Para el diálogo con las familias
Texto que nos sirvió de base para la reunión de familias de catequesis. La charla fue preparada y dirigida por Begoña, madre con una hija en catequesis.
Cuando dos personas tienen un hijo, ejercen sobre él, la llamada autoridad Familiar.
La autoridad familiar es el media para desempeñar la función de crianza y educación de los hijos que debe ejercerse buscando el interés y beneficio de los niños.
Uno de los derechos-deberes de esta figura es «educarlos y procurarles una formación integral debiendo decidir entre ambos padres sobre la educación religiosa de los hijos menores de catorce años.
Nos referimos a decisiones importantes como Bautismo, Comunión, o la educación religiosa de nuestros hijos.
Por tanto nuestra Legislación exige la decisión o acuerdo de ambos progenitores.
Sin embargo la Iglesia Católica, y su Derecho Canónico, permite llevar a cabo el bautismo o la Comunión, únicamente con el consentimiento de uno sólo de los progenitores.
De tal forma que los planteamientos de la Iglesia y Estado son divergentes o contrarios.
¿Cómo debemos actuar en el ámbito civil si uno de los cónyuges desea realizar la Comunión o el Bautismo?
Si uno de los progenitores notifica al otro su decisión, de forma fehaciente, solicitando su consentimiento, se entiende prestado, si éste en un plazo de quince días no muestra su oposición o rechazo.
Si existe respuesta contraria a lo solicitado, será necesaria la Autorización Judicial para llevar a cabo tal decisión. El Juez admitirá o no lo solicitado, siempre en beneficio o interés del menor.
Ya sabéis que este tema de la Comunión si o no, está muy de moda debido a la repercusión mediática, así la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca ha autorizado a un padre a celebrar la Primera Comunión de su hija en contra de la opinión de la madre.
La Audiencia revoca la Sentencia de Primera Instancia que daba la razón a la madre, y permitía que no celebrase la Comunión, ni que cursase la asignatura de Religión.
La Audiencia argumenta la trayectoria vital de ambos padres, creyentes y católicos, bautizados ambos, y casados por la Iglesia, y la coherencia con que la niña continúe dicha trayectoria.
La madre decidió cambiar a la niña de la asignatura de religión a valores por petición de la hija, sin autorización del padre. Y en la actualidad no quiere que tome la Primera Comunión, porque es el deseo o decisión de la niña.
En mi opinión los Magistrados entienden que es una decisión que han de tomar en común los padres, y que no puede quedar en manos de una niña de ocho o nueve años, que no tiene madurez ni juicio suficiente para tomar estas decisiones. Que es el argumento de la madre, respetar la decisión de la menor.
Los Jueces deciden autorizar la comunión obligando al padre a asumir el coste económico de la celebración y a la madre a acompañar a la menor a Catequesis cuando esté la niña en su compañía.
Desde mi experiencia en estos temas lo que a los Jueces les «molesta» es que un progenitor, sin tan siquiera notificar al otro su idea, tomen una decisión de forma unipersonal. Les molesta especialmente que se tome una decisión sin contar con el otro, los hechos consumados.
Los Jueces para tomar su decisión, Comunión Si, Comunión No, suelen atender a la trayectoria de los padres, si son creyentes, si ellos están bautizados, han comulgado, confirmado, y se han casado por la Iglesia. También la continuidad en los hijos, si éstos están bautizados, y cercanos a la Fe de la Iglesia. Si esto es así, por coherencia, lo normal es que se autorice el Sacramento.
Otro tema será a quien se repercute el gasto y si se obliga a asistir a ambos al acto. Lo habitual o general será que lo abone quien lo pide, y no obligarán al detractor a asistir.
En relación a respetar la decisión del niño, sea a favor o en contra, es más problemática, ya que la edad en que se lleva a cabo la catequesis, de siete a nueve años, los menores no tienen suficiente juicio, y además son muy manipulables. Se les puede escuchar pero no es vinculante su opinión. O por lo menos yo así lo creo.
En este momento estoy inmersa en un tema en el que la niña quiere ir a Catequesis y comulgar, la madre la apoya y el padre se niega rotundamente.
El tema es complicado, y aún no tenemos respuesta Judicial, porque si bien los padres han realizado todos los Sacramentos, ahora están divorciados, las dos hijas que tienen en común, no están bautizadas y no asisten a la asignatura Religión, sino a la paralela Valores en educación.
La petición que nosotros hemos realizado es autorizar el Bautismo y la Comunión. La madre pone todas las facilidades del mundo, se compromete a encargarse de llevar a la niña a Catequesis si el padre no quiere, e incluso cuando está en compañía del otro progenitor. A costear el Acto o celebración. Admite que el padre y su familia asistan al Acto Religioso y posterior, o que no lo hagan, respeta la decisión del padre.
Me parece que el tema está bastante complicado por la variación de la trayectoria de los padres y por la edad de la menor, y el peso que pueda tener su decisión. Estamos en manos del Juez.
Otro tema íntimamente relacionado y que también he tenido que gestionar, es la divergencia existente entre dos progenitores de si el hijo común debe cursar la asignatura de Religión o la alternativa que ofrece el centro escolar llamada atención educativa, que supone trabajar los valores a través de cuentos.
En este tema los progenitores no estaban casados, y el niño no está bautizado, ni cercano a la fe católica, por lo menos con el padre, ya que éste es agnóstico.
La madre, sin autorización del padre, había matriculado al menor en la asignatura Religión.
La solución que dio el Juez, fue un tanto salomónica, tratando de armonizar los intereses de los dos padres.
Señaló que la Educación en valores cívicos no tiene por qué ser opuesta a la de los valores de la Iglesia Católica, la mejor opción es aquella en virtud de la cual, puedan verse atendidos los deseos de ambos progenitores, y para ello se estima que el hijo sea matriculado en el próximo curso escolar en la asignatura atención educativa, y se autoriza a la madre para que también pueda proporcionar al hijo una educación en la Religión Católica por la que opta, esta educación nada impide que se verifique fuera del centro escolar, bien por medio de la Parroquia más próxima a su domicilio o cualquier otro Centro o Institución perteneciente a la Iglesia Católica que la madre estime, ofreciendo así al hijo una educación también en los Valores de la Iglesia Católica.
¿Qué os parece esta decisión a vosotros?.
Begoña