Preparad el camino al Señor….
Allanad sus caminos…
Los que soñáis y esperáis la Buena Nueva…
Jesús no vino con un programa electoral bien elaborado y unas promesas imposibles, vino a tirar por la borda todos los rituales y a responder con los hechos de la compasión, del perdón, de la sanación y del amor a todos sin distinción.
Vino a sentarse con nosotros para que nuestro culto a Dios sea más verdadero y no nos sintamos tan solos.
SU NOMBRE ES JUAN
Juan, un joven universitario, entró descalzo, con vaqueros y una camiseta sucia y llena de agujeros y despeinado, un domingo en una iglesia de gente bien.
La iglesia estaba llena y como no encontraba asiento caminó hasta el púlpito y se sentó al frente en la alfombra.
La gente contemplaba al joven con asombro e incomodidad. Se sentía una gran tensión en el ambiente.
Un diácono de la iglesia, muy mayor y elegantemente vestido, encargado del orden y del protocolo, se dirigió lentamente hacia Juan. Todos los fieles pensaban lo mismo, lo va a echar o lo va mandar sentarse atrás.
Se hizo un gran silencio y el Reverendo interrumpió el sermón y también calló.
El anciano diácono dejó caer su bastón al suelo, con mucho trabajo se agachó y se sentó junto a Juan para que no se sintiera solo durante la celebración.
No hizo lo que la asamblea esperaba ni lo que su cargo exigía.
El Reverendo continuó su prédica con estas palabras: “Lo que voy a predicar no lo recordarán. Lo que acaban de ver nunca lo olvidarán”.
PARA LA CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA
SALUDO:
Hola amigos: Bienvenidos a esta misa del domingo segundo de Adviento. Preparamos la venida de Jesús. Os animo a seguir encendiendo las velas de nuestra CORONA.
Al encender la segunda vela hoy nos invita Jesús a perdonar, a allanar los caminos que nos acercan a los demás.
Vamos a seguir llenado nuestras casas de luz y lo vamos a lograr entre todos.
Vamos a pensar hoy ¿tenemos algo contra alguien?.
¿Qué hemos hecho mal esta semana? ¿He rezado algo a Jesús? Encendemos una nueva vela hoy. Jesús se coloca a nuestro lado para ayudarnos.
PERDÓN
• Jesús, tú eres la paz y la alegría del mundo. Te pedimos perdón por todas las veces en que no ponemos paz y alegría a nuestro alrededor, SEÑOR, TEN PIEDAD.
• Jesús, tú nos invitas continuamente a mejorar la vida. Te pedimos perdón por todas las veces que no nos esforzamos en hacer las cosas bien, CRISTO, TEN PIEDAD.
• Jesús, tú nos has escogido para comenzar la tarea de hacer un mundo mejor.
Te pedimos perdón por las veces que no respondemos al cariño que tú nos tienes, SEÑOR, TEN PIEDAD.
ORACIÓN
Señor, te pedimos que nos concedas las fuerzas necesarias para empeñarnos en la tarea de mejorar nuestra vida. Que este Adviento sea un tiempo especial para poner nuestro rumbo de cara a Jesús. PJNS.
LECTURAS CICLO A
Primera lectura del libro de Isaías (11,1-10):
Aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz florecerá un vástago. Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de prudencia y sabiduría, espíritu de consejo y valentía, espíritu de ciencia y temor del Señor. Le inspirará el temor del Señor. No juzgará por apariencias ni sentenciará sólo de oídas; juzgará a los pobres con justicia, con rectitud a los desamparados. Herirá al violento con la vara de su boca, y al malvado con el aliento de sus labios. La justicia será cinturón de sus lomos, y la lealtad, cinturón de sus caderas. Habitará el lobo con el cordero, la pantera se tumbará con el cabrito, el novillo y el león pacerán juntos: un muchacho pequeño los pastorea. La vaca pastará con el oso, sus crías se tumbarán juntas; el león comerá paja con el buey. El niño jugará en la hura del áspid, la criatura meterá la mano en el escondrijo de la serpiente. No harán daño ni estrago por todo mi monte santo: porque está lleno el país de ciencia del Señor, como las aguas colman el mar. Aquel día, la raíz de Jesé se erguirá como enseña de los pueblos: la buscarán los gentiles, y será gloriosa su morada. Palabra de Dios
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (15,4-9):
Todas las antiguas Escrituras se escribieron para enseñanza nuestra, de modo que entre nuestra paciencia y el consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza. Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, os conceda estar de acuerdo entre vosotros, según Jesucristo, para que unánimes, a una voz, alabéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo. En una palabra, acogeos mutuamente, como Cristo os acogió para gloria de Dios. Quiero decir con esto que Cristo se hizo servidor de los judíos para probar la fidelidad de Dios, cumpliendo las promesas hechas a los patriarcas; y, por otra parte, acoge a los gentiles para que alaben a Dios por su misericordia. Así dice la Escritura: «Te alabaré en medio de los gentiles y cantaré a tu nombre.» Palabra de Dios
Evangelio según san Mateo (3,1-12):
Por aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea, predicando: «Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.»
Éste es el que anunció el profeta Isaías, diciendo: «Una voz grita en el desierto: «Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos.»»
Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y del valle del Jordán; confesaban sus pecados; y él los bautizaba en el Jordán.
Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizará, les dijo: «¡Camada de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente? Dad el fruto que pide la conversión. Y no os hagáis ilusiones, pensando: «Abrahán es nuestro padre», pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras. Ya toca el hacha la base de los árboles, y el árbol que no da buen fruto será talado y echado al fuego. Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí puede más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego. Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga.» Palabra del Señor
LECTURAS CICLO B
Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (40,1-5.9-11):
«Consolad, consolad a mi pueblo, –dice vuestro Dios–; hablad al corazón de Jerusalén, gritadle, que se ha cumplido su servicio, y está pagado su crimen, pues de la mano del Señor ha recibido doble paga por sus pecados.»
Una voz grita: «En el desierto preparadle un camino al Señor; allanad en la estepa una calzada para nuestro Dios; que los valles se levanten, que montes y colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale. Se revelará la gloria del Señor, y la verán todos los hombres juntos –ha hablado la boca del Señor–.»
Súbete a un monte elevado, heraldo de Sión; alza fuerte la voz, heraldo de Jerusalén; álzala, no temas, di a las ciudades de Judá: «Aquí está vuestro Dios. Mirad, el Señor Dios llega con poder, y su brazo manda. Mirad, viene con él su salario, y su recompensa lo precede. Como un pastor que apacienta el rebaño, su brazo lo reúne, toma en brazos los corderos y hace recostar a las madres.» Palabra de Dios
Segunda lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pedro (3,8-14):
No perdáis de vista una cosa: para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no tarda en cumplir su promesa, como creen algunos. Lo que ocurre es que tiene mucha paciencia con vosotros, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se conviertan. El día del Señor llegará como un ladrón. Entonces el cielo desaparecerá con gran estrépito; los elementos se desintegrarán abrasados, y la tierra con todas sus obras se consumirá. Si todo este mundo se va a desintegrar de este modo, ¡qué santa y piadosa ha de ser vuestra vida! Esperad y apresurad la venida del Señor, cuando desaparecerán los cielos, consumidos por el fuego, y se derretirán los elementos. Pero nosotros, confiados en la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva en que habite la justicia. Por tanto, queridos hermanos, mientras esperáis estos acontecimientos, procurad que Dios os encuentre en paz con él, inmaculados e irreprochables. Palabra de Dios
Evangelio según san Marcos (1,1-8):
Juan bautizaba en el desierto; predicaba que se convirtieran y se bautizaran, para que se les perdonasen los pecados. Acudía la gente de Judea y de Jerusalén, confesaban sus pecados, y él los bautizaba en el Jordán. Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
Y proclamaba: «Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.» Palabra del Señor
PETICIONES
• Pedimos por toda la Iglesia, para que surjan personas que, como Juan Bautista, nos muestren el auténtico camino hacia Jesús, ROGUEMOS AL SEÑOR.
• Pedimos por los responsables de las naciones, por todos nuestros gobernantes, para que sepan abrir el camino hacia la paz y el bienestar de todos, ROGUEMOS AL SEÑOR.
• Pedimos por todos los que trabajan por hacer realidad el Reino de Jesús en la tierra, para que cada día sientan su presencia cercana en sus dificultades, ROGUEMOS AL SEÑOR.
• Pedimos por todos nosotros, para que el tiempo de Adviento nos ayude a mejorar un poquito nuestra vida, y a ser más amables y alegres con los que nos rodean, ROGUEMOS AL SEÑOR.