…….os he visto con deseos de encontraros con Jesús, abiertos, receptivos. Tomando una decisión libre, personal, madura y descubriendo a Dios como Alguien importante en vuestras vidas. Sabíais a lo que veníais.
Angelines, Asunción, Merche, Mara, Giovana, Jessica y Michael:
Durante este curso 2014/2015, en nuestros encuentros de los miércoles, os he visto con deseos de encontraros con Jesús, abiertos, receptivos. Tomando una decisión libre, personal, madura y descubriendo a Dios como Alguien importante en vuestras vidas. Sabíais a lo que veníais.
Este proceso no hubiera sido posible realizarlo “on line”, a distancia, sobre todo porque un cristiano solo no es cristiano. Somos Iglesia.
A lo largo de los meses se ha formado un grupo de vida y de fe. Se ha creado un clima de confianza entre nosotros y con sencillez hemos hablado de nuestras experiencias cotidianas, dejándonos iluminar por la Palabra y enriqueciéndonos unos a otros. He disfrutado, acompañándoos, ayudándoos a dar a la luz a ese Dios que habita en nosotros, que vive en nuestro interior.
Dentro de mí hay un pozo muy profundo. Y ahí dentro está Dios.
A veces me es accesible. Pero a menudo hay piedras y escombros taponando ese pozo y entonces Dios está enterrado. Hay que desenterrarlo de nuevo. (Etty Hyllesum)
Como catequista os he querido mostrar la riqueza de la Palabra de Dios, y transmitiros el gusto por ella. Una Palabra, siempre viva, eficaz, llena de actualidad, sin fecha de caducidad…Una Palabra que compromete a quien la escucha. Jesucristo, Palabra de Dios.
Con vosotros mi fe se renueva. ¡Es verdad!… La fe crece y se fortalece, dándola.
Cada sesión la he preparado con cariño y he podido comprobar una vez más que el que enseña aprende a su vez, pero también que la catequesis la hemos hecho entre todos, gracias a vuestra participación y a vuestras reflexiones en voz alta. Juntos hemos ido recorriendo los temas del itinerario de iniciación cristiana: Dios y el hombre se encuentran, Dios en la historia de la humanidad, la propuesta de Jesús, el Espíritu de Dios, la Iglesia, los Sacramentos, la Oración y la Misión…y hemos participado en algunas celebraciones: Rito de Entrada en La Seo, Miércoles de Ceniza en el Carmen, los escrutinios en la parroquia de la Magdalena…
Siento que cuando habéis faltado os habéis perdido algunos temas.
Termino mi reflexión con unas palabras de Benedicto XVI:
«La puerta de la fe» (cf. Hch 14, 27), que introduce en la vida de comunión con Dios y permite la entrada en su Iglesia, está siempre abierta para nosotros. Se cruza ese umbral cuando la Palabra de Dios se anuncia y el corazón se deja plasmar por la gracia que transforma. Atravesar esa puerta supone emprender un camino que dura toda la vida. Éste empieza con el bautismo (cf. Rm 6, 4), con el que podemos llamar a Dios con el nombre de Padre, y se concluye con el paso de la muerte a la vida eterna, fruto de la resurrección del Señor Jesús que, con el don del Espíritu Santo, ha querido unir en su misma gloria a cuantos creen en él (cf. Jn 17, 22).
La Iglesia te necesita. Después de este proceso de Iniciación Cristiana: ¿A qué me apunto?, ¿Cómo voy a seguir alimentando mi vida cristiana? ¿A qué me comprometo?…
Mi cariño y mi oración para cada uno de vosotros: Beatriz