La escena es tensa y conflictiva. Jesús está paseando dentro del recinto del templo. De pronto, un grupo de judíos lo rodea acosándolo con aire amenazador.
Jesús no se intimida, sino que les reprocha abiertamente su falta de fe: «Vosotros no creéis porque no sois ovejas mías». El evangelista dice que, al terminar de hablar, los judíos tomaron piedras para apedrearlo.
Para probar que no son ovejas suyas, Jesús se atreve a explicarles qué significa ser de los suyos. Solo subraya dos rasgos, los más esenciales e imprescindibles: «Mis ovejas escuchan mi voz… y me siguen».
Después de veinte siglos, los cristianos necesitamos recordar de nuevo que lo esencial para ser la Iglesia de Jesús es escuchar su voz y seguir sus pasos.
PARA LA PARTICIPACIÓN DE LOS NIÑOS
MONICIÓN
Niño: Mamá, mamá, ¿de qué va hoy el Evangelio?
Mamá: Mira hijo, en el Evangelio de hoy, Jesús Resucitado se presenta como un Pastor Bueno.
Niño: ¡Cuéntamelo mamá! Me gusta escucharte. Me gusta mucho que me hables de Jesús.
Mamá: Jesús es un pastor bueno, muy bueno, que nos conoce, se preocupa de nosotros, nos cuida y nos quiere.
Niño: Una pregunta mamá… Si Jesús es el Buen Pastor, significa que todos nosotros somos: ¿ovejas de su rebaño?
Mamá: Sí, sí, así es. Y lo mejor de todo es que Él dio su vida por todos.
Niño: ¡Genial! ¡Gracias Jesús! Yo quiero seguirte y escuchar siempre tu voz.
PETICIONES
- Por la Iglesia, para que sepamos ser hogar fraterno para tantas personas desplazadas, obligadas a huir de situaciones de injusticia, violencia o riesgo para sus vidas. Roguemos al Señor.
- Por la Paz en Ucrania y en todos los países que sufren la guerra. Roguemos al Señor.
- Para que conozcamos mejor a Jesucristo, nuestro Pastor, escuchemos su voz y le sigamos. Roguemos al Señor.
- Por los padres, los sacerdotes, los educadores y catequistas: para que imiten al Buen Pastor y nos sigan acompañando en el camino de la fe. Roguemos al Señor.
- Por los chicos y chicas que se preparan para recibir la comunión, para que siempre sean testigos de Jesús y se alimenten cada domingo con la Palabra y con el Pan de la Eucaristía. Roguemos al Señor.
- Regala a tu Iglesia, vocaciones sacerdotales, religiosas y misioneras que sean testigos gozosos de tu Presencia. Roguemos al Señor.
- Para que nuestra parroquia Corazón de María sea una comunidad viva, unida, abierta y acogedora. Roguemos al Señor.
ORACIÓN DE LOS FIELES (Subsidio Vocaciones)
Nuestra vida es conocer, amar y servir al Señor, y en Él a los hermanos. Esa es la auténtica vocación del cristiano, que nos llena de paz, que se concreta luego en las demás vocaciones. Animados por la fe en Cristo resucitado, oremos para ser dignos de la llamada que Dios nos ha hecho.
-Por la Iglesia de Cristo, para que, sintiéndose discípula fiel del Señor resucitado, sepa escuchar con docilidad su palabra de vida, oremos.
-Por el Santo Padre el Papa Francisco, que el Señor ha puesto al frente de su grey, para que viva su ministerio con la ayuda de nuestra plegaria y así nos confirme en la fe que hemos recibido, oremos.
-Por todos los cristianos, para que reconozcamos cada uno nuestra propia vocación a la fe y, por la oración y el testimonio, puedan surgir en nuestras comunidades nuevas vocaciones a la vida sacerdotal y religiosa, oremos.
-Por los sacerdotes, los religiosos, los misioneros, los laicos consagrados y cuantos dedican su vida al anuncio del Evangelio, para que sepan responder cada día a la mirada de amor misericordioso con la que el Señor los llamó a su seguimiento, oremos.
-Por los jóvenes a quienes el Señor llama a una vida de especial consagración, para que respondan prontamente y sin miedo, ayudados por nuestros testimonio, para colaborar en la edificación del Reino y en la santificación de la humanidad, oremos.
-Por quienes pasan dificultades de cualquier tipo en su vida, especialmente por los que sufren las consecuencias de la crisis económica, para que encuentren en Jesús Resucitado su esperanza y en la Iglesia las manos de sus hermanos tendidas a su sufrimiento, oremos.
-Por nuestra comunidad (parroquial), para que mirando al Señor Resucitado, que ofrece su vida por nosotros, pueda dar abundantes frutos de bondad, amor y servicio gozoso, oremos.
Padre santo, que te sirves de nosotros para reunir a la humanidad, dispersa por el pecado: haz que no dejemos de reconocer tu voz, especialmente en medio de las dificultades que encontremos en el camino. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.
Evangelio
En aquel tiempo, dijo Jesús: «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.»
Palabra del Señor
La Iglesia, madre de vocaciones
Queridos hermanos y hermanas: Cómo desearía que, a lo largo del Jubileo Extraordinario de la Misericordia, todos los bautizados pudieran experimentar el gozo de pertenecer a la Iglesia.
Ojalá puedan redescubrir que la vocación cristiana, así como las vocaciones particulares, nacen en el seno del Pueblo de Dios y son dones de la divina misericordia. La Iglesia es la casa de la misericordia y la «tierra» donde la vocación germina, crece y da fruto.