DOMINGO VI C


Es la hora de la esperanza, de ser felices aun teniendo menos que los otros.
Todas las personas en lo más profundo de nuestro ser tenemos un hambre insaciable de felicidad,
Vayamos donde vayamos y recorramos lo caminos que recorramos siempre buscamos ser felices. Porque siempre hay algo que nos falta, algo que echamos de menos.
Jesús nos propone su camino para ser felices. Un camino desconcertante, molesto y chocante.

Jesús nos habla de una utopía, de una felicidad donde quepan todos.

Una mesa donde brinden todos y se viva para los demás, donde no quepa la indiferencia, donde unos pocos no nos roben los bienes y la vida e impongan la manera de vivir de los otros.


PARA LA CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA


¡Bienvenidos a celebrar con fe y con alegría la Eucaristía! Que la misa de cada domingo nos anime y nos dé la fuerza necesaria para seguir a Jesús.

Hoy, el Señor, nos propone un programa muy extraño, una manera diferente de ser felices; pero que, si lo cumplimos, nos abre un mundo de felicidad y de paz: es el camino de las bienaventuranzas. Es decir: cómo y de qué manera ser felices según Jesús.

Estamos muy atentos a lo que nos propone Jesús hoy.


 Primera lectura

Lectura del libro de Jeremías (17,5-8):
Así dice el Señor: «Maldito quien confía en el hombre, y en la carne busca su fuerza, apartando su corazón del Señor. Será como un cardo en la estepa, no verá llegar el bien; habitará la aridez del desierto, tierra salobre e inhóspita. Bendito quien confía en el Señor y pone en el Señor su confianza. Será un árbol plantado junto al agua, que junto a la corriente echa raíces; cuando llegue el estío no lo sentirá, su hoja estará verde; en año de sequía no se inquieta, no deja de dar fruto.»
Palabra de Dios


Segunda lectura

Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (15,12.16-20):
Si anunciamos que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo es que dice alguno de vosotros que los muertos no resucitan? Si los muertos no resucitan, tampoco Cristo resucitó; y, si Cristo no ha resucitado, vuestra fe no tiene sentido, seguís con vuestros pecados; y los que murieron con Cristo se han perdido. Si nuestra esperanza en Cristo acaba con esta vida, somos los hombres más desgraciados. ¡Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de todos.
Palabra de Dios

Evangelio del domingo

 Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,17.20-26):

En aquel tiempo, bajó Jesús del monte con los Doce y se paró en un llano, con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón.
Él, levantando los ojos hacia sus discípulos, les dijo: «Dichosos los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Dichosos los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados. Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis. Dichosos vosotros, cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten, y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas. Pero, ¡ay de vosotros, los ricos!, porque ya tenéis vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados!, porque tendréis hambre. ¡Ay de los que ahora reís!, porque haréis duelo y lloraréis. ¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que hacian vuestros padres con los falsos profetas.»  Palabra del Señor


Peticiones:

  1. Por la Iglesia, para que, como dice el papa Francisco, sea de verdad una Iglesia pobre y de los pobres. Roguemos al Señor.
  2. Por los políticos: para que no midan el bienestar de la gente y de los pueblos sólo por el dinero, sino por otros valores más humanos, aunque no sean rentables. Roguemos al Señor.
  3. Por nosotros, para seamos más humildes y sencillos. Roguemos al Señor.
  4. Por nuestras familias, para que sean ejemplo y testimonio de la felicidad que dice Jesús. Roguemos al Señor.
  5. Por los niños, para que seamos felices ayudando a los demás a ser también felices. Roguemos al Señor.

Gesto del ofertorio (puede servir de peticiones)

Preparar unos carteles con letras grandes que presentarán los niños a la asamblea mientras una catequista lee los textos. Cada niño permanece mostrando su cartel hasta completar el gesto. Al final, todos a la vez mostrarán el cartel a la asamblea.


 Catequista: Vamos a presentar al Señor la gente pobre
Niño: Levanta la frase LOS POBRES.
Catequista: Señor: te presentamos a todos los pobres del mundo: a los que tienen hambre; los que no tienen agua potable; los que no tienen vivienda; los que no tienen escuela; los que no tienen trabajo. Te pedimos que sean dichosos. Que sean los más dichosos y felices.
Todos: R: Que sean los más dichosos y felices.


Catequista: Vamos a presentar al Señor a todos os que lloran.
Niño:  Levanta la frase LOS QUE LLORAN”
Catequista: Señor: hay mucha gente que llora, le presentamos los lloros de los que han perdido a un ser querido. Los lloros de todos los desconsolados. Los lloros de los que viven en soledad. Te pedimos que sean dichosos. Que sean los más dichosos y felices.
Todos: R: Que sean los más dichosos y felices


Catequista: Presentamos al Señor a todas las víctimas de la injusticia.
Niño: Levanta la frase ‘VÍCTIMAS DE LA ‘INJUSTICIA”
Catequista: Señor: hay muchos que sufren injusticias. Hay muchos maltratados. Hay muchas violencias. Te pedimos que sean dichosos. Que sean los más dichosos y felices.
Todos: R: Que sean los más dichosos y felices


Catequista: Presentamos al Señor a todos los inocentes que mueren en las guerras y son perseguidos por racismo y otras razones religiosas.
Niño: Levanta la frase LOS PERSEGUIDOS
Catequista: Señor: hay muchos que sufren persecución y muertes violentas en el mundo. Nos dan pena y Te pedimos que sean dichosos. Que sean los más dichosos y felices.
Todos: R: Que sean los más dichosos y felices


Todo lo que han utilizado lo colocan en el panel correspondiente….

 

DOMINGO V (C)

«Rema mar adentro, echad vuestras redes para la pesca» (Lc 5,1-11)
Entonces sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.




Todos debemos salir a pescar, a predicar el Evangelio de Jesús con nuestras palabras y con nuestra vida, en nuestras familias, con nuestros hijos, nietos, padres o hermanos…;
en nuestro pueblo: con nuestros amigos, vecinos, conocidos…,
en nuestros lugares de trabajo o de estudio: con nuestros compañeros; en nuestros lugares de diversión… hacer realidad los valores del Evangelio: el perdón, el amor, la comprensión, la generosidad, la solidaridad…

Esta labor de ser mensajeros del Evangelio de Jesús no la hacemos los cristianos en el templo, sino en la VIDA.. donde vivimos y con quienes vivimos; compartiendo sus alegrías, penas, gozos y problemas, sus éxitos y sus fracasos.

Ahí es donde tenemos que demostrar que el evangelio nos puede dar luz que nos ayude a todos a ser más felices.
Cuando Dios nos diga como a Isaías: “¿A quién mandaré? ¿Quién irá por mí?” Isaías contesta a Dios diciendo: “Aquí estoy, mándame a mí”.

Si pudiéramos investigar en lo profundo de tantas vidas de cristianos que han trabajado y se han desvivido en tareas de catequesis, o visitando enfermos o atendiendo a los pobres, o desviviéndose por defender a los más destrozados de este mundo…; quizá descubriríamos que un día Dios, desde muy cerca, les habló diciendo: ¿Quién irá por mí?… Y ellos contestaron: Aquí estoy, Señor.


Estaba un sacerdote  bendiciendo una casa y había muchos mosquitos.
Uno de los niños le dijo a su mamá: ¿crees que puedo pedirle a Dios que se lleve los mosquitos o que vuelen más alto y dejen de picarnos a los niños?

Me parece una buena idea, le dijo la mamá, pídeselo.

Al cabo de un rato volvió el niño y le dijo y ¿cuál es el número de teléfono de Dios? No lo encuentro en la guía.


PARA LA CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA


Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (6,1-2a.3-8):

EL año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor sentado sobre un trono alto y excelso: la orla de su manto llenaba el templo.
Junto a él estaban los serafines, y se gritaban uno a otro diciendo:
«¡Santo, santo, santo es el Señor del universo, llena está la tierra de su gloria!».
Temblaban las jambas y los umbrales al clamor de su voz, y el templo estaba lleno de humo.
Yo dije: «Ay de mí, estoy perdido! Yo, hombre de labios impuros, que habito en medio de gente de labios impuros, he visto con mis ojos al Rey, Señor del universo».
Uno de los seres de fuego voló hacia mí con un ascua en la mano, que había tomado de! altar con unas tenazas; la aplicó a mi boca y me dijo:
«Al tocar esto tus labios, ha desaparecido tu culpa, está perdonado tu pecado».
Entonces escuché la voz del Señor, que decía: «A quién enviaré? ¿Y quién irá por nosotros?».
Contesté: «Aquí estoy, mándame». Palabra de Dios


Salmo137


Segunda lectura

Lectura de la primera carta de san Pablo a los Corintios (15,1-11):

Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os anuncié y que vosotros aceptasteis, en el que además estáis fundados,
y que os está salvando, si os mantenéis en la palabra que os anunciamos; de lo contrario, creísteis en vano.
Porque yo os transmití en primer lugar, lo que también yo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras; y que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; y que se apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales vive todavía, otros han muerto; después se apareció a Santiago, más tarde a todos los apóstoles; por último, como a un aborto, se me apareció también a mí.
Porque yo soy el menor de los apóstoles y no soy digno de ser llamado apóstol, porque he perseguido a la Iglesia de Dios.
Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no se ha frustrado en mí. Antes bien, he trabajado más que todos ellos. Aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios conmigo. Pues bien; tanto yo como ellos predicamos así, y así lo creísteis vosotros. Palabra de Dios


Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Lucas (5,1-11):

LUCAS: En aquel tiempo, la gente se agolpaba en torno a Jesús para oír la palabra de Dios. Estando él de pie junto al lago de Genesaret, a lo lejos vio dos barcas que estaban junto a la orilla; una era la barca de los hermanos Pedro y Andrés y la otra de Santiago y Juan, también hermanos e hijos de Zebedeo,  habían desembarcado y estaban lavando las redes.
La gente reconoció a Jesús y se agolpaba alrededor de Él para oír la palabra de Dios. Eran muchos los que le rodeaban.
Entonces llamó a Pedro y le dijo:
JESÚS: Pedro, necesito tu barca.
PEDRO: Maestro, espera un momento que acabemos de limpiarla y estará a tu disposición.
LUCAS: Subió a la barca de Pedro y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a Pedro:
JESÚS: «Rema mar adentro, y echad las redes que nos vamos a pescar.»
LUCAS: Pedro contestó:
PEDRO: «Maestro, nos hemos pasado la noche intentando pescar y no hemos cogido nada; pero, si tú me lo dices, volveré a echar las redes.»
LUCAS: Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo:
PEDRO: «Apártate de mí, Señor, que soy un pecador.»
LUCAS: Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido. Lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Pedro.  Jesús dijo a Pedro:
JESÚS: «No temas; desde ahora serás pescador de hombres.» Yo te nombro hoy jefe de la Iglesia.
LUCAS: Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.      Palabra de Dios


DINÁMICA-HOMILÍA


LAS REDES

Jesús en el Evangelio de este domingo, nos quieres navegando por otros mares, remando mar adentro, echando las redes para la pesca.

Enredados en la VIDA.  Enlazados por la JUSTICIA. Anudando cuerdas de AMOR. ACERCANDO orillas. Tejiendo gestos de COMUNIÓN.

Con la red que hemos traído vamos a hacer un pequeño gesto de participación y de comunión de todos los que celebramos la Eucaristía. Es un gesto sencillo, simple, pero significativo: Poner nombre. Todas las personas deseamos ser llamadas por nuestro nombre. Poner nombre es reconocer la existencia, es hacer descubrir la identidad. El preguntar el nombre a alguien es una forma de crear lazos, de empezar a conocer la vida, la cultura, los sentimientos, las angustias y los gozos de los que tenemos cerca.

En la red están escritos ya los nombres de las niños y niñas de primera comunión y de confirmación y los nombres de sus familias, los nombres de los catequistas… Se ha preparado antes de la Misa. 

 (Se invita a salir a alguna persona para que escriba su nombre y lo exprese)

Esta red con los nombres quiere expresar nuestro deseo de ser MÁS COMUNIDAD y de seguir dando pasos hacia una mayor COMUNIÓN entre nosotros.

Invitemos a Jesús a subir a nuestra barca y naveguemos todos juntos.


ORACIÓN DE LOS FIELES

  1. Por la iglesia. Para que sea fuerte ante las dificultades. Para que se deje llevar por la mano y la voz de Jesús. Roguemos al Señor.
  2. Tengamos un recuerdo especial por los jóvenes que se preparan para ser sacerdotes y pidamos a Jesús que aumente el número de sacerdotes en la Iglesia. Roguemos al Señor.
  3. Pidamos al Señor que, la fe en la Resurrección, nos anime a trabajar por el bien de los demás y a defender los derechos de los más pobres y marginados. Roguemos al Señor.
  4. Para que como los apóstoles, también nosotros respondamos a la llamada del Señor siendo valientes, entusiastas del evangelio y estemos orgullosos de ser cristianos y católicos. Roguemos al Señor.

Rema mar adentro!

Patxi Loidi

Quiero aceptar tu reto,
mas siento en la garganta
un apretado nudo,
y no sé decir nada.

Oigo tu invitación,
pero no suelto amarras
y no acierto a zarpar,
para ir a la mar alta.

Yo me quedo en la orilla,
que es pequeña mi barca
y son pocas mis fuerzas
para cruzar las aguas.

¿No podré ser tu amigo
si me quedo en la playa
recibiendo los besos

de la tarde dorada?
Mas… no. Ven a mi bote,
desenvaina la espada
y corta de un tajazo
las cuerdas que me amarran.





La prosperidad no debe asociarse sólo al crecimiento económico. La prosperidad real es un compromiso compartido en el que el bienestar individual está ligado al de la comunidad y al cuidado del medio ambiente.

Apoyar iniciativas basadas en el modelo de la economía social, que luchen contra la “cultura del descarte” y la desigualdad. La economía debe centrarse en la producción de recursos y en la creación de las condiciones y oportunidades para que todas las personas del mundo puedan vivir de manera digna.


DE LA HOJA EUCARÍSTICA DE MANOS UNIDAS 

MONICIÓN DE ENTRADA

Bienvenidos a la celebración de la Eucaristía, el día en que cele­bramos la Campaña contra el Hambre que este año propone el reto de compartir la prosperidad para erradicar la pobreza, el hambre y la desigualdad. El evangelio da la clave para crecer en la fe y combatir el hambre en todos los frentes. «Rema mar adentro» dice Jesús. Manos Unidas responde: «por tu palabra, Señor, echaré las redes».

Que con la ayuda del Espíritu la fe nos empuje al trabajo de erradicar el hambre espiritual y material.


ORACIÓN DE LOS FIELES: Padre, escúchanos

Celebrante: Oremos por las necesidades de la Iglesia y de todos los pueblos

  • Por la Iglesia y todas las iglesias cristianas que, atentas a la voz de su Señor, no tengan miedo de anunciarlo y servirlo en el «mar adentro» de las periferias. Oremos
  • Por los gobernantes, que, oído el clamor de los pobres, colaboren en la promoción de leyes justas en favor de los más necesitados. Oremos
  • Por quienes sufren hambre espiritual, viven alejados de la fe o como si Dios no existiera, que, con nuestro testimonio y coherencia de vida, descubran el amor de Dios. Oremos
  • Por los pobres y quienes trabajan con ellos, («santos de la puerta de al lado»), que el Señor les conceda fuerza para avanzar y sean nueva savia en la Iglesia y en el mundo. Oremos
  • Por nosotros, que, animados por el Señor a no temer a los mares del dolor y el sufrimiento, vayamos de su mano hasta conseguir el destino universal de los bienes y el bien común. Oremos

Celebrante: Dios Padre acoge nuestros proyectos, y escucha nuestra oración. Por Jesucristo nuestro Señor.


MARÍA, MADRE DE DIOS (AÑO NUEVO)

Celebramos varias realidades: el AÑO NUEVO que llega cargado de buenos deseos, la festividad de Santa María MADRE DE DIOS, y la Jornada de Oración Mundial por la PAZ.

Recuerda que nuestro camino cristiano es un andar constante y, aunque avanzar supone un esfuerzo, hay que seguir dejando huellas. Cada día es una nueva oportunidad para el amor, para la sonrisa, para la esperanza.


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FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA

En medio de este tiempo entrañable de Navidad, celebramos el día de la Sagrada Familia. ¡Dios quiso escoger, una de ellas, para nacer y estar en medio de nosotros!
La familia de Nazaret, nos sirve de marco de referencia para nuestras familias, el modelo para dibujar y llevar adelante en ellas su amor, su entrega, perdón, paciencia, generosidad, alegría, fe, esperanza, etc.,

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