Categoría: CLARETIANOS
En 1849, Antonio María Claret, un sacerdote catalán muy preocupado por el anuncio del Evangelio a la gente, reunió a varios sacerdotes que compartían su sensibilidad misionera.
Así nació nuestra Congregación, que hoy es conocida de dos maneras: ‘Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María’ y ‘Misioneros Claretianos’.
MARTIRES CLARETIANOS
MÁRTIRES DE BARBASTRO
13 AGOSTO:
BEATOS MÁRTIRES CLARETIANOS DE BARBASTRO
Todos sobre los mártires de Barbastro…
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QUIENES SOMOS LOS CLARETIANOS?
En 1849, Antonio María Claret, un sacerdote catalán muy preocupado por el anuncio del Evangelio a la gente, reunió a varios sacerdotes
que compartían su sensibilidad misionera.
Así nació nuestra Congregación, que hoy es conocida de dos maneras: ‘Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María’ y ‘Misioneros Claretianos’.
GREGORIO RIAÑO-Claretiano.
150 AÑOS EN BARBASTRO
La comunidad celebrará en el mes de septiembre su pasado y futuro gracias a la Casa Museo
BARBASTRO.-
Los Misioneros Claretianos llevan 150 años en Barbastro y en la provincia de Huesca desde que llegaron a la ciudad el 20 de septiembre de 1869 y este aniversario se celebrará en septiembre de 2019 con asistencia de autoridades importantes, según explica Carlos Latorre, superior de la Comunidad Claretiana, y entre quienes mejor conocen la historia. La continuidad está «garantizada» gracias a los 51 Mártires Claretianos en cuya memoria se construyó la Casa Museo que se ha convertido en referencia mundial por la que pasaron 93.000 personas en el transcurso de 26 años, desde su apertura el 15 de noviembre de 1992.
En siglo y medio de vida en Barbastro destacan varias efemérides desde que en 1879 se donó la «espaciosa casa» para el primer Seminario por iniciática del Conde de Bielsa, en calle Conde. En el año 1888, se construyó la primera iglesia dedicada al Corazón de María, en España; desde 1928 hasta 1936, la comunidad se hizo cargo de la dirección del Seminario Diocesano de Barbastro.
A lo largo de 150 años, la casa se destinó a la formación de postulantes, novicios y teólogos y cuando se cerró el Seminario Claretiano, en 1962, las instalaciones albergaron a los estudiantes del Colegio Menor durante seis años. En la historia destaca que de 1962 a 2009, los claretianos atendieron el monasterio de El Pueyo donde relevaron a los monjes benedictinos tras una larga etapa iniciada el 13 de diciembre de 1889.
En el transcurso de 47 años en El Pueyo se realizaron obras importantes, entre ellas la traída de agua potable, restauración de las pinturas de Bayeu en el camarín y mejoras en la iglesia. Se clasificaron y ordenaron los 28.000 volúmenes de la biblioteca donde se conserva un incunable de 1484 restaurado por iniciativa de los claretianos, entre otras acciones que recuerdan la huella de los misioneros -en especial del P. Juan Sanz- a quienes relevaron los monjes del Instituto del Verbo Encarnado.
En la historia de 150 años destaca, sin ninguna duda, la Beatificación de 51 Mártires Claretianos el 25 de octubre de 1992 en la Plaza de San Pedro en Roma. Un hecho importante porque ha marcado el futuro de los Claretianos en Barbastro como recuerda el superior Carlos Latorre, «para mantener viva su memoria, la Congregación Claretiana optó por edificar la actual Casa-Museo sobre el mismo solar de la antigua para conservar las reliquias».
En este sentido, recuerda que «así lo decidió el Gobierno central en la sesión del 15 de octubre de 1990 cuando se trató sobre el asunto de la casa de Barbastro y estimó que los restos de los Mártires debían quedarse aquí como patrimonio de la Congregación y de paso se garantizó la continuidad de los Claretianos». En esta línea, señaló que «hoy en día se cierran muchas comunidades en España y algunas que siguen abiertas durarán poco porque cada día hay menos vocaciones. Barbastro tiene el futuro asegurado y mientras estén los Mártires, seguiremos para transmitir su mensaje».
En la capital oscense hubo una comunidad claretiana pero se cerró con el paso del tiempo, «en Aragón solo quedan en Alagón con más de 100 años pero con el interrogante del futuro y quedarán Zaragoza y Barbastro como las únicas referencias». En esta larga historia, «la sentencia estaba dictada cuando se cerró el Seminario pero hubo una prórroga de seis años de internado para estudiantes del Colegio Menor. En este tiempo, se anunció la Beatificación de los Mártires después de un largo proceso y el futuro cambió por completo».
Además, en la antigua casa se publicó una Revista única en España, por sus características, y estuvo la redacción de «Palaestra Latina» que se editaba en latín dirigida por el P. José María Mir con Carlos Latorre de secretario. Los Misioneros colaboran con el Obispado en algunas parroquias «a poca escala porque no tenemos más gente por nuestra dedicación a la Casa Museo».
En la línea de recuerdos está la construcción de la primera iglesia dedicada al Corazón de María: «fue casi un proyecto quijotesco porque no tenían recursos y buscaron un arquitecto técnico pero los propios religiosos fueron obreros. A partir de entonces, se han hecho mejoras y la más reciente de hace un año».
BIBLIOTECA Y MUSEO
En la Casa destaca la biblioteca del Museo de los Mártires Claretianos que dirige José María Beruete, la segunda más importante en España después de Hispania Martyr, por el contenido y fondo bibliográfico especializado con más de 2000 libros sobre la temática de los mártires de la Iglesia en el siglo XX de diversos autores, nacionales y extranjeros. El fondo iniciado en el año 1992 se completa con libros sobre otros temas.
La celebración de 150 Años será en septiembre con actos culturales, religiosos y sociales en torno a los Misioneros Claretianos en Barbastro. En la comunidad hay cinco religiosos, entre ellos el joven filipino Antonio Alcántara que ha sido la última incorporación, «es un lujo porque estaba en EE.UU. y tardó tres meses en darle una respuesta al P. General. Barbastro se ha convertido en referencia mundial gracias a la Casa Museo».
ÁNGEL HUGUET
08/07/2019
BODAS DE ORO JOSÉ LUIS LATORRE
El P. JOSÉ LUIS LATORRE,
nació en San Esteban de Litera (Huesca) en el año 1944.
SEMINARIOS
Alagón (1955-1958);
Barbastro (1958-1960);
Vic (1960-1961);
Solsona (1961-1964);
El Pueyo (1964-1965)
Salamanca (1965-1969)
DESTINOS:
Requena (Valencia): Promotor de vocaciones. (8 años)
Madrid: Ampliar estudios. (2 años)
Zaragoza-Curia: Pastoral juvenil. (2 años)
Calatayud-Seminario: Formador. (4 años)
Parroquia Corazón de María-Zaragoza: Coadjutor (8 años)
Zaragoza-Curia: Equipo de Evangelización Popular. (3 años)
Paraguay-Lambaré: Misionero. (17 años)
Chile: Responsable de Proclade, San José del Sur. (3 años)
Villagarcía de Arousa: (Año y medio)
Zaragoza Parroquia: Párroco desde el 2017.
DESPUÉS DE LA EUCARISTÍA DE ACCIÓN DE GRACIAS… (Foto con las parroquianas/os)
+ P. DOMINGO BALLESTER RAMÓN, CMF
* Nació en Xàtiva – Játiva (Valencia) el 3 de noviembre de 1931.
* Emitió su primera profesión en Vic el 16 de julio de 1950.
* Fue ordenado Presbítero en Valls el 17 de agosto de 1958.
* Ha fallecido en Zaragoza el 24 de agosto de 2017.
Hijo de Domingo y María de las Nieves, Domingo nace en Xàtiva, ciudad tan vinculada a los Misioneros Claretianos, y allí conoce la Congregación. Tras pasar con su familia la guerra civil y los duros años siguientes, ingresa en el Postulantado de Alagón.
Después de estudiar en Alagón y Barbastro, comienza el noviciado el día del primer centenario de la Congregación con el P. Manuel Mascaró como maestro y emite sus primeros votos el 16 de julio de 1950 con diecisiete compañeros.
Estudiante de la provincia de Cataluña, Domingo cursa en Solsona los años de filosofía y en Valls los de teología y emite su profesión perpetua el 16 de julio de 1953. Ordenado presbítero por Mons. Narcis Jubany el 17 de agosto de 1958 en Valls, cursa en Madrid el año de pastoral y acabado éste es destinado por el Superior General a Bolivia.
Sus primeros diecisiete años de sacerdocio se desarrollan en América en contextos sociales, políticos y eclesiales bien complejos. De 1959 a 1972 está destinado en Bolivia, residiendo al menos en Cochabamba y Tarija. Prefecto de postulantes durante cinco años, sirve como superior y ecónomo en ambas comunidades, es párroco en Tarija y forma parte durante unos años del gobierno provincial.
En 1973 la provincia claretiana de Chile le recibe constatando que llega “con el mejor de los ánimos”. Miembro al principio del equipo parroquial de Tocopilla, nueva fundación asumida para atender a unos 30.000 habitantes que llevaban un año sin sacerdote, se convierte en uno de los hombres de confianza del Arzobispo de Antofagasta, D. Carlos Oviedo, que le encomienda numerosas tareas de formación y medios de comunicación social, campo para el que se especializa en la Escuela Carlos Septién de México.
Las crónicas provinciales del momento constatan su abundante y entregado trabajo en la formación de laicos, la educación y el apostolado parroquial y aluden varias veces a sus problemas de salud provocados por el cansancio y la tensión.
En 1976 las circunstancias aconsejan que abandone Chile y el Superior General le incardina a la Delegación de Francia. Durante 36 años Domingo compartirá las vicisitudes de la presencia congregacional en el país, formando parte de las comunidades de Marsella y París. En ellas se dedica a los emigrantes de habla española y asume en bastantes períodos el servicio de ecónomo en las comunidades.
En 2008, cuando la recién nacida Provincia de Santiago asume a petición del Gobierno General la atención de la Misión Española de París (Rue de la Pompe), Domingo deja de pertenecer a la Delegación de Francia para incorporarse a Santiago. Desde París – La Pompe, donde sigue destinado, viaja a España para participar en la asamblea provincial de 2010 y en alguna tanda de ejercicios y visita con especial afecto (como había hecho durante muchos años) las comunidades de la antigua provincia de Aragón, sobre todo la comunidad asistencial.
La evolución de su salud aconseja en 2012 que Domingo abandone la Misión de París. Se incorpora entonces a la Comunidad de Zaragoza-León Felipe, en la que ha vivido estos últimos cinco años. Sin muestras visibles de empeoramiento hasta hace unas semanas, tras unos días de hospitalización, de vuelta a casa las insuficiencias cardíacas y respiratorias acabaron provocando su muerte.
El 26 de agosto la Capilla de la Comunidad Asistencial acogió su funeral, con presencia de tres generaciones de su familia, algunas misioneras claretianas y claretianos de las dos comunidades de Zaragoza, Alagón, Barbastro, Madrid y París.
En Xàtiva se celebrará el día 28 una misa por su eterno descanso.
BIOGRAFÍAS / MÁRTIRES CLARETIANOS ARAGONESES
Nació el 1 de junio de 1905 en Guadalaviar (Teruel)
Profesó el 11 de junio de 1936
Sacerdote el 8 de junio de 1928
Fusilado el 7 de agosto de 1936 en San Saturnino de Osormort (Barcelona)
El P. Navarro nació el 1 de junio de 1905 en Guadalaviar (Teruel), de la diócesis de Albarracín. Fue bautizado el día 6 del mismo mes en la parroquia del pueblo. Fue confirmado el 10 de junio de 1914 por el Exc.mo Juan Antón de la Fuente, Obispo de Teruel y Administrador apostólico de Albarracín.
Sus padres fueron D. Juan Navarro, molinero, y Dª Ángela Martínez, dedicada a las labores de casa. Tuvieron 9 hijos, seis varones y tres mujeres. Casto era el tercero de los varones.
Ingresó en el Seminario diocesano de Teruel en septiembre de 1918 con trece años. Aquí realizó todos los estudios eclesiásticos obteniendo calificaciones medianas.
El 29 de mayo de 1926 recibió la primera tonsura, al día siguiente el Ostiariado y Lectorado y el 31 del mismo mes y año el Exorcistado y Acolitado. El Subdiaconado lo recibió el 11 de junio de 1927, el Diaconado el 17 de diciembre de ese año y el Presbiterado el 10 de junio, domingo de Pentecostés, de 1928, con 23 años. Todas las órdenes fueron conferidas por el Obispo diocesano Dr. Juan Antón de la Fuente.
Su actividad pastoral la desarrolló en varios pueblos. Primero fue nombrado Coadjutor de Terriente el 5 de julio de 1928. A los pocos meses, 12 de marzo de 1929, fue a Aguatón como ecónomo. Dos años después fue mandado a Vallecillo como regente y al año siguiente, 1932, con la misma categoría a Griegos. Su hermana Bibiana le hacía de ama de casa.
Según consta en los informes diocesanos, en todos los cargos que desempeñó,
se mostró celoso de la salvación de las almas, trabajando siempre con actividad apostólica y a satisfacción de sus superiores.
Ingresó en la Congregación en la semana de Pascua de 1935 en Vich, después de una espera y maduración durada tres años, con la oposición de sus padres incluida. Esta vez tuvo la comprensión y facilidades de su Obispo, fraile agustino y mártir, Beato Anselmo Polanco. Tomó el hábito el 10 de junio de 1935 e inició el noviciado bajo la dirección del P. Arner, su compañero de martirio. Al cabo del año de prueba emitió la profesión el día 11 de junio de 1936.
Su primer destino en la Congregación fue ser coadjutor del maestro de novicios, por lo cual continuó en Vich, mientras él esperaba un destino fuera de Cataluña por no hablar el catalán para ejercer el ministerio.
Dispersión de la comunidad y martirio
El día 20 de julio, junto con el P. Arner y los novicios y postulantes, se vió obligado a abandonar la casa del noviciado y, como se ha dicho antes, refugiarse en los bosques sin provisión de algún tipo.
El día 27, a petición del P. Arner, se dirigió a Vich para entrevistarse con el P. Superior y recibir del mismo las órdenes oportunas para pasar a Francia. Salió de mañana pasando por Saladeures, donde el colono le hizo comer, le instruyó un poco y le puso a tono con el ambiente, diciéndole que para saludar tenía que decir ¡Salud! levantando el puño. Le puso una camisa de color quitándole la blanca que llevaba, y otro tanto con los zapatos negros sustituyéndolos por unas alpargatas nuevas y una gorra como la suya.
Al querer entrar en la ciudad fue detenido en un control marxista, que estaba en la entrada del puente de la carretera de Calldetenas, pues no llevaba el pase necesario. Iba indocumentado y al pedirle su identidad, primero dijo que era labrador, luego que maestro y finalmente que era Misionero del convento de la Merced, y lo condujeron maniatado ante el comité revolucionario. Le sometieron a un registro minucioso y a un interrogatorio exhaustivo entre insultos y vejaciones. Entre otras cosas le preguntaron por el paradero de los restos de San Antonio Mª Claret, Fundador de la Congregación. También le preguntaron si tenía armas escondidas a lo que respondió mostrando su rosario y escapulario:
No tengo más armas que estas.
Los milicianos, enfurecidos, se los arrebataron y los destruyeron en su misma presencia.
En el cuartelillo se encontró con el P. Arner, y, junto con él, fue llevado a la cárcel horas después.
Al P. Navarro le colocaron en la celda del seglar de derechas Sr. Rial. Luego hicieron otra distribución y le tocó cercano al P. Arner. Los compañeros de cárcel sobrevivientes nos describen que alli se mantenía devoto y recogido. En la celda practicaba sus ejercicios de rodillas y de cara a la pared. Confiaba plenamente en la Providencia y conservaba la serenidad. El P. Navarro se presentaba optimista y con la persuasión de que nada mal les habría de pasar porque, decía, los rojos no buscan sino pesetas, y como nosotros no tenemos, nos soltarán.
Estaba convencido de que iba a morir fusilado. Para ello se preparó de manera remota con las pláticas que hemos recordado antes y de manera próxima, como los demás, confesándose con el P. Arner.
El día 7 de agosto por la noche, como se ha dicho más arriba, fue sacado con el P. Arner y fusilado en la carretera de San Hilario en el término municipal de San Saturnino de Osormort (Barcelona).
Nació el 1 de abril de 1915 en Fonz (Huesca)
Profesó el 8 de diciembre de 1932
Fusilado el 19 de octubre de 1936 en Mas Claret-Cervera (Lérida)
En el pueblo de Fonz de la provincia de Huesca y diócesis de Lérida nació el H. Fernando el día 1 de abril de 1915 y fue bautizado el 10 del mismo mes y año en la parroquia de la Asunción de dicho pueblo. Fue confirmado el 15 de octubre de 1915 por el Exc.mo José Miralles, Obispo de Lérida, durante la visita pastoral.
Sus padres fueron D. Francisco Castán, labrador, y Dª. María Meseguer, que tuvieron cinco hijos, de los cuales tres fueron religiosos: el beato Francisco, mártir claretiano en Barbastro el 15 de agosto de 1936, y una hija Carmelita descalza.
Ingresó en el postulantado claretiano de Barbastro en 1928 donde inició los estudios de Humanidades y los continuó en Cervera desde el verano de 1930, donde el Prefecto de postulantes era el P. José Ribé. Vistas las dificultades que encontraba para el estudio, en enero de 1931 pasó a la categoría de Hermano coadjutor.
Poco tiempo después fue al noviciado de Vic donde hizo el postulantado de Hermanos y tomó el hábito el 7 de diciembre de ese año, al cabo del cual emitió la profesión el día 8 de diciembre del 1932. Su primer destino fue el colegio de Barbastro y el segundo, y último, Cervera, donde desempeñó los oficios propios de los Hermanos Coadjutores.
Cualidades: tenía buena salud, era de muy buena conducta y tenía grandes aptitudes para trabajar.
Estando en la comunidad de Cervera le sorprendió el Terror rojo, que le obligó a abandonar la casa el día 21 de julio de 1936 y acabó refugiándose en la finca del Mas Claret dos días después. Desde ese día 23 junto con los que estaban refugiados, se dedicó a las labores de la finca, a la vida de piedad, a preparar el martirio, que tuvo lugar el día 19 de octubre de 1936, cuando fue fusilado junto con otros dieciocho compañeros religiosos.
Nació el 3 de septiembre de 1892 en Alcolea de Cinca (Huesca)
Profesó el 8 de septiembre de 1908
Sacerdote el 17 de julio de 1916
Martirizado el 7 de agosto de 1936 en San Saturnino de Osormort (Barcelona)
El P. Arner nació el 3 de septiembre de 1892 en Alcolea de Cinca (Huesca) y fue bautizado tres días después en la parroquia de San Juan Bautista de dicha villa, perteneciente a la diócesis de Lérida. Fue confirmado en la misma parroquia.
Sus padres fueron D. Antonio Arner, labrador, y Dª Josefa Margalef, que tuvieron ocho hijos, ocupando José el cuarto lugar.
Ingresó en el postulantado de Barbastro el 27 de julio de 1903, siendo prefecto el Beato Felipe de Jesús Munárriz, sustituido en 1905 por el P. Ramón Ribera. Allí cursó las Humanidades con resultados extraordinarios, cualidades intelectuales excepcionales. En todos los cursos obtuvo el Meritissimus Maior.
En el verano de 1907 fue a Cervera para hacer el noviciado. Tomó el hábito el 7 de septiembre mientras sus compañeros lo habían hecho el 30 de agosto, porque para esa fecha no tenía la edad canónica. Su maestro fue el P. Mariano Fernández. Terminado el año de prueba profesó el 8 de septiembre de 1908.
Los estudios filosóficos y teológicos los realizó en el mismo colegio de Cervera hasta 1914, con notable aprovechamiento, aunque, durante los estudios filosóficos, con frecuencia tenía los ojos enfermizos, que le impedían estudiar con asiduidad. En 1915 fue a Alagón a cursar el primero de teología moral y en 1916 al Colegio Máximo de Aranda de Duero para el año de Preparación al ministerio.
Al final del segundo curso de filosofía recibió la primera tonsura y dos años después las órdenes menores de manos del Exc.mo Armengol Coll, Vicario apostólico de Fernando Póo. En Alagón recibió las órdenes del subdiaconado el 20 de junio de 1915, del diaconado, el 11 de julio de ese año de manos del citado Vicario apostólico y el presbiterado el 17 de junio de 1916 de manos del Arzobispo de Zaragoza Soldevilla Romero.
De Aranda pasó a Cervera como profesor de Lógica y Metafísica, como sustituto del profesor enfermo. En 1918 fue destinado a Alagón en calidad de auxiliar del prefecto de moralistas y de predicador. Después del trienio fue enviado a Barbastro, donde residió hasta 1925. A continuación fue a Requena, y después fue nombrado superior de Alagón para el trienio 1928-1931. Durante este tiempo desarrolló una gran actividad apostólica con las misiones populares y otras predicaciones. Al acabar el trienio fue nombrado prefecto de estudiantes teólogos y moralistas de Cervera. En enero de 1934 fue a Vich como maestro de novicios. En esta ciudad le sorprendió la persecución religiosa.
Virtudes
Era un excelente religioso, muy observante, para algunos muy exigente, e incluso riguroso, en el cumplimiento de su deber. Era ejemplar en todo y muy laborioso, a pesar de que su salud era regular. Como Superior era celoso por el bien de sus súbditos.
Dispersión de la comunidad y huida
La tarde del 20 de julio salió de casa con el Coadjutor, P. Casto Navarro, y los 31 novicios, todos con la sotana, y postulantes por orden del P. Superior, en plan de fuga, aunque le repugnaba pues la Guardia Civil había dado buenas palabras. Se dirigieron a la Masía Pratdesaba, junto al castillo de Saladeures, donde se acomodaron para pasar la noche. Antes de cenar rezaron el Santo Rosario con la familia.
A la mañana siguiente celebró misa en la capilla del castillo con asistencia de moradores y forasteros. Tuvieron que abandonar aquella casa por la cercanía a la carretera y desde ese día 21 estuvieron como trashumantes, con sotana los primeros días, por los bosques, privados de todo y durmiendo a la intemperie hasta que el comité, por intercesión de personas piadosas, les permitió volver a Vich el día 28. Durante esos días el P. Arner se preocupó del alimento material y espiritual de todo el grupo de novicios. Todos los días hicieron las prácticas piadosas habituales, pero con más fervor. A todos les inculcaba que habían de estar orgullosos de ser perseguidos personalmente por Cristo y que esta era una gracia muy grande. El día 25, fiesta de Santiago Apóstol, aprovechó el segundo punto de la meditación para enaltecer la gloria del Apóstol, el primero en derramar su sangre por Cristo, y animó a todos a sufrir el martirio si era necesario.
El P. Arner quería pasar a Francia con los estudiantes, para lo cual el día 26 envió al H. Rubio[1] a Vich para hablar con el P. Superior, Manuel Mascaró, y este no lo aprobó. Al día siguiente envió al P. Navarro, que no pudo volver al grupo.
Detención, encarcelamiento y martirio
El día 28 por la tarde volvieron a Vich en un ómnibus que dos mujeres, Ángela Lladó y Josefa Camarasa, habían alquilado después de obtener el «pase» del comité para los novicios. Advirtieron al P. Arner que no viajara con los novicios por el peligro que corría su vida, pero dijo que no podía abandonarlos en razón de su cargo. El autobús fue revisado en el control situado en el puente de Calldetenas, donde descubrieron su identidad avisando de ello al chófer, pero para más seguridad un miliciano les seguía en moto. Fueron llevados ante el comité.
El interrogatorio se desarrollaba bien, hasta que entró un personaje gritando con malos modos ¿A dónde van tantos frailes y monjas? Efectivamente, allí había monjas que esperaban el pase. Desde ese momento cambió la situación.
¿Quién es el jefe de esta cuadrilla? Continuó el recién llegado.
Soy yo, contestó el P. Arner.
Esto le valió un insulto grosero y un tratamiento a base de empujones. A los novicios los dejaron libres y al P. Arner lo llevaron al cuartelillo, en donde estaba el P. Navarro. Pasaron algunas horas juntos, hasta que a eso de las once de la noche fueron llevados a la cárcel.
En la cárcel los separaron. Al P. Arner lo colocaron no se sabe dónde, pero a la mañana siguiente ofreció al P. Navarro y al Sr. Rial su toalla para que pudieran lavarse y el desayuno que le había sobrado. El día 29 hubo una nueva distribución de las celdas y a los Padres les pusieron en celdas contiguas, de manera que podían comunicarse con facilidad. Los compañeros de cárcel supervivientes informan que el P. Arner aparecía silencioso y pensativo y poco amigo de alternar con los demás. Esa forma de ser estaba aumentada por sus achaques. Gustaba de pasear a solas con ritmo claustral, dedicado a sus rezos y meditaciones. Apenas se alimentaba, y aun lo poco que comía, le hacía mal y lo tenía que vomitar.
Un día, conversando con un sacerdote detenido, le dijo:
Hoy he meditado en la oración de Jesús en el Huerto.
Pues siga Ud. meditando en la crucifixión y en la Muerte de Jesús, por lo que pueda suceder, le respondió el avisado sacerdote.
Por si alguno había olvidado el peligro que corrían, los milicianos se lo recordaban todos los días, principalmente al llevarles la comida, que era el momento de los insultos y amenazas. Así les repetían el estribillo:
Si supiéramos que sois frailes, ahora mismo os fusilaríamos.
La noche del 7 de agosto sacaron a los dos Padres y los fusilaron, como ha referido uno de los que tal cosa hicieron. También lo confirmó el carcelero a una piadosa señora que llevaba alimentos a los Padres.
El día 8 fueron vistos dos cadáveres en la carretera de Vich a San Hilario, en el término municipal de San Saturnino de Osormort (Barcelona).
Nació el 3 de diciembre de 1869 en Tarazona (Zaragoza)
Profesó el 6 de junio de 1887
Fusilado el 19 de octubre de 1936 en Mas Claret-Cervera (Lérida)
En la ciudad de Tarazona, provincia de Zaragoza, nació Francisco el día 3 de diciembre de 1869, hijo de Félix Milagro y de Mariana Mesa, y recibió el bautismo al día siguiente en la parroquia de San Andrés de la Catedral de la ciudad y diócesis de Tarazona. La confirmación la recibió el 23 de octubre del año siguiente en la iglesia de Santa María Magdalena de la misma ciudad de manos del Exc.mo Cosme Marrodán, Obispo de Tarazona.
La primera formación la recibió en Tarazona según los planes de la época, de suerte que a los catorce años era un jornalero profesional.
Con dieciséis años cumplidos, 1885, ingresó en el colegio claretiano de Barbastro como aspirante a Hermano Coadjutor. Tras un breve postulantado correspondiente a su clase, en el mes de mes de junio de 1886 tomó el hábito iniciando así el año de noviciado, al cumplimiento del mismo emitió la profesión el día 6 de junio de 1887.
Su primer destino fue el mismo colegio de Basbastro donde desempeñó el oficio de cocinero. Dos años más tarde, 1889, fue enviado al colegio de Vic, como ayudante de otros Hermanos y después como sastre y sacristán. Con su porte modesto y con su fidelidad edificaba a los fieles. Después de más de 30 años de residencia en Vic, en marzo de 1921 los Superiores le enviaron a la comunidad de Cervera, que entonces era muy numerosa, con el cargo de sastre y de enfermero. Por sus buenas cualidades y virtudes los Superiores le concedieron ser director de Hermanos novicios y aspirantes en todo lo referente al trabajo manual. Según su biógrafo el H. Milagro fue «modelo de Hermanos Coadjutores»[1], que los informes resumen así: era persona de buena salud, instruido, buen cantor, muy observante, fervoroso, modesto, franco y dócil. Muy trabajador. Hombre de toda confianza. Paciencia heroica y humildad edificante.
En el desempeño de sus cargos se distinguía por su fidelidad, amor entrañable a sus subordinados, celo por la observancia, gran prudencia en corregir los defectos, dando ejemplo del cumplimiento exacto de las santas Constituciones. Por todo ello era muy querido, muy amante de la Congregación y de la pobreza religiosa.
De la casa de Cervera le sacó la revolución el día 21 de julio de 1936 y, después de varias peripecias, le llevó a la finca del Mas Claret. Aquí junto con los demás religiosos llevó vida de oración, se preparó para el martirio, que le llegó el día 19 de octubre de 1936 a media tarde.
Nació el 18 de abril de 1915 en Azlor (Huesca)
Profesó el 15 de agosto de 1931
Fusilado el 18 de octubre de 1936 en Cervera (Lérida)
El Estudiante José Loncán nació en el pequeño pueblo de Azlor, de la provincia de Huesca, el día 18 de abril de 1915 en el seno de una familia numerosa, formada por sus padres, D. José Loncán, albañil de profesión, y Dª. Maria Campodarve, y cinco hermanos más.
Fue bautizado solemnemente en la parroquia de Santa María de las Victorias de Azlor, diócesis de Lérida, el día 21 de abril de 1915. En la misma parroquia recibió el sacramento de la confirmación.
De niño fue monaguillo asiduo y puntual. Decía su made: Cuando oía tocar a Misa salía corriendo de casa, pues el que primero llegaba se ponía la sotana. En este ambiente le propuso ser religioso y aceptó inmediatamente.
A los once años, en el verano de 1926, fue al postulantado de Barbastro, donde comenzó los estudios de Humanidades, y los concluyó en Cervera, a donde se desplazó en 1927.
Con sus compañeros viajó a Vich el 29 de julio de 1930 para hacer el noviciado. Después de los ejercicios espirituales tomó el hábito el 14 de agosto de ese mismo año y comenzó el año de prueba bajo la dirección del P. Ramón Ribera. Durante la segunda parte del noviciado hubo cambios transcendentes como la proclamación de la República en España, elecciones a cortes constituyentes y el cambio de clima social con la quema de iglesias y conventos. Este nuevo ambiente antirreligioso creó desasosiego e inquietud en la familia de José, que le escribió de una carta, a la cual respondió el día 11 de junio de 1931, que no tenía miedo , que amaba su vocación más que todo y que estaba dispuesto al martirio:
«En esta ciudad de Vich la gente es muy buena gracias a Dios, pero hay alguno, aunque pocos, que parece tienen gusto especial en quitar la paz y tranquilidad de los conventos quemándolos y haciendo salir de ellos a sus pacíficos moradores. Yo no sé que ven en un pobre fraile para que quieran matarle. Contra esos malos y perseguidores de los frailes hubimos de prevenirnos. Así que aquel día que se quemaron tantos conventos en España estábamos preparados para salir de casa y correr por los montes.
Que amaba su vocación por encima de todo y que estaba dispuesto al martirio: «No les parezca que por esto tenga ganas de ir a Azlor pues prefiero estar corriendo por estos montes perseguido por los males y si es la voluntad de Dios que me maten, prefiero todo esto que no ir a Azlor pues estando allí no tengo tanta seguridad de volver a ser fraile otra vez. Tengo muchas ganas de ser fraile y misionero y convertir muchas almas para Jesús.
…..
Prono si Dios quiere profesaré, a ser que hagan salir, o matar antes a todos los frailes. A todo estoy dispuesto hasta a morir mártir pero, se lo digo, sería un gran disgusto para mí el no poder profesar a causa de las leyes perversas del gobierno y no me gustaría nada tener que ir a Azlor pues tendría que repetir otra el año de Noviciado».
Acabado el año de noviciado profesó el 15 de agosto de 1931. El día 26 de dicho mes se trasladó con 16 compañeros a Solsona. El viaje lo hicieron vestidos de paisano.
En Solsona hizo los estudios de filosofía y el primero de teología. El 26 de agosto de 1935 llegó a Cervera para continuar con la teología.
Cualidades. Los primeros informes no eran muy favorables, pero en 1935 eran un poco mejores. Se le reconocían buenas cualidades intelectuales, muy estudioso más dado a la ciencia que la virtud, de carácter un poco retraído y algo criticón. Otro informe posterior decía que se permitía libertades de expresión y que trata de someter el propio juicio, cosa que necesita.
Martirio
El día 21 de julio de 1936 por la tarde salió de Cervera con la mayor parte de la comunidad con rumbo a Solsona y tuvieron que hacer noche en San Ramón. Al día siguiente, por motivos de salud, fue llevado junto con Evaristo Bueria, al hospital de Cervera, donde ya había refugiados unos cuantos misioneros, casi todos enfermos y ancianos imposibilitados. José Loncán tuvo una erisipela que le llevó al borde del sepulcro y le proporcionó muchos dolores que soportó con paciencia y gran edificación de quienes le cuidaban. En el hospital convivió con los otros misioneros allí recluidos en dos salas y aislados del mundo y dedicados a la oración y a la preparación para el martirio.
El día 17 de octubre de 1936 a la intempestiva hora de las 11,30 de la noche se presentaron Juan Solé, Enrique Ruana y otros acompañantes y se llevaron en un camión a José Loncán y a los otros 10 y los fusilaron en el cementerio de Cervera mientras gritaban ¡Viva Cristo Rey!
Nació el 19 de septiembre de 1913 en Fayón (Zaragoza)
Profesó el 24 de septiembre de 1929
Fusilado el 18 de octubre de 1936 en Cervera (Lérida)
En el pueblecito de Fayón de la provincia de Zaragoza y diócesis de Lérida nació Manuel el día 19 de septiembre de 1913, hijo de D. Francisco Solé, jornalero, y Dª. Generosa Vallespí. A los ocho días de nacer el párroco le administró el bautismo y dos años más tarde le fué administrado el sacramento de la confirmación.
Ingresó en la Congregación el12 de octubre de 1924 en el seminario de Barbastro, donde el Prefecto de postulantes era el también mártir P. José Ribé. En Barbastro hizo los dos primeros cursos de Humanidades y los continuó en Cervera desde 1926.
A finales del mes de julio de 1928 llegó a Vich para realizar el noviciado bajo la dirección del P. Ramón Ribera. Tomó el hábito el día 23 de septiembre y profesó el 24 de septiembre de 1929, fiesta de Ntra Sra de la Merced.
Al día siguiente de profesar se trasladó a Solsona para realizar los estudios de filosofía. El verano de 1931 lo aprovecharon completamente para estudiar la Ética, la Teodicea y la Sociología. El día 24 de septiembre, en auto alquilado, emprendieron viaje con rumbo a Cervera. Aquí comenzó los estudios de la teología para poder ordenarse de sacerdote y en la misma ciudad, en los días 23 y 24 de enero de 1932 recibió la primera tonsura y las dos primeras órdenes menores, Lectorado y Ostiaiado, de manos del Exc.mo Valentín Comellas, Administrador apostólico de Solsona.
Pero el año 1934 no inicia el curso en octubre porque padecía una fístula que le obligaba a tratamiento, y mientras da clases con competencia en el postulantado instalado en el mismo centro, pero todavía no había aclarado su vocación al sacerdocio por sus escrúpulos. Después fue a Requena (Valencia) para dar clases y distraerse un poco de los escrúpulos que padecía, pero no resolvió la cuestión y tampoco curó la enfermedad, y volvió a Cervera, pero sin cursar.
En Cervera se encontraba el 21 de julio de 1936 cuando fue dispersa la comunidad por orden de las autoridades civiles, y en atención a su condición de enfermo fue llevado al hospital, junto con los otros enfermos y ancianos de la casa. Sufrió con gran resignación las consecuencias de una pleuresía.
En el hospital residió hasta el día de su fusilamiento en la noche del día 18 de octubre de 1936. Durante todo este tiempo se dedicó a la oración, al recogimiento y a la preparación al martirio. Fue llevado en un camión al cementerio junto con los 10 misioneros y fue acribillado por las balas cuando gritaba ¡Viva Cristo Rey! En el mismo cementerio de Cervera fue enterrado.
Nació el 22 de febrero de 1861 en Perarrúa (Huesca)
Profesó el 24 de marzo de 1893
Fusilado el 22 de febrero de 1937 en Caseta de Alboquers (Barcelona)
El H. Facerías nació el 22 de febrero de 1861 en Perarrúa, pueblo de la provincia de Huesca y de la diócesis de Barbastro, siendo sus padres D. Miguel Facerías, sastre de profesión, y Dª. María Garcés. Fue bautizado en la parroquia del pueblo ocho días después.
El Hermano, antes de entrar en la Congregación, ejerció el oficio de sastre.
Su ingreso en la Congregación tuvo lugar el 4 de septiembre de 1881 en el noviciado de Barbastro con 21 años. Al poco tiempo tuvo que volver a su pueblo para restablecerse de vómitos de sangre. Una vez repuesto volvió al noviciado y profesó el 24 de mayo de 1883.
Al cabo de unos meses fue destinado a Alagón, donde estuvo hasta 1889. Ese mismo año, en agosto, fue trasladado a Cervera con el cargo de sastre. Estando en este colegio publicó en 1893 una pequeña obra sobre sastrería, que tuvo buena acogida, como demuestran las reediciones de Cervera y de Barcelona en 1910.
En 1904 estaba en Olesa de Montserrat como enfermo para curar su salud.
A finales de 1906 fue mandado a Vich, último destino, que duró 30 años. El oficio que desempeñó en esta comunidad fue el de siempre, sastre. Dirigió la sastrería con competencia insuperable, pues entendía mucho tanto de corte como de paños.
Cualidades y virtudes
Su salud era regular, mediana.
Medianamente instruido en lectura y demás, aunque muy bien preparado para su oficio de sastre. Condiciones óptimas para el trabajo. Hábil para enseñar el oficio.
Formal, piadoso, ejemplar, entero. Conducta sobresaliente muy servicial. De toda confianza.
Muy observante, dócil. Fervoroso
Refugios, detención y martirio
El H. Facerías abandonó el convento el día 21 de julio de 1936 por la tarde junto con el H. Ciriaco García, enfermo, y se refugió en la casa del Sr. Viñeta. Los días que estuvo en esta casa los pasó dedicado a ejercicios de piedad con sumo fervor, viéndosele frecuentemente con el rosario en la mano.
Los HH. Facerías y García, después de obtener certificado médico de sus achaques y enfermedades, extendido por el Dr. Cándido Bayés, se presentaron al Comité para lograr autorización de ingreso en el convento de las Josefinas, convertido en una especie de asilo municipal de ancianos. Uno del Comité les preguntó quienes eran y ellos respondieron que eran Hermanos del Corazón de María. Entonces les dijo:
Vds se merecen cuatro tiros.
No se molesten Vds, pues como somos viejecitos, con dos tiros había suficiente, respondió el H. Facerías.
El día 13 de agosto ingresaron en el asilo. El H. Facerías salía con frecuencia para ponerse en contacto con los otros miembros de la comunidad dispersa. Al advertirle que salía mucho, respondió:
No me importa que me maten.
El 17 de diciembre de 1936 fue disuelta la casa asilo. El H. Facerías acudió a la casa Viñeta, pero esta vez no le pudieron admitir. Entonces se refugió con dos religiosas en la masía Casa Nova del Clos, casa solariega de una de aquellas religiosas, situada en el municipio de Santa Cecilia de Voltregá. En la masía continuó con su piedad y fervor, ayudó en lo que pertenecía a su oficio de sastre y enseñó el catecismo a los hijos del colono.
Fue detenido el 22 de febrero de 1937 por una denuncia hecha al Alcalde, el cual dijo que había que limpiar el pueblo de la porquería clerical. Ese día era el septuagésimo séptimo aniversario de su nacimiento en este mundo y para celebrarlo había repartido caramelos entre los niños y estaba muy animado.
A eso de las tres de la tarde se presentaron en casa cuatro pistoleros, el Alcalde, el presidente del Comité y otros dos más. Mientras estos vigilaban, los dos primeros entraron a registrar. El H. Facerías se encontraba en un bosquecillo próximo y cuando terminó sus rezos volvió a casa ignaro de lo que sucedía. Le hacían señales para que escapara, pero no entendió. Al llegar a la casa se lo dijeron y él contestó con gran serenidad:
Si es voluntad de nuestro Señor, yo estoy preparado para el martirio.
Entonces dan voces los milicianos de guardia y salen los de dentro indagando:
¿Quién es Vd.?
Soy el sastre de los Misioneros de la Merced.
¿Conoce Vd. a alguien en Vich?
Sí, conozco al alcalde.
Venga Vd., pues irá a declarar.
¿Me autorizan Vds. a cambiarme de traje?
Y mientras iba, comentó
Padrina, ¿le parece a Vd. que me ponga dos pantalones para pasar la noche en la cárcel? Lo más cierto es que me van a matar. ¿Ven Vds. qué cumpleaños tengo? Aun pudiera ser que vaya a acabarlo en el cielo.
Alargando unos rosarios
Mire, tómelos porque los profanarían, que sean para su madre Carmen, y cuando esta muera pasen a la Carmencita. Aquí tiene también siete duros… Quedo muy agradecido. Sólo siento que falte la Concepción para despedirme de ella, pero dígale que en el cielo me acordaré mucho de ella.
Al terminar estas palabras todos lloran.
No hay lágrimas que me ablanden, interrumpe el presidente del Comité, a mí nadie me ablanda el corazón, ni mi mujer puede conseguirlo.
La abuela levanta la voz y dice:
Si quieren matarlo por haber celebrado misa, sepan que no ha celebrado jamás.
El H. Facerías se despide de toda la familia diciendo:
¡Adiós!
¡Salud! se dice, observan los milicianos, pero el Hermano, como si no hubiera oído, repitió la despedida:
¡Adiós! Y si no nos vemos más, !hasta el cielo!
Se llevaron al Hermano a la sede del comité, donde le sometieron a burlas. El chófer, “alquilado” por orden del Alcalde del pueblo vecino, le dice al presidente del comité:
¿A dónde vas, bestia bruta, con este vejete que no puede tenerse en pie? ¿No te da vergüenza matar gente de tantos años?
Este es un fraile o un canónigo. Debemos acabar con esta raza de gente.
Y de allí se dirigen a Vich, a la Comisaría de Defensa. Según los testimonios, en la madrugada del 23 de febrero le llevaron al lugar conocido como el Pont del Llop (Puente del Lobo), y le fusilaron, pues allí encontraron su cadáver. Fue enterrado en el cementerio de Alboquers.
Nació el 1 de febrero de 1917 en Odón (Teruel)
Profesó el 11 de junio de 1936
Fusilado el 19 de octubre de 1936 en Mas Claret-Cervera (Lérida)
En el pueblo de Odón, de la provincia de Teruel, nació el H. Francisco el día 1 de febrero de 1917, siendo el cuarto hijo del matrimonio formado por D. Tomás Marco, obrero, y Dª. Francisca Martínez. Fue bautizado solemnemente dos días después en la iglesia parroquial de San Bartolomé, Apóstol, de la diócesis de Zaragoza, y confirmado el día 9 de noviembre de 1921 por el Exc.mo Miguel de los Santos Díaz, Obispo auxiliar de Zaragoza.
En 1935 ingresó en la casa de Vich para hacer el postulantado correspondiente a la categoría de Hermanos Coadjutores. El 10 de junio de ese año tomó el hábito e inició el noviciado bajo la guía del P. José Arner. Acabado el año, emitió la profesión religiosa el día 11 de junio de 1936.
Su primer y único destino fue la comunidad de Cervera para desempeñar los oficios propios de su clase. Pocos días después de su llegada, el 21 de julio, fue obligado por la autoridad civil a abandonar la casa al igual que todos los miembros de la numerosa comunidad. Con la mayor parte de la comunidad se dirigió a Solsona, a donde no pudo llegar por la oposición de los revolucionarios marxistas de Torá, y se acogió a la hospitalidad mercedaria de San Ramón. Dos días después se dirigió al Mas Claret. Aquí estuvo dedicado a la oración, preparación para el martirio, y al trabajo en el campo hasta que fue fusilado el día 19 de octubre de 1936 a media tarde.
BEATIFICACIÓN DE 109 MÁRTIRES CLARETIANOS
OCHO MÁRTIRES CLARETIANOS ARAGONESES SERÁN BEATIFICADOS EL 21 DE OCTUBRE
La Iglesia celebrará el próximo 21 de octubre en la Sagrada Familia de Barcelona la beatificación de 109 mártires claretianos.
De ellos, ocho son aragoneses: José Arner (44), José Loncán (21), Fernando Castán (21), Miguel Facerías (77), Casto Navarro (31), Francisco Marco (19), Manuel Solé (23) y Francisco Milagro (66). Dos sacerdotes, cuatro hermanos y dos estudiantes, todos asesinados en los inicios de la Guerra Civil española.
Conocer sus testimonios sobrecoge y entusiasma. “La historia de la congregación claretiana”, como sostiene Jorge Ayala, claretiano y vicepostulador de las causas de beatificación, “está jalonada de mártires”.
No en vano, el padre Francisco Crusats, pocos años después de la fundación de la congregación, fue asesinado por odio anticlerical en la revolución de 1868. El fundador llegó a decir: “Yo deseaba mucho ser el primer mártir de la congregación”. Más tarde, en 1927 cayeron los llamados ‘mártires de San Joaquín’.
Como asegura Ayala, “estos dos martirios venían siendo objeto de permanente reflexión por parte de los jóvenes seminaristas claretianos que se preparaban para el sacerdocio durante la década de los años 20 y 30”.
Las cifras
En total, la congregación cuenta con 271 mártires. 75 ya están en los altares: los 51 de Barbastro y los 17 seminaristas claretianos martirizados en Fernán Caballero (Ciudad Real) junto con siete claretianos de las comunidades de Tarragona y la Selva del Camp. Esta cifra aumentará a 184 con los 109 mártires que serán beatificados el proximo 21 de octubre en una ceremonia oficiada por el cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, en la basílica de la Sagrada Familia.
Jesús, ejemplo de mártir
“La Iglesia no solo debe una fidelidad de doctrina, sino, sobre todo, una fidelidad de vida con Jesús, que sufrió las persecución y el martirio”. Así habla el claretiano Manuel Romano Liñán, quien añade que “en su predicación, Jesús recoge los principales elementos del martirio: «Seréis odiados por todos a causa de mi nombre… Seréis conducidos ante los gobernadores y los reyes por mi causa… No es el discípulo más que su maestro…»”.
Dieron su vida por amor a Cristo y a los hombres. “Querido padre… Pensemos en el cielo y todas las cosas de aquí abajo nos parecerán caducas y sin importancia. No tenga Uv. ningún miedo por mi suerte, pues si preciso fuere estoy decidido a derramar mi sangre por la causa de Jesucristo” (Estudiante Adolfo de Esteban).
“Perdono a todos los que me quieren mal, y les doy un abrazo de amistad; no guardo rencor a nadie, ni a los que me han tratado como un perro; también a Ti te lo hicieron” (Padre Jaime Payás).
“No piensen ustedes que tengo miedo: ahora más que nunca doy gracias a Dios por haberme hecho religioso y sacerdote, mártir de Jesucrito. ¿Quieren gloria mayor? (Padre Javier Morell).
“Si nos quieren matar, quisiera que fuese solo por Dios, o sea, que me maten celebrando, administrando los sacramentos o rezando. No por motivos humanos o políticos” (Padre Julio Leache).
El logo de la beatificación
El logo se compone de tres elementos: LA CRUZ (que simboliza la centralidad del Cristo muerto y resucitado en la vida de nuestros mártires), LA LLAMA (que evoca la “definición del Misionero”: un hombre que arde en caridad y abrasa por donde pasa, que desea encender a todo el mundo en el fuego del divino amor) y LA PALMA (que es un símbolo tradicional del martirio cristiano).
Más información
LA WEB OFICIAL DE LA BEATIFICACIÓN contiene la información necesaria para conocer todos los detalles de los mártires: biografía, escritos, fotografías… Así como el programa completo de la ceremonia, materiales litúrgicos y recursos para retiros, catequesis y celebraciones. Todo ello con un diseño moderno y claro, para acceder fácilmente a los contenidos sin perderse. www.109cmf.org/es
Jorge Ayala (Claretiano) Iglesia en Aragón Nº48 / 30-7-2017
PARA TRABAJAR CON LOS NIÑOS DE CATEQUESIS