdote para que hagamos la confirmación.

Estás seguro, le dije, y él me contestó que sí.

Así comenzamos a dar los pasos necesarios para preparar nuestra confirmación; con dudas, al principio, por mi miedo e inseguridad.

A medida que ha pasado el tiempo me fue gustando, aunque he tenido muchos sentimientos encontrados. Pero sé que ha sido la mejor decisión. Saber que, a pesar de todo, (yo soy un poco difícil en mi forma de pensar) podemos tener la fe y la certeza de que Dios siempre estará en nuestras vidas.

Cuando tomamos la decisión de que nuestro hijo se preparara para la Primera Comunión, me acuerdo que les dije que conmigo no contaran para eso.

Pero ahora, que ha pasado el tiempo, me hace una gran ilusión compartir con nuestro hijo esta nueva etapa en su vida, y también me hace mucha ilusión hacer la confirmación con mi novio para fortalecernos más en la fe en Dios y tener la oportunidad de conocer en el grupo personas maravillosas que nos han ayudado con sus consejos y dándonos ánimos.

Nos sentimos felices y contentos de dar este nuevo paso y pedirle a Dios que nos siga guiando para seguir adelante, a pesar de las dificultades.


Quiero dar gracias a Dios primeramente.
Me siento feliz por haber podido celebrar uno de los sacramentos que el Señor ha mandado en su palabra.

En mi caso esta linda aventura comenzó al revés, porque quien me enseñó y me ayudó a tomar la mejor decisión de prepararme para la confirmación fue mi hija. Ella llevaba un tiempo en catequesis preparándose para su comunión y compartió conmigo su alegría y enseñanzas recibidas en catequesis. Eso me motivó a mí a buscar al Selor.

Ahora que ya estamos terminando estoy con sentimientos encontrados. Feliz porque estoy haciendo lo que el Señor me ha mandado en su palabra y triste por dejar a gente maravillosa con la que me he encontrado y compartido momentos inolvidables.

Esperamos seguir, como dicen: esto solo es el comienzo del camino del Señor.

Agradecer a los catequistas por su ayuda y dedicación, por sus enseñanzas y por mostrarnos qué grande es el amor de Dios y su palabra, por quitarnos dudas que podíamos tener en nuestra vida.

Invito a todas aquellas personas que no han recibido los sacramentos a que se animen. No importa la edad, lo importeante es buscar a Dios, que para el Señor todos somos iguales y Él no deja a sus hijos. Siempre estará con nosotros.

Laura Maricela


Hola, mi nombre es Fabiola. Estoy muy alegre porque recibiré la fuerza del Espíritu Santo en el sacramento de la Confirmación.

Todo comenzó por un familiar que primero animó a mi hijo para que se preparase para Primera Comunión y luego me invitó a mí a participar en un grupo de Iniciación Cristiana de Adultos de la Parroquia en el que se estaba preparando para recibir la Confirmación.

Estoy muy agradecida con ella porque si no me hubiera animado creo que nunca lo hubiera hecho. El conocer más a Dios es algo maravilloso.

Cada sábado nos reunimos un grupo de adultos, con ellos he aprendido a ser mejor persona, a tener en cuenta a los otros y estar dispuesto a ayudarlos, a saber que si tienes un problema Dios está ahí, tener esos momentos de oración en grupo.

Espero que después de la Celebración de la Confirmación esto continúe, me gustaría seguir conociendo más de Dios.

Le doy gracias a mi catequista por habernos enseñado mucho y por guiarnos en el camino de la fe, y espero que no se canse de enseñar a más personas para que puedan recibir el sacramento.

También, gracias a los compañeros del grupo, espero que sigamos haciendo actividades y que esto no se termine aquí.

Les deseo lo mejor y que Dios les bendiga.

Fabiola


Siguiendo las indicaciones de la vida, vinimos directos a donde el destino parecía que nos llamaba desde hace tiempo. Todas las señales indicaban que estábamos en el sitio correcto y en el momento adecuado, sintiéndonos guiados por quien siempre ha guiado. Durante meses hemos venido los sábados a la parroquia donde nos vamos a casar y donde comienza en firme, y con buenos cimientos, el camino de nuestra familia y nuestro hogar, que con trabajo y cariño queremos construir. Venimos aprendiendo mucho y éste es sólo un comienzo, pero ya tenemos razones más que suficientes para decir:Gracias, a todos los que lo han hecho posible, Ahora y Siempre.

Sebas y Clara


Me llamo Perla Fátima Vásquez Vásquez. Soy de Bolivia. Este 5 de mayo gozaré de la presencia del Espíritu Santo en el sacramento de la Confirmación.

Desde que yo recuerdo, siempre he sabido de DIOS gracias a mi abuela Teonila que fue la que me enseñó a ir por el camino de Jesús. De pequeña iba todos los domingos a misa y siempre me gustaba leer las lecturas del evangelio.

Cuando tenía 14 años me leí todo el Antiguo Testamento y al ir leyendo cada libro me interesaba más y más saber de los que servían a Dios. Cuando tenía 17 años fui presidenta del grupo de jóvenes de la iglesia de mi pueblo. A los 18 fui a la capital a un encuentro juvenil de católicos, fue una experiencia inolvidable compartir conocimientos de Dios con los demás jóvenes. Con 19 años volví a ser presidenta de los jóvenes de mi iglesia, hasta que después me vine a España; ya no tenía una biblia en mano pero seguía rezando a Dios en las noches.

No conocía iglesias ni parroquias porque estaba recién llegada. A los 7 meses de mi estancia en España mi vida se derrumbó cuando Dios se llevó a una de las personas más importantes de mi vida y fue cuando renegué de ÉL. No entendía por qué se la había llevado. Estuve meses enojada con Dios y en las noches, en llantos, le preguntaba, ¿qué he hecho mal para que me hayas dado este golpe tan fuerte? Le decía que no seguiría más su camino. Y así fue como me alejé de Dios.

Hasta que después de un año de estar alejada, mi hermana la pequeña de 9 años tenía que recibir su Comunión y fue cuando mi madre me mandó a buscar una parroquia cercana a casa para inscribir a mi hermana en los grupos de catequesis.

Conocí a un sacerdote y nos dijo que necesitaba catequistas, pero yo por mis estudios no podía. Fue mi hermana Carla la que se ofreció para ser catequista y de ver cómo ella dedicaba su tiempo de catequista, lo feliz que la veía cada día, y que iba conociendo más a Jesús, algo que a ella antes no se interesaba tanto en la vida, me dije a mí misma: yo también quiero volver a intentarlo.

Desde entonces sentí que Jesús estaba en el fondo de mi corazón, pero que yo misma no lo quería aceptar y que era yo la que no quería decirle que nunca mi fe se desvaneció. Fue entonces cuando volví a amar más y más a JESÚS y le pedí perdón por haber renegado de ÉL.

La verdad es que, a pesar de todo, yo nunca dudé de su poder y sé que cuando yo lo necesito siempre está a mi lado y me guía por el buen camino para así llegar a su Padre, porque siento que él me ama y que nunca volvería a enfadarme con ÉL.

Así mi FE fue creciendo y creciendo como antes lo hacía.

Mis hermanas se confirmaron, yo quiero confirmarme este año también.
La asistencia, los sábados, a las reuniones para compartir conocimientos de Jesús con mis compañeros han sido momentos agradables.

Gracias de todo corazón a todos por estos 5 meses que hemos pasado juntos. Espero que esto no se acabe aquí, que seguiremos estando juntos en más actividades, les deseo lo mejor.

Y que Dios siempre nos acompañe.

Perla Fátima.

CONVIVENCIA

Cercana ya la fecha de Confirmación, intentando poner broche de oro a los cursos de preparación catequética, el grupo de confirmandos con sus catequistas tuvieron un encuentro intenso en los locales de la Residencia de los Claretianos en el ACTUR. Agradecemos a Beatriz su colaboración desinteresada.

Gracias Paloma, María y Mechor por vuestra cercanía y apoyo a este grupito de jóvenes al que habéis ayudado a crecer en su fe.