ADVIENTO IV (B)

María, de un pueblecito , Nazaret, escogida por Dios para ser la madre de Jesús y para ser el templo vivo de Jesús.
Dios le pide su colaboración para ser madre, la madre de Jesús.
Y Dios, conteniendo la respiración, espera ansioso la respuesta.
Tú y yo sabemos que dijo «sí».


 

Alégrate… No tengas miedo.

El evangelista Lucas temía que sus lectores leyeran su escrito de cualquier manera. Lo que les quería anunciar no era una noticia más. Debían preparar su corazón: despertar la alegría, desterrar miedos y creer que Dios estaba cerca, dispuesto a transformar su vida.
«Alégrate». Es la primera palabra que escucha el que se prepara para vivir una experiencia buena. Sencillamente, se nos ha olvidado esperar a Dios y ya no sabemos cómo encontrar la alegría.
«No tengas miedo». La alegría es imposible cuando se vive lleno de miedos que nos amenazan por dentro y desde fuera.
Si estamos vacíos por dentro, somos vulnerables a todo. Se va diluyendo nuestra confianza en Dios y no sabemos cómo defendernos de lo que nos hace daño.
«El Señor está contigo». No vivimos solos, perdidos en el cosmos. La humanidad no está abandonada. Todo cambia cuando el ser humano se siente acompañado por Dios.
Necesitamos hacer más sitio a Dios en nuestra vida. Nos irá mejor.

Pagola


El Rey David, «Yo vivo en una casa cubierta de madera de cedro mientras que el Arca del Señor vive en una tienda de campaña». Voy a hacer un templo para mi Dios.

 

Dios «Yo te daré un hijo, no un templo.
Yo te daré un corazón de carne, no de piedra.
Mi hijo será el templo en el que todos caben.
Ángel: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo; bendita tú entre las mujeres. «No temas María, porque has encontrado gracia ante Dios. María contestó: -Aquí está la esclava del Señor, hágase en mi según su palabra.


PARA LA MISA FAMILIAR


MONICIÓN DE ENTRADA
Bienvenidos, amigos y hermanos, a esta celebración del IV DOMINGO DE ADVIENTO. Hoy ya tenemos sobre el altar cuatro velas encendidas. Nos quedan pocos días, muy pocos, para iniciar la Santa Navidad. Hoy, con María y José, nos sentimos peregrinos hacia Belén. ¿Queremos ver al Señor? ¿Lo esperamos? ¡El sale a nuestro encuentro!
El personaje central de esta eucaristía es María, la madre que se prepara para tener un hijo. Es para nosotros ejemplo de esperanza y alegría ante la venida de Jesús.
 

PERDÓN

1. Por las veces que olvidamos que los papás nos quieren de verdad, SEÑOR, TEN PIEDAD.
2. Por todas las veces que sólo repartimos tristeza a nuestro alrededor, CRISTO, TEN PIEDAD.
3. Por las veces que somos caprichosos y egoístas. SEÑOR, TEN PIEDAD.

Primera lectura

Lectura del segundo libro de Samuel (7,1-5.8b-12.14a.16):

Cuando el rey David se estableció en su palacio, y el Señor le dio la paz con todos los enemigos que le rodeaban, el rey dijo al profeta Natán: «Mira, yo estoy viviendo en casa de cedro, mientras el arca del Señor vive en una tienda.»
Natán respondió al rey: «Ve y haz cuanto piensas, pues el Señor está contigo.»
Pero aquella noche recibió Natán la siguiente palabra del Señor: «Ve y dile a mi siervo David: «Así dice el Señor: ¿Eres tú quien me va a construir una casa para que habite en ella? Yo te saqué de los apriscos, de andar tras las ovejas, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. Yo estaré contigo en todas tus empresas, acabaré con tus enemigos, te haré famoso como a los más famosos de la tierra. Daré un puesto a Israel, mi pueblo, lo plantaré para que viva en él sin sobresaltos, y en adelante no permitiré que los malvados lo aflijan como antes, cuando nombré jueces para gobernar a mi pueblo Israel. Te pondré en paz con todos tus enemigos, y, además, el Señor te comunica que te dará una dinastía. Y, cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré su realeza. Yo seré para él padre, y él será para mí hijo. Tu casa y tu reino durarán por siempre en mí presencia; tu trono permanecerá por siempre.»

Palabra de Dios

Salmo

Sal 88,2-3.4-5.27.29
R/. Cantaré eternamente tus misericordias, Señor
Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades.
Porque dije: «Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad.» R/.
«Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
«Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades.»» R/.
Él me invocará: «Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora.»
Le mantendré eternamente mi favor,
y mi alianza con él será estable. R/.

Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (16,25-27):

Al que puede fortaleceros según el Evangelio que yo proclamo, predicando a Cristo Jesús, revelación del misterio mantenido en secreto durante siglos eternos y manifestado ahora en los escritos proféticos, dado a conocer por decreto del Dios eterno, para traer a todas las naciones a la obediencia de la fe al Dios, único sabio, por Jesucristo, la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Palabra de Dios

Evangelio del domingo

Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,26-38):

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.»
Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»
El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.»
María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.»
Y la dejó el ángel.

Palabra del Señor


PETICIONES
1. Padre, Dios, que tu Iglesia, formada por cada uno de nosotros, estemos
atentos al anuncio del Ángel que nos dice: El Señor está contigo. Te lo pedimos Padre.

2. Padre, te pedimos que los enfermos y por todos aquellos que lo van a pasar mal en estas fiestas, experimenten que Tú te has detenido en ellos para mirarlos con misericordia y llenarlos con tu amor. Te lo pedimos Padre

3.Te pedimos por nuestros padres, por nuestras familias. Para que estos días, que son especiales en cada casa, seamos capaces de llevar alegría a nuestro hogar, y no enfado, pena o desconfianza. Te lo pedimos Padre

4.Pedimos por el mundo entero, por la paz. Para que el nacimiento de Jesús lleve a los pueblos a entenderse y a quererse de verdad. Te lo pedimos Padre.

5.Por todos los que nos reunimos cada domingo a celebrar la eucaristía. Para que pasemos unas buenas fiestas de Navidad sin olvidarnos de los que necesitan nuestra ayuda. Te lo pedimos Padre


 

YO TE SALUDO, MARÍA

Yo te saludo, María,
porque el Señor está contigo:
en tu casa, en tu calle, en tu pueblo,
en tu abrazo, en tu seno.

Yo te saludo, María,
porque te turbaste
–¿quién no lo haría ante tal noticia?–
mas enseguida recobraste paz y ánimo
y creíste a un enviado cualquiera.

Yo te saludo, María,
porque preguntaste lo que no entendías
–aunque fuera mensaje divino–
y no diste un sí ingenuo ni un sí ciego,
sino que tuviste diálogo y palabra propia.

Yo te saludo, María,
porque concebiste y diste a luz
un hijo, Jesús, la vida;
y nos enseñaste cuánta vida
hay que gestar y cuidar
si queremos hacer a Dios presente en esta tierra.

Yo te saludo, María,
porque te dejaste guiar por el Espíritu
y permaneciste a su sombra,
tanto en tormenta como en bonanza,
dejando a Dios ser Dios
y no renunciando a ser tú misma.

Yo te saludo, María,
porque abriste nuevos horizontes
a nuestras vidas,
fuiste a cuidar a tu prima,
compartiste la buena noticia,
y no te hiciste antojadiza.

Yo te saludo, María.
¡Hermana peregrina de los pobres de Yahvé,
camina con nosotros,
llévanos junto a los otros
y mantén viva nuestra fe!

Florentino Ulibarri

ADVIENTO III (B)

Estad siempre alegres. Sed constantes en orar. Dad gracias en toda ocasión: ésta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto de vosotros. No apaguéis el espíritu, no despreciéis el don de profecía; sino examinadlo todo, quedándoos con lo bueno.


Lo expresa bien Juan Bautista: él no es la luz, sino testigo de la luz. La luz es Jesucristo. Está en medio de vosotros. No le conocéis. Preparadle el camino en vosotros y en los demás.

«Entre vosotros hay uno que no conocéis». Estas palabras las pronuncia el Bautista refiriéndose a Jesús, que se mueve ya entre quienes se acercan al Jordán a bautizarse…. Precisamente toda su preocupación es «allanar el camino» para que aquella gente pueda creer en él.

Jesús está en medio de nosotros, pero ¿lo conocemos de verdad?, ¿comulgamos con él?, ¿le seguimos de cerca?


VIDEO PARA CANTAR EN FAMILIA CON LOS MÁS PEQUEÑOS DE LA CASA

Tal vez, la mayor desgracia del cristianismo es que haya tantos hombres y mujeres que se dicen «cristianos», en cuyo corazón Jesús está ausente. No lo conocen. No vibran con él. No los atrae ni seduce. Jesús es una figura inerte y apagada.

Está mudo. No les dice nada especial que aliente sus vidas. Su existencia no está marcada por Jesús.

Esta Iglesia necesita urgentemente «testigos» de Jesús, creyentes que se parezcan más a él, cristianos que, con su manera de ser y de vivir, faciliten el camino para creer en Cristo. Necesitamos testigos que hablen de Dios como hablaba él, que comuniquen su mensaje de compasión como lo hacía él, que contagien confianza en el Padre como él.

¿De qué sirven nuestras catequesis y predicaciones si no conducen a conocer, amar y seguir con más fe y más gozo a Jesucristo? ¿En qué quedan nuestras eucaristías si no ayudan a comulgar de manera más viva con Jesús, con su proyecto y con su entrega crucificada a todos?. En la Iglesia nadie es «la Luz», pero todos podemos irradiarla con nuestra vida. Nadie es «la Palabra de Dios», pero todos podemos ser una voz que invita y alienta a centrar el cristianismo en Jesucristo.

José Antonio Pagola


Isaías: El Espíritu de Dios ESTÁ sobre mí, porque me ha ungido, me ha enviado a llevar la buena noticia a los que sufren. Brotará la justicia.

Salmo: Proclama mi alma la grandeza del Señor porque ha hecho en mí maravillas, el poderoso ha hecho obras grandes en mí.

San Pablo: ESTAD siemp

re alegres, sed constantes, no apaguéis el Espíritu, no desperdiciéis el don de profecía.

San Juan: Juan el Bautista vino a ser testigo, él no era la luz sino testigo de la luz. ¿Quién eres? Yo soy la voz del que grita.. el que viene detrás Xto.


PARA LA CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA


SALUDO

Cuando Jesús nació en Belén la gente no lo conocía; vivía con María y José, alejado de todos. Por eso tiene que darlo a conocer Juan el Bautista, él que sí le conocía nos va a decir quién es y cómo le podemos reconocer, y nos grita, nos avisa y nos indica los caminos por donde viene. Nos invita a allanar los caminos, quitar baches, curvas, rebajar alturas, a estar contentos, a ser mejores. El viene, viene, viene siempre.


PETICIONES DE PERDÓN

-Nos hemos portado mal con quienes están a nuestro lado, no viendo en ellos a Jesús, pedimos perdón: Señor, ten piedad.
-No hemos hecho un favor o no hemos sido amables con nuestros amigos, pedimos perdón: Cristo, ten piedad.
-Nos hemos dejado llevar de caprichos, de mal humor, de insultos que no nos han dejado ver el rostro de Jesús, pedimos perdón: Señor, ten piedad.

Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (61,1-2a.10-11):

El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado para dar la buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos, y a los prisioneros la libertad, para proclamar el año de gracia del Señor. Desbordo de gozo con el Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un traje de gala y me ha envuelto en un manto de triunfo, como novio que se pone la corona, o novia que se adorna con sus joyas. Como el suelo echa sus brotes, como un jardín hace brotar sus semillas, así el Señor hará brotar la justicia y los himnos ante todos los pueblos.
Palabra de Dios

Segunda lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses (5,16-24):

Estad siempre alegres. Sed constantes en orar. Dad gracias en toda ocasión: ésta es la voluntad de Dios en Cristo Jesús respecto de vosotros. No apaguéis el espíritu, no despreciéis el don de profecía; sino examinadlo todo, quedándoos con lo bueno. Guardaos de toda forma de maldad. Que el mismo Dios de la paz os consagre totalmente, y que todo vuestro espíritu, alma y cuerpo, sea custodiado sin reproche hasta la venida de nuestro Señor Jesucristo. El que os ha llamado es fiel y cumplirá sus promesas.
Palabra de Dios


EVANGELIO Jn 1, 6-8; 19-28

LECTURA DEL EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN

Cronista: Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: este venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.
No era él la luz, sino el que daba testimonio de la luz.
Y este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a que le preguntaran:
Levita: «¿Tú quién eres?».
Cronista: Él confesó y no negó; confesó:

Juan: «Yo no soy el Mesías».
Cronista: Le preguntaron:
Levita: «¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?».
Cronista: Él dijo:
Juan: «No lo soy».
Levita: «¿Eres tú el Profeta?».
Cronista: Respondió:
Juan: «No».
Cronista: Y le dijeron:
Levita: «¿Quién eres, para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?».
Cronista: Él contestó:
Juan: «Yo soy la voz que grita en el desierto: “Allanad el camino del Señor”, como dijo el profeta Isaías».
Cronista: Entre los enviados había fariseos y le preguntaron:
Levita: «Entonces, ¿por qué bautizas si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?».
Cronista: Juan les respondió:
Juan: «Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia».
Cronista: Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde Juan estaba bautizando.
Palabra de Dios


Los dos jilgueros

Dos jilgueros estaban muy alegres tomando el fresco sobre el mismo árbol. Éste era un chopo. Uno se había posado arriba, en lo más alto de la copa del chopo; el otro, abajo en la bifurcación de dos ramas.

Después de un rato, el jilguero que estaba arriba, por romper el silencio, dijo:
¡Hay que ver, qué bonito es el verde de estas hojas!

El jilguero que estaba abajo lo tomó como una provocación. Le respondió secamente: ¡Tú estás ciego! ¿No ves que son blancas?

Y el que estaba arriba, todo picado: ¡Tú sí que estás ciego; son verdes!

Y el otro desde abajo, volviendo el pico amenazador hacia arriba:
Te juego las plumas de la cola a que las hojas son blancas. Tú no entiendes ni gorda. ¡Pareces tonto!

El jilguero de la copa del chopo sintió que le hervía la sangre. Sin pensarlo dos veces se precipitó sobre su adversario para darle una lección. El otro no se movió. Cuando estaban juntos, el uno frente al otro, con las plumas del cuello alborotadas de ira, por pura casualidad se volvieron los dos a mirar hacia arriba, en la misma dirección. El jilguero que venía de lo alto de la copa del chopo emitió un ¡Oh! De sorpresa.

Pues llevas razón, son blancas.
Pero, en tono conciliador, le dijo a su amigo:
Ven, por favor, a la copa donde yo estaba antes.
Volvieron a la rama más alta del chopo y dijeron los dos a coro:

¡Pues sí, son verdes!


PETICIONES

1. – Pedimos por todos aquellos a quienes por algún motivo les falta la paz o la alegría, para que Dios se la conceda en estas Navidades, roguemos al Señor.

2- Por todas las familias que se hallan separadas o enemistadas, para que la paz de Belén vuelva a ellas, roguemos al Señor.

3- Por todos los niños que en estos días de Navidad no pueden vivir en familia como nosotros, para que no les falte el cariño y la compañía de nuestro Padre Dios, roguemos al Señor.

4- Para que sepamos que Dios está entre nosotros: en los enfermos, en los pobres y en todos los que sufren las consecuencias de la guerra y las catástrofes naturales, roguemos al Señor

SÍMBOLOS Y OFRENDA

Se acerca la cuna vacía.


ACCIÓN DE GRACIAS

Antes de terminar esta misa me gustaría deciros
Que cada día me siento más feliz de conocer cosas de Jesús en la catequesis.

Gracias a todos los que nos ayudáis a los niños y niñas de la parroquia
a preparar la navidad de otra manera
Gracias a nuestras familias, a los que preparan la misa cada domingo,
a los que montan el belén

Gracias a los que nos compráis piruletas y regalos para alegrar nuestras catequesis
Gracias, muchas gracias.
Que la Navidad nos encuentre a todos más amigos, más alegres, más cercanos.


Canto de Adviento

No hay que temer al fracaso, a la lucha,
al dolor, a los pies de barro
o a la debilidad.
No hay que temer a la propia historia,
con sus aciertos y tropiezos;
ni a las dudas; ni al desamor;
que la vida es así, compleja,
turbulenta, hermosa, incierta.
Pero luchemos
contra la tristeza perenne,
esa que se instala en el alma
y ahoga el canto.
Alimentemos la semilla de alegría
que Dios nos plantó muy dentro.
Que surja, poderosa, la voz esperanzada,
esa que clama en desiertos y montes,
en calles y aulas,
en hospitales,
en prisiones,
en hogares y en veredas.
Cantemos, hasta la extenuación,
la vida del Dios hecho niño,
del Niño hecho Hombre,
del Hombre crucificado
que ha de vencer a la cruz, una vez más.
Nadie va a detener al Amor
que se despliega, invencible,
en este mundo que aguarda.
Aunque aún no lo veamos.
(José María R. Olaizola, sj)