DOMINGO 24ºB


Testimonio de una niña cristiana Iraquí

¿Cómo te llamas? -Miriam
¿Cuántos años tienes? -Diez
Llevas cuatro meses en este campo de refugiados, qué echas de menos?

-Tenía una casa para jugar y aquí no la hay, pero gracias a Dios, Dios se preocupa de nosotros.
¿Qué quieres decir?
-Que Dios nos ama y no permitió que el ISIS nos matara.
¿Tú sabes cuánto nos ama Dios?

-Sí, Dios nos ama a todos, no sólo a mí. Dios nos ama a todos.
¿Crees que Dios ama también a aquellos que te han hecho mal o no?
-Sí, pero Dios no ama el mal.
¿Qué sientes hacia aquellos que te obligaron a dejar tu casa?

-No quiero hacerles nada, sólo pido a Dios que los perdone.
Y también tú puedes perdonarlos?

_-Sí.
Pero es difícil perdonar a quien me ha hecho sufrir, Miriam, o no.

-Yo no quiero matarlos, por qué matarlos. Sólo estoy triste porque nos han expulsado de nuestras casas. ¿Por qué lo hicieron?
Espero que regreses a una casa aún más bonita que tu primera casa.

_-Si Dios quiere. Pero no se trata de lo que nosotros queremos sino aquello que quiere Dios.
¿No estás triste alguna vez? ¿No te parece que Jesús te ha olvidado?

-No, algunas veces lloro porque hemos dejado nuestra casa, pero no estoy enojada con Dios.
Le doy gracias todos los días porque se ocupa de nosotros.
Aunque aquí estamos sufriendo Él nos da aquello que necesitamos.
¿Crees que Jesús no te abandona nunca?

-El no me abandona nunca. Si crees de verdad en Él no te abandona nunca.


Mi madre dice… Mi padre siempre me dijo… Según este libro, según el periódico… Repetir lo que los otros dicen es muy barato.



PARA CELEBRAR LA EUCARISTÍA


Primera lectura

Lectura del libro de Isaías (50,5-9a):
El Señor me abrió el oído; yo no resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que me apaleaban, las mejillas a los que mesaban mi barba; no me tapé el rostro ante ultrajes ni salivazos. El Señor me ayuda, por eso no sentía los ultrajes; por eso endurecí el rostro como pedernal, sabiendo que no quedaría defraudado. Tengo cerca a mi defensor, ¿quién pleiteará contra mí? Comparezcamos juntos. ¿Quién tiene algo contra mí? Que se me acerque. Mirad, el Señor me ayuda, ¿quién me condenará?
Palabra de Dios



Segunda lectura

Lectura de la carta del apóstol Santiago (2,14-18):
¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Es que esa fe lo podrá salvar? Supongamos que un hermano o una hermana andan sin ropa y faltos del alimento diario, y que uno de vosotros les dice: «Dios os ampare; abrigaos y llenaos el estómago», y no les dais lo necesario para el cuerpo; ¿de qué sirve? Esto pasa con la fe: si no tiene obras, por sí sola está muerta. Alguno dirá: «Tú tienes fe, y yo tengo obras. Enséñame tu fe sin obras, y yo, por las obras, te probaré mi fe.»
Palabra de Dios

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Marcos (8,27-35):
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Felipe; por el camino, preguntó a sus díscípulos: «¿Quién dice la gente que soy yo?»
Ellos le contestaron: «Unos, Juan Bautista; otros, Elías; y otros, uno de los profetas.»
Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy?»
Pedro le contestó: «Tú eres el Mesías.»
Él les prohibió terminantemente decirselo a nadie. Y empezó a instruirlos: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser condenado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días.» Se lo explicaba con toda claridad.
Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Jesús se volvió y, de cara a los discípulos, increpó a Pedro: «¡Quítate de mi vista, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!»
Después llamó a la gente y a sus discípulos, y les dijo: «El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Mirad, el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará.» Palabra del Señor


PETICIONES

R.- QUE TU BONDAD NOS AYUDE, SEÑOR

1. – Por la Iglesia, comunidad de bautizados en la fe de Cristo; para que nuestras obras hagan creíble el mensaje del evangelio y seamos capaces de dar la cara cuando tengamos que decir que creemos en Jesús. OREMOS

2.- Por todos los que están sufriendo las consecuencias de la crisis.
Por aquellos hogares donde falta el pan de cada día, el trabajo y la felicidad: para que la fortaleza del Espíritu los anime y encuentren acogida en nuestra caridad. OREMOS

3. – Por todos los que ayudáis de una u otra forma en el trabajo parroquial desde la gratuidad y el amor; para que encontréis la verdadera alegría en el servicio a la comunidad. OREMOS

4. – Por todos los niños y niñas que participarán este año en la catequesis, especialmente por los niños y niñas de catequesis de esta parroquia, para que sepan contagiar su alegría y entusiasmo a sus familias y juntos formemos la gran familia que alaba a Dios, Padre, cada domingo. OREMOS

Dios de misericordia, escucha estas súplicas que humildemente te confiamos, Por Jesucristo Nuestro Señor.


ACCIÓN DE GRACIAS

¿Y TÚ, QUIÉN DICES QUE SOY YO?
¿QUÉ DIGO, SEÑOR?
Si tú sabes que yo sé muy poco
que prefiero llevar mi vida
que estoy sordo/a a tus palabras
si no me molesto en abrir tu evangelio.
Ayúdame a no perderme en medio de la gente
A ponerte en el centro de mi casa
A dar razón de mi fe
A buscarte, aunque algunos se empeñen en despistarme
A rezarte, aunque me cueste centrarme en la oración
A conocerte, aunque me resulte difícil reconocerte
¿QUÉ DIGO, SEÑOR, SOBRE TI?
Ayúdame a gritar a los cuatro vientos:
¡TÚ ERES EL SEÑOR!
Y, entonces, significará una cosa:
que te he encontrado, Señor.
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