VALDESPARTERA/NUEVA PARROQUIA

El domingo 7 de junio, a las 19,00 horas nuestro señor Arzobispo bendijo la primera piedra de la futura Iglesia e instalaciones de la parroquia de san Ignacio-Clemente Delgado.

El domingo 7 de junio, a las 19,00 horas nuestro señor Arzobispo bendijo la primera piedra de la futura Iglesia e instalaciones de la parroquia de san Ignacio-Clemente Delgado.

No se va a crear en Valdespartera una nueva parroquia, porque ésta ya existe, se van a construir unas nuevas instalaciones, pues las actuales se han quedado pequeñas. Será una construcción sencilla y austera, pero que permitirá dar mejores servicios pastorales al gran barrio de Valdespartera.

La ceremonia de la bendición de la primera piedra fue una liturgia muy bonita, llena de signos y significados.

En el acto participaron un nutrido de vecinos de la zona que tuvieron que soportar alguna impertinencia salida desde alguno de los balcones cercanos.

Terminamos con pequeño ágape tomado en familia acompañados en todo momento por la presencia del hermano sol.

¡Enhorabuena a todos los feligreses de Valdespartera!

SABÍAIS A LO QUE VENÍAIS

…….os he visto con deseos de encontraros con Jesús, abiertos, receptivos. Tomando una decisión libre, personal, madura y descubriendo a Dios como Alguien importante en vuestras vidas. Sabíais a lo que veníais.

Angelines, Asunción, Merche, Mara, Giovana, Jessica y Michael:

Durante este curso 2014/2015, en nuestros encuentros de los miércoles, os he visto con deseos de encontraros con Jesús, abiertos, receptivos. Tomando una decisión libre, personal, madura y descubriendo a Dios como Alguien importante en vuestras vidas. Sabíais a lo que veníais.

Este proceso no hubiera sido posible realizarlo “on line”, a distancia, sobre todo porque un cristiano solo no es cristiano. Somos Iglesia.

A lo largo de los meses se ha formado un grupo de vida y de fe. Se ha creado un clima de confianza entre nosotros y con sencillez hemos hablado de nuestras experiencias cotidianas, dejándonos iluminar por la Palabra y enriqueciéndonos unos a otros. He disfrutado, acompañándoos, ayudándoos a dar a la luz a ese Dios que habita en nosotros, que vive en nuestro interior.
Dentro de mí hay un pozo muy profundo. Y ahí dentro está Dios.

A veces me es accesible. Pero a menudo hay piedras y escombros taponando ese pozo y entonces Dios está enterrado. Hay que desenterrarlo de nuevo. (Etty Hyllesum)

Como catequista os he querido mostrar la riqueza de la Palabra de Dios, y transmitiros el gusto por ella. Una Palabra, siempre viva, eficaz, llena de actualidad, sin fecha de caducidad…Una Palabra que compromete a quien la escucha. Jesucristo, Palabra de Dios.

Con vosotros mi fe se renueva. ¡Es verdad!… La fe crece y se fortalece, dándola.

Cada sesión la he preparado con cariño y he podido comprobar una vez más que el que enseña aprende a su vez, pero también que la catequesis la hemos hecho entre todos, gracias a vuestra participación y a vuestras reflexiones en voz alta. Juntos hemos ido recorriendo los temas del itinerario de iniciación cristiana: Dios y el hombre se encuentran, Dios en la historia de la humanidad, la propuesta de Jesús, el Espíritu de Dios, la Iglesia, los Sacramentos, la Oración y la Misión…y hemos participado en algunas celebraciones: Rito de Entrada en La Seo, Miércoles de Ceniza en el Carmen, los escrutinios en la parroquia de la Magdalena…

Siento que cuando habéis faltado os habéis perdido algunos temas.

Termino mi reflexión con unas palabras de Benedicto XVI:
«La puerta de la fe» (cf. Hch 14, 27), que introduce en la vida de comunión con Dios y permite la entrada en su Iglesia, está siempre abierta para nosotros. Se cruza ese umbral cuando la Palabra de Dios se anuncia y el corazón se deja plasmar por la gracia que transforma. Atravesar esa puerta supone emprender un camino que dura toda la vida. Éste empieza con el bautismo (cf. Rm 6, 4), con el que podemos llamar a Dios con el nombre de Padre, y se concluye con el paso de la muerte a la vida eterna, fruto de la resurrección del Señor Jesús que, con el don del Espíritu Santo, ha querido unir en su misma gloria a cuantos creen en él (cf. Jn 17, 22).

La Iglesia te necesita. Después de este proceso de Iniciación Cristiana: ¿A qué me apunto?, ¿Cómo voy a seguir alimentando mi vida cristiana? ¿A qué me comprometo?…

Mi cariño y mi oración para cada uno de vosotros: Beatriz

¡SÍ ME BAUTIZO, SÍ ME CONFIRMO!

Aquí en nuestra parroquia, el próximo 6 de junio de 2015, sábado, a las 20:00 h.

La Celebración de los Sacramentos tendrá lugar el sábado, día 6 de junio de 2015, a las 20,00 h. en nuestra parroquia.


Participan también los grupos de las parroquias:

Nuestra Señora del Portillo, San Pablo, Sagrado Corazón, San Andrés y Nuestra Sra. del Pilar. Un total de 28 personas, de las que 4 recibirán el Bautismo.


 

TESTIMONIO DE GIOVANA

Hacer esta preparación me ha llevado a replantear muchas cosas sobre mi fe y me incentiva a que de aquí en adelante la siga cultivando, creciendo y practicando.

He venido a prepararme para recibir el sacramento de la confirmación, inicialmente porque desde mi plena ignorancia, si así lo puedo definir, era un requisito más para casarme por la iglesia.

Pero esa idea ha cambiado del todo, incluso disfruté de la cada clase a las cuales asistí y con el grupo de compañeros que tuve y soy muy sincera.

Termino esta fase con convicciones tan claras y más profundas que no conocía del cristianismo, la importancia de la oración, la enseñanza que dejó Jesús al mundo y cómo influye en nuestra vida, temas como la explicación de cada sacramento recibido y su significado entre otros temas.

Dios quien está presente en todos lados se manifiesta brindando conocimientos y guía a nuestros catequistas para que enseñen su Palabra y ésta sea tan clara que sea capaz de crear bases espirituales tan fuertes que te convenzan de que DIOS nunca te abandona, te escucha y sobre todo te ama por encima de muchas cosas.

Estoy más que convencida en continuar con mi enriquecimiento espiritual, en cultivar esa semillita de fe en mí y en mi familia porque ahora sé en lo que creo, no hay límite de edad ni fecha de vencimiento para retomar mis creencias y saber lo que DIOS tiene preparado para mí.

Giovana González García


Catecumenado de adultos, 6 de Junio de 2015

MI TESTIMONIO

Me llamo Tamara y quiero explicaros por qué y cómo he llegado hoy hasta aquí.

Toda mi vida, desde mi infancia, he crecido con la presencia de la vida de Jesús como referencia y con ese sentimiento de tener a Dios cerca de mí en todo lo que ha acontecido en mi día a día. Esto fue, no sólo por haberme criado en el entorno de una familia cristiana y practicante, sino también por mi experiencia personal, en la que, en contra de todo control que haya querido tener en muchas de las decisiones y episodios de mi vida, he visto a Dios como mi guía, mi ayuda y mi soporte en el que se apoya mi sentido completo de vivir.

Cuando nací, no fui bautizada con la intención de que tomara mi propia decisión cuando supiera qué implica realmente ser cristiana; así mismo, no recibí el sacramento de la Eucaristía y, en consecuencia, tampoco el de la Confirmación.

Pero ese momento llegó, como no podía ser de otra forma, cuando Dios me llamó a su encuentro. Cuando Él decidió alimentar mi fe y despertar en mí, la necesidad de empezar una nueva vida como cristiana.

En realidad, personalmente, nunca me he sentido lejos de Dios, pero es cierto que con los años, mi amor hacia Él se ha hecho más grande cada día.

Como experiencia personal, hay algo que me gustaría contaros.

Creo que en cada caso, existe un puente que Dios nos ofrece para llegar a su encuentro, una vía, un aviso que nos despierta la fe para hacernos sentir que Dios nos quiere y nos quiere cerca.

Así, al menos fue en mi caso, un domingo de Agosto de 2003. El último domingo que vivió mi tío entre nosotros y la última vez que lo vi. Sacerdote, Agustino Recoleto, de 32 años, nos dejó de manera inesperada y murió.

Me despedí de él como siempre y sin embargo, fue una despedida diferente. Sus últimas palabras fueron: “se buena, sobre todo, se buena”. Aquellas palabras me hicieron reflexionar: ¿a qué se refería? Y lo que es más complicado, ¿Cómo ser buena de verdad?, ¿Dónde “pone” como ser buena?, ¿Quién me diría como hacer el bien?

Nunca pude preguntárselo, pero encontré la respuesta:
En la palabra de Dios.

Este punto de inflexión, dio un giro completo a mi vida. A partir de entonces, me acerqué incluso más a Dios, para seguir el camino que Él me ofrece y alimentar la fe que llena mi vida de alegría y de paz. Poco a poco, sentía una necesidad más grande de ser miembro de la Comunidad Cristiana. Sin embargo, pasaba el tiempo y no encontraba la forma o el momento de hacerlo. Tampoco quería forzarlo. Vivía mi fe con Él, estaba tranquila y sabía que Él me llevaría a su encuentro. Sabía que eso ocurriría y que en algún momento, me lo haría saber.

Y así fue, encontré la puerta de acceso al camino sin buscarla:
Cursé las prácticas de mi carrera como maestra en un colegio religioso y allí empezó todo. Pregunté, me informaron y hasta aquí, en El Corazón de María, donde empecé mi camino.

Recuerdo el comienzo y las ganas eran máximas.
Cada reunión ha sido un granito que ha aportado cada vez más sentido al proceso de conversión que estoy viviendo y que me ha ayudado a crecer como cristiana y a disfrutar del camino que me conduce al encuentro con Dios.

Una de las cosas que me gustaría resaltar del camino recorrido, es la plenitud que me suscita compartir mi fe con otras personas que han sentido el llamamiento de Dios de una forma tan convencida como la mía. Somos adultos y estamos aquí con la absoluta convicción de que Jesús es nuestro referente de vida.

Como último matiz, mi más sincero agradecimiento a todas las personas que han hecho posible esta conversión. Gracias a la Iglesia por su acogida, al Arzobispado de Zaragoza por su proyecto de catecumenado para adultos y a los catequistas por su labor, en especial a Beatriz, que ha hecho de esta experiencia, una convivencia sencillamente perfecta.

Por todo esto, me gustaría transmitir mi testimonio y experiencia espiritual en una única frase:

“Si pones a Dios en todo lo que haces, lo encontrarás en todo lo que acontece”

PARROQUIA REPORTAJE FOTOGRAFICO

Manuel Antonio Genzor, fotógrafo, nos envía amablemente unas preciosas fotografías del interior y del exterior de la parroquia. Gracias, Manu.



Manuel Antonio Genzor, fotógrafo, nos envía amablemente unas preciosas fotografías del interior y del exterior de la parroquia.

Me gustaría remitirles una copia de las fotos a modo de pequeño obsequio, para que ustedes dispongan de ellas como gusten.
Reciban un cordial saludo. Manu Genzor

Agradecidos a Manu, aquí te las presentamos para que conozcas un poco más nuestra parroquia. (Puedes ver su interesante trabajo en internet)



















Pincha este YouTube y escucha….

¡¡SÍ, ME CONFIRMO!!

Me llamo María Mercedes y nací en el seno de una familia no practicante, fui bautizada en la infancia (según mis padres por puro formalismo) y con el paso de los años no recibí la debida catequesis, de hecho me costó bastante convencer a mis padres para recibir clases de Religión en el Colegio Público en el que fui, e incluso comulgue un año más tarde del que me correspondía.

TESTIMONIO SOBRE EL CATECUMENADO

Quedan algunos meses para recibir el sacramento de la Confirmación y ante este acontecimiento que sin duda va a marcar mi vida, son muchos los momentos en los que me he parado a examinar cómo y por qué he llegado hasta aquí. Me llamo María Mercedes y nací en el seno de una familia no practicante, fui bautizada en la infancia (según mis padres por puro formalismo) y con el paso de los años no recibí la debida catequesis, de hecho me costó bastante convencer a mis padres para recibir clases de Religión en el Colegio Público en el que fui, e incluso comulgue un año más tarde del que me correspondía

Un día caminando por la calle, vi en la Iglesia de San Valero un cartel que decía “acercaos a mi todos los que estéis cansados y agobiados que yo os aliviare”, ésta invitación me llevó a pensar en el estado de tristeza y aislamiento en el que yo me encontraba, que junto a la inquietud religiosa que por ese tiempo sentía, me hicieron refugiarme en momentos de encuentro con el Señor como fueron el agradable silencio de la Iglesia, la oración, la visita al Santísimo y la asistencia a la Eucaristía. En este momento empecé realmente a sentir alivio y descanso y pensé que en mi vida faltaba algo importante, algo tenía que hacer, y lo que tenía que hacer, lo tenía que hacer ya.

Entonces poco a poco, empecé a preguntarme muchas cosas y entre ellas porqué no había bautizado a mis hijas, era como si ese hecho me quedase pendiente. Así que me decidí a hacerlo y las llevé a bautizar.

Fue una celebración preciosa de signos y símbolos bellísimos en la que el sacerdote llevó a la práctica el gran rito del “Effeta”, que no sólo surtió efecto sobre mis hijas, sino que hizo un grandioso milagro sobre mi “el de abrirme a Dios”. Así todas estas razones me empujaron a la necesidad de confirmar mi fe en Dios y decidí ir a la Delegación de Catequesis de Zaragoza, donde Lola Ros y toda la comunidad han sido y son enormes apoyos en este tiempo.

Ellos me invitaron a aventurarme hacia un nuevo camino, el Catecumenado, una escuela de vida en la fe, en la conversión y en la oración. Ellos nos han acompañado en este gran camino que conduce a Dios, un camino estrecho, sinuoso y empinado en el que a veces nos paramos, nos perdemos, o incluso retrocedemos, pero que merece la pena realizarlo ya que da sentido a nuestras vidas.

Debo confesar que para mi, este recorrido ha supuesto un “antes y un después” en mi vida, ya que he crecido como persona y sobre todo como cristiana. Cada día, asisto junto con mis compañeros a los encuentros preparatorios que tienen lugar en la Iglesia de Corazón de María y en San Pedro Arbués.

Allí puedo comprobar que hay personas igual que yo, que tienen la misma fe y que siguen a Jesús. Asistir a estas catequesis me ha servido para aprender a ser mejor persona, me ha hecho abrir los ojos al mundo y darme cuenta de lo grande que es Dios. Oír el anuncio del misterio de Cristo, y bajo la acción del Espíritu Santo en mi corazón, me ha hecho buscar libremente a Dios vivo y emprender el camino de la fe y la conversión. Así he aprendido que la iniciación cristiana solo es el comienzo y que el resto de la vida ha de considerarse como un proceso continuo de conversión e iniciación permanente.

Por esta razón no solo quiero agradecer a los catequistas y sacerdotes su compañía en esta gran tarea, sino a toda la comunidad de fieles que han hecho posible este catecumenado. Por ello os pido que nos ayudéis con vuestras oraciones a seguir nuestro camino, un camino donde los sedientos van a beber para seguir caminando por un sendero que nos conduce a Jesús: el Camino de la belleza. Al igual que en la carta “Evangelii Gaudium” del Papa Francisco, nosotros sentimos la necesidad de vivir la Alegría del Evangelio como vosotros en comunidad.

Muchas Gracias.

MARÍA RAFOLS

Día 5 de Noviembre. Fiesta de María Rafols, Fundadora de la Congregación de Hermanas de la Caridad de Santa Ana.

Un homenaje sencillo a las «Anas» que sentimos tan cercanas a la parroquia´.

El 5 de noviembre de 1781, en el molino de Rovira, a 64 kilómetros de Barcelona y a 1 de Villafranca del Panadés, nació una niña que dos días más tarde sería bautizada con los nombres de María Josefa Rosa. Sus padres se llamaban Cristóbal Rafols y Margarita Bruna y eran pobres y sencillos campesinos.

En 1803 ejercita tareas benéficas con motivo de la peste que se produce alrededor de Barcelona; conoce Juan Bonal y Gracia, durante muchos años su director espiritual.

El 28 de diciembre de 1804 llegó a Zaragoza un grupo de doce hermanos y doce hermanas reunidos por Juan Bonal para hacerse cargo de los servicios del Hospital de Nuestra Señora de Gracia, fundado en 1425.
Guerra de la Independencia, el papel de las hermanas será muy destacado. Después del primer sitio de Zaragoza. El edificio del hospital y la madre Rafols se ocupó de colocar los enfermos. También se dedicaron a la redención de cautivos.

Cuando los franceses retirarse el 14 de agosto, el Hospital era una ruina total. Los enfermos y heridos, más de 4.000, fueron trasladados a la Real Casa de Misericordia. El 10 de diciembre comenzó un nuevo sitio y ante el peligro de una nueva epidemia de peste, la madre Rafols se presentó ante el general francés para pedir ayuda: les fueron concedidos víveres y un salvoconducto. Después de la ocupación de la ciudad, la nueva Junta impone unas nuevas constituciones a las hermanas y acepta la dimisión de María Rafols (12 de noviembre de 1811), que se encargó de la sacristía. 1826 es elegida de nuevo superiora hasta 1829.

En 1834, en la prisión de las monjas dominicas: se le acusaba de complicidad en una conspiración contra la reina. Fue puesta en libertad, aunque fue desterrada a su pueblo natal, que pudo cambiar por Huesca, donde desde 1807 existía una casa de su fundación . Seis años duró el confinamiento. En 1841 es autorizada a volver a Zaragoza y vuelve al hospital. Se retira en 1845, debido a su salud, y pasa una temporada en Belver de Cinca.
veneración

Después de su muerte, se incrementa la fama. En 1908, centenario de los sitios de Zaragoza, la ciudad de Zaragoza la proclama «Heroína de la Caridad». Desde su muerte tuvo fama de santidad y se inició el proceso de beatificación, hasta que en 1944 Pío XII lo suspendió. Juan Pablo II autorizó la reanudación del proceso en 1980: fue beatificada el 1 de octubre de 1994. Su fiesta se celebra el 5 de noviembre.

Su cuerpo se encuentra en la capilla de la Casa General de la Congregación de Hermanas de la Caridad de Santa Ana de Zaragoza.

¿QUIÉNES SOMOS?


Somos, por tanto, una congregación religiosa católica nacida con un propósito eminentemente evangelizador. Hemos surgido en la Iglesia para intentar vivir siguiendo a Jesucristo, al estilo de los Apóstoles, con una singular relación con el Corazón de María, a quien reconocemos como Madre y Formadora.


SOMOS MISIONEROS CLARETIANOS

Misioneros Claretianos. En 1849, Antonio María Claret, un sacerdote catalán muy preocupado por el anuncio del Evangelio a la gente, reunió a varios sacerdotes que compartían su sensibilidad misionera. Así nació nuestra Congregación, que hoy es conocida de dos maneras: ‘Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María’ y ‘Misioneros Claretianos’.

Desde 1849 nos hemos extendido por los cinco continentes y en la actualidad somos algo más de 3.000. Misioneros todos, nuestra vocación puede vivirse de tres formas: como Hermanos (religiosos laicos), como Diáconos y como Presbíteros (sacerdotes). Cada uno de nosotros vive y expresa su condición de religioso claretiano a través del don específico que ha recibido.

Presentes hoy en más de 60 países, deseamos vivir nuestra condición de cristianos, con su consiguiente dimensión profética, en un mundo marcado en muchos lugares por la pobreza y la desigualdad y en las naciones occidentales por la indiferencia, la ‘crisis económica’ y sus consecuencias y el surgimiento de una nueva cultura.

Queremos ser servidores de la Palabra de Dios, a la que escuchamos y constituimos como animadora de nuestra misión. Una Palabra que intentamos proclamar por todos los medios posibles, tal como nos enseñó San Antonio María Claret, nuestro Fundador. Medios que hoy se concretan en escuelas y colegios, trabajo parroquial, comunidades insertas en lugares de exclusión, la colaboración en el desarrollo de Iglesias jóvenes o en formación (misiones), la animación de grupos cristianos, la promoción de líderes evangelizadores, la presencia en los medios de comunicación…

(Tomado de www.Claretianos.es)