DOMINGO DE PASCUA VI (B)


Yo soy el Buen Pastor, Yo soy la vid…
Amaos sin límites…
Amaos como yo os he amado.
Si así lo hacéis no tendréis más remedio que estar alegres….


Hoy se nos recuerda de nuevo que el corazón del cristianismo es el amor

*UN AMOR SIN LÍMITES, COMUNIDAD SIN FRONTERAS.

Amor a Dios, amor de unos para con otros. Jesús nos dice que tenemos que amarnos unos a otros como él nos ha amado. Quien ama está en el camino de Dios. Quien no ama está fuera del camino.

*COMO YO OS HE AMADO

Hoy nos convoca a nosotros, sus amigos, y nos dice: Amaos unos a otros como yo os he amado”.
Anunciar que Dios es amor y que los hombres estamos llamados a amarnos es encontrar el sentido y la razón de la iglesia
Dar culto a Dios y negar los derechos al prójimo, es falsear la fe de Cristo.
El amor es imposible cuando hay orgullo por medio.

*Y VUESTRA ALEGRÍA LLEGUE A PLENITUD

Es la alegría de quien transmite vida, de quien ayuda a crecer al otro.
Sólo es feliz quien hace un mundo más feliz.
Sólo conoce la alegría quien sabe regalarla. Sólo vive quien hace vivir.


 

EN LA PARROQUIA CELEBRAMOS, COMO CADA AÑO, LA UNCIÓN DE LOS ENFERMOS.




PAUTAS PARA LA MISA DE FAMILIA


SALUDO

La Eucaristía de hoy es la última del tiempo de Pascua, antes de las grandes fiestas de la Ascensión, Pentecostés y Corpus.
En esta Eucaristía, vamos a hacer un resumen de todo lo que hemos compartido las semanas anteriores.
Es muy fácil de hacer porque se resume con una sola palabra: Amor.
Jesús da la vida por amor, y si nosotros permanecemos en su amor, amaremos como Él.
El ser amigos de Jesús nos tiene que hacer sentir alegres y contentos.
Hagamos de esta Misa una auténtica fiesta con Jesús.



PETICIONES

1– Por todos los que formamos la Iglesia, para que seamos conscientes de que Jesús nos amó primero y nos entrega su amor para que lo repartamos a los demás. ROGUEMOS AL SEÑOR…
2– Por los gobernantes y ciudadanos, para que nos esforcemos en vivir en el respeto a todos, aceptando las diferencias. OREMOS…
3– Por los matrimonios que experimentan dificultades en su relación o han terminado en ruptura, para que se sientan acompañados por la comprensión de la Iglesia y de cada uno de nosotros. OREMOS…
4- Para que en nuestra comunidad fomentemos actitudes de cercanía, de acogida, de atención y de cariño hacia todos los que sufren. Oremos.
5- Por los niños y niñas que comulgarán por primera vez, para que se comprometan a seguir siendo amigos de Jesús. Oremos.


SÍMBOLOS:
Metro metálico:
Resaltamos, Dios bueno, que nos mides a todos con el mismo metro, que no haces distinciones, ni discriminas a nadie. Tu única medida es el amor.
Teléfono móvil:
Padre, mostramos con este símbolo que queremos estar disponibles para amar y servir en todo momento. (música del móvil)


1. Gracias, Padre Dios, por el sol que nos calienta, por el viento por el sol, por los puentes y las fuentes que nos quitan la sed.
2. Gracias, padre Dios, por las palabras, porque con ellas podemos llamar por su nombre a los amigos.
3. Gracias, padre Dios, por los días de fiesta y de trabajo, por las puertas, por las manos con ellas podemos acoger a los amigos.
4. Gracias, padre Dios, por nuestras familias, por nuestra sala de estar.
5. Gracias, padre Dios, por el colegio, por nuestros profesores y profesoras, por los patios, por las cuerdas de saltar y los balones.
6. Gracias, padre Dios, por la parroquia, por sus catequistas y sus sacerdotes por los amigos de la Misa de una.
7. Gracias, padre Dios, por el mundo, por los niños y niñas; gracias por tantas razas y lenguas.
8. Gracias, padre Dios, por cada día te siento más amigo, gracias por Jesús que me invita a su mesa cada domingo. Gracias por nuestra madre María….

Gracias, padre Dios


En el año 202, Sta. Perpetua fue encarcelada en Cartago, separada de su pequeño hijito.
«Me horroricé —dice la Santa—, jamás había sentido sensación de tal oscuridad. ¡Terrible día!, insoportable estrechez por el hacinamiento de los encarcelados; pero mi mayor preocupación era por el chiquitín».

Entonces intervinieron dos diáconos ante los carceleros y trasladaron a los presos a las celdas del piso superior, desde donde podía verse el mar. Y dice la Santa: «sentimos un refrigerio».
Además, le permitieron tener consigo al niño. «Yo daba el pecho al niño, que estaba esmirriado por no haber mamado nada»….y «noté como si la cárcel se me hubiese convertido en palacio», y ya prefería estar allí a ningún otro sitio.