«Rema mar adentro, echad vuestras redes para la pesca» (Lc 5,1-11)
Entonces sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.
Todos debemos salir a pescar, a predicar el Evangelio de Jesús con nuestras palabras y con nuestra vida, en nuestras familias, con nuestros hijos, nietos, padres o hermanos…;
en nuestro pueblo: con nuestros amigos, vecinos, conocidos…,
en nuestros lugares de trabajo o de estudio: con nuestros compañeros; en nuestros lugares de diversión… hacer realidad los valores del Evangelio: el perdón, el amor, la comprensión, la generosidad, la solidaridad…
Esta labor de ser mensajeros del Evangelio de Jesús no la hacemos los cristianos en el templo, sino en la VIDA.. donde vivimos y con quienes vivimos; compartiendo sus alegrías, penas, gozos y problemas, sus éxitos y sus fracasos.
Ahí es donde tenemos que demostrar que el evangelio nos puede dar luz que nos ayude a todos a ser más felices.
Cuando Dios nos diga como a Isaías: “¿A quién mandaré? ¿Quién irá por mí?” Isaías contesta a Dios diciendo: “Aquí estoy, mándame a mí”.
Si pudiéramos investigar en lo profundo de tantas vidas de cristianos que han trabajado y se han desvivido en tareas de catequesis, o visitando enfermos o atendiendo a los pobres, o desviviéndose por defender a los más destrozados de este mundo…; quizá descubriríamos que un día Dios, desde muy cerca, les habló diciendo: ¿Quién irá por mí?… Y ellos contestaron: Aquí estoy, Señor.
Estaba un sacerdote bendiciendo una casa y había muchos mosquitos.
Uno de los niños le dijo a su mamá: ¿crees que puedo pedirle a Dios que se lleve los mosquitos o que vuelen más alto y dejen de picarnos a los niños?
Me parece una buena idea, le dijo la mamá, pídeselo.
Al cabo de un rato volvió el niño y le dijo y ¿cuál es el número de teléfono de Dios? No lo encuentro en la guía.
PARA LA CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA
Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (6,1-2a.3-8):
EL año de la muerte del rey Ozías, vi al Señor sentado sobre un trono alto y excelso: la orla de su manto llenaba el templo.
Junto a él estaban los serafines, y se gritaban uno a otro diciendo:
«¡Santo, santo, santo es el Señor del universo, llena está la tierra de su gloria!».
Temblaban las jambas y los umbrales al clamor de su voz, y el templo estaba lleno de humo.
Yo dije: «Ay de mí, estoy perdido! Yo, hombre de labios impuros, que habito en medio de gente de labios impuros, he visto con mis ojos al Rey, Señor del universo».
Uno de los seres de fuego voló hacia mí con un ascua en la mano, que había tomado de! altar con unas tenazas; la aplicó a mi boca y me dijo:
«Al tocar esto tus labios, ha desaparecido tu culpa, está perdonado tu pecado».
Entonces escuché la voz del Señor, que decía: «A quién enviaré? ¿Y quién irá por nosotros?».
Contesté: «Aquí estoy, mándame». Palabra de Dios
Salmo137
Segunda lectura
Lectura de la primera carta de san Pablo a los Corintios (15,1-11):
Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os anuncié y que vosotros aceptasteis, en el que además estáis fundados,
y que os está salvando, si os mantenéis en la palabra que os anunciamos; de lo contrario, creísteis en vano.
Porque yo os transmití en primer lugar, lo que también yo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras; y que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras; y que se apareció a Cefas y más tarde a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos juntos, la mayoría de los cuales vive todavía, otros han muerto; después se apareció a Santiago, más tarde a todos los apóstoles; por último, como a un aborto, se me apareció también a mí.
Porque yo soy el menor de los apóstoles y no soy digno de ser llamado apóstol, porque he perseguido a la Iglesia de Dios.
Pero por la gracia de Dios soy lo que soy, y su gracia para conmigo no se ha frustrado en mí. Antes bien, he trabajado más que todos ellos. Aunque no he sido yo, sino la gracia de Dios conmigo. Pues bien; tanto yo como ellos predicamos así, y así lo creísteis vosotros. Palabra de Dios
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (5,1-11):
LUCAS: En aquel tiempo, la gente se agolpaba en torno a Jesús para oír la palabra de Dios. Estando él de pie junto al lago de Genesaret, a lo lejos vio dos barcas que estaban junto a la orilla; una era la barca de los hermanos Pedro y Andrés y la otra de Santiago y Juan, también hermanos e hijos de Zebedeo, habían desembarcado y estaban lavando las redes.
La gente reconoció a Jesús y se agolpaba alrededor de Él para oír la palabra de Dios. Eran muchos los que le rodeaban.
Entonces llamó a Pedro y le dijo:
JESÚS: Pedro, necesito tu barca.
PEDRO: Maestro, espera un momento que acabemos de limpiarla y estará a tu disposición.
LUCAS: Subió a la barca de Pedro y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a Pedro:
JESÚS: «Rema mar adentro, y echad las redes que nos vamos a pescar.»
LUCAS: Pedro contestó:
PEDRO: «Maestro, nos hemos pasado la noche intentando pescar y no hemos cogido nada; pero, si tú me lo dices, volveré a echar las redes.»
LUCAS: Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo:
PEDRO: «Apártate de mí, Señor, que soy un pecador.»
LUCAS: Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido. Lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Pedro. Jesús dijo a Pedro:
JESÚS: «No temas; desde ahora serás pescador de hombres.» Yo te nombro hoy jefe de la Iglesia.
LUCAS: Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron. Palabra de Dios
DINÁMICA-HOMILÍA
LAS REDES
Jesús en el Evangelio de este domingo, nos quieres navegando por otros mares, remando mar adentro, echando las redes para la pesca.
Enredados en la VIDA. Enlazados por la JUSTICIA. Anudando cuerdas de AMOR. ACERCANDO orillas. Tejiendo gestos de COMUNIÓN.
Con la red que hemos traído vamos a hacer un pequeño gesto de participación y de comunión de todos los que celebramos la Eucaristía. Es un gesto sencillo, simple, pero significativo: Poner nombre. Todas las personas deseamos ser llamadas por nuestro nombre. Poner nombre es reconocer la existencia, es hacer descubrir la identidad. El preguntar el nombre a alguien es una forma de crear lazos, de empezar a conocer la vida, la cultura, los sentimientos, las angustias y los gozos de los que tenemos cerca.
En la red están escritos ya los nombres de las niños y niñas de primera comunión y de confirmación y los nombres de sus familias, los nombres de los catequistas… Se ha preparado antes de la Misa.
(Se invita a salir a alguna persona para que escriba su nombre y lo exprese)
Esta red con los nombres quiere expresar nuestro deseo de ser MÁS COMUNIDAD y de seguir dando pasos hacia una mayor COMUNIÓN entre nosotros.
Invitemos a Jesús a subir a nuestra barca y naveguemos todos juntos.
ORACIÓN DE LOS FIELES
- Por la iglesia. Para que sea fuerte ante las dificultades. Para que se deje llevar por la mano y la voz de Jesús. Roguemos al Señor.
- Tengamos un recuerdo especial por los jóvenes que se preparan para ser sacerdotes y pidamos a Jesús que aumente el número de sacerdotes en la Iglesia. Roguemos al Señor.
- Pidamos al Señor que, la fe en la Resurrección, nos anime a trabajar por el bien de los demás y a defender los derechos de los más pobres y marginados. Roguemos al Señor.
- Para que como los apóstoles, también nosotros respondamos a la llamada del Señor siendo valientes, entusiastas del evangelio y estemos orgullosos de ser cristianos y católicos. Roguemos al Señor.
Rema mar adentro!
Patxi Loidi
Quiero aceptar tu reto,
mas siento en la garganta
un apretado nudo,
y no sé decir nada.
Oigo tu invitación,
pero no suelto amarras
y no acierto a zarpar,
para ir a la mar alta.
Yo me quedo en la orilla,
que es pequeña mi barca
y son pocas mis fuerzas
para cruzar las aguas.
¿No podré ser tu amigo
si me quedo en la playa
recibiendo los besos
de la tarde dorada?
Mas… no. Ven a mi bote,
desenvaina la espada
y corta de un tajazo
las cuerdas que me amarran.