CUARESMA V (A)

La Vida llega a Betania
y los que son amigos del que es la Vida no pueden morir.

Quinto Domingo de Cuaresma,
relato de la resurrección de Lázaro,
paso hacia la Semana Santa
que comienza con el Domingo de Ramos,
el próximo.


Yo soy la Vida

Tras la PURIFICACIÓN del desierto y el agua (primer y tercer domingos de Cuaresma) y de la ILUMINACIÓN (segundo y cuarto domingos) se nos invita a mirar cara a cara la MUERTE. (quinto domingo) Camino de preparación para los catecúmenos.
Jesús tiene “un corazón que se conmueve” ante la muerte de su amigo. Por lo tanto, comprende nuestros sufrimientos.
Hermanos, el Señor nos dice hoy: «Yo soy la resurrección y la vida». En la víspera de su muerte, Jesús proclama el evangelio de la vida y se define como Señor de la vida.


PARA LA CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA


Delante del altar colocaremos los símbolos usados durante todos los domingos de Cuaresma y los carteles con la palabra o frase propia de cada uno: 1º: «ESTE ES MI HIJO». 2º: «ESCUCHADLE». 3º: » YO SOY EL AGUA». 4º:»YO SOY LA LUZ». 5º: «YO SOY LA VIDA»

MOTIVACIÓN
Amigos: Sed bienvenidos a la celebración. Ya falta poco para la fiesta de Pascua, el próximo domingo celebraremos el domingo de Ramos.
Hemos contemplado a Jesús como “el agua que da la vida” (Evangelio de la Samaritana) y “la luz para nuestra vida”, (Evangelio del Ciego)
Hoy se nos presenta todavía con más claridad: Jesús es “la resurrección y la vida”, (Evangelio de la Resurrección de Lázaro)

Amigos, seguimos atentos a las palabras de Jesús.


OFRENDAS Y SÍMBOLOS:
En una mesita estarán expuestos todos los símbolos que hemos usado los domingos anteriores: Piedras, Biblia, Agua, Vela, Tiesto...


EVANGELIO (Juan 11, 3-7. 17. 20-27. 33b-45). “Lázaro, sal fuera”.

NARRADOR: En aquel tiempo, las hermanas de Lázaro mandaron recado a Jesús diciendo: » Señor, el que tú amas está enfermo». Jesús al oírlo dijo:

 JESÚS: Esta enfermedad no es para la muerte, sino que servirá para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.
NARRADOR: Jesús amaba a Marta, a su hermana María y a Lázaro. Cuando se enteró de que estaba enfermo, se quedó todavía dos días donde estaba. Solo entonces dice a sus discípulos:
JESÚS: Vamos otra vez a Judea.
NARRADOR: Cuando Jesús llegó, Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado. Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras María se quedó en casa. Y dijo Marta a Jesús:
MARTA: Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo concederá.

NARRADOR: Jesús le dijo:
JESÚS: Tu hermano resucitará.
NARRADOR: Marta respondió:
MARTA: Sé que resucitará en la resurrección del último día.
NARRADOR: Jesús le dijo:
JESÚS: Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees esto?
NARRADOR: Ella le contestó:
MARTA: Si, Señor, yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo.
NARRADOR: Jesús se conmovió en su espíritu, se estremeció y preguntó:
JESÚS: ¿Dónde lo habéis enterrado?
NARRADOR: Le contestaron:
VECINO: Señor, ven a verlo.
NARRADOR: Jesús se echó a llorar. Los judíos comentaban:
VECINO: ¡Cómo lo quería!
NARRADOR: Pero algunos dijeron:
VECINOS: Y uno que le ha abierto los ojos a un ciego ¿no podía haber impedido que este muriera?
NARRADOR: Jesús, conmovido de nuevo en su interior, llegó a la tumba. Era una cavidad cubierta con una losa. Dijo Jesús:
JESÚS: Quitad la losa.
NARRADOR: Marta, la hermana del muerto, le dijo:
MARTA: Señor, ya huele mal, porque lleva cuatro días.
NARRADOR: Jesús le replicó:
JESÚS: ¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?
NARRADOR: Entonces quitaron la losa. Jesús, levantando los ojos a lo alto, dijo:
JESÚS: Padre, te doy gracias porque me has escuchado; yo sé que tú me escuchas siempre; pero lo digo por la gente que me rodea, para que crean que tú me has enviado.
NARRADOR: Y dicho esto gritó:
JESÚS: Lázaro, sal afuera.
NARRADOR: El muerto salió, los pies y las manos atados con vendas, y la cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo:
JESÚS: Desatadlo y dejadlo andar.
NARRADOR: Y muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él.
Palabra del Señor.


PETICIONES

1 Pedimos por todas las personas del mundo que lo pasan mal, que tienen problemas y no saben a quien acudir. Para que Jesús se encuentre cerca de ellas y les ayude en sus dificultades, ROGUEMOS AL SEÑOR.
2. Pedimos por todos los enfermos, para que sientan el amor de Dios y para que nosotros nos acerquemos a los que conozcamos en este tiempo de Cuaresma, ROGUEMOS AL SEÑOR.
3. Pedimos por la paz en todo el mundo, para que Dios nos conceda una nueva oportunidad para repartir paz y amor a nuestro alrededor, para compartir nuestra amistad con nuestras familias, vecinos y compañeros, ROGUEMOS AL SEÑOR.
4. Pedimos por todos nosotros, por todos los que nos juntamos en esta Eucaristía. Para que no nos desanimemos si las cosas nos salen mal, porque Dios siempre nos concede una nueva oportunidad de mejorar. ROGUEMOS ALSEÑOR.



Y a ti te dice hoy:
Sal fuera del sepulcro de la rutina, de la desesperación, de la tristeza, del miedo, de la violencia, de la soledad…

Sal fuera. Yo he venido para desatarte de tus ataduras de la muerte y del pecado.
Sal fuera. Sin miedos, sé testigo de la vida en medio de tus hermanos.
Sal fuera. Vive una vida de resucitado.

Yo he venido
-para que tengas vida en abundancia hoy, mañana y siempre.
-para sacarte de la tumba de la soledad, de la tumba de la tristeza, de tu vida sin ilusiones y sin Dios y colocarte en el país de la vida.
Si todos nosotros saliéramos de nuestras tumbas, de nuestro aislamiento, de nuestra indiferencia y camináramos juntos en el Señor, seríamos una gran luz y una fuente de vida para los que nos rodean.

¿Dónde le habéis puesto? Ellos colocaron a Lázaro en el sepulcro, lugar de muerte sin esperanza. El sepulcro no es el lugar de los que creen en Jesús.
«Quitad la losa». Jesús pide a la comunidad que se despoje de su creencia.
¡Lázaro, ven fuera! está confirmando que el sepulcro donde le habían colocado, no era el lugar donde debía estar. Los destinatarios del grito son ellos, no Lázaro. Ellos tienen que convencerse de que la muerte no ha cortado la Vida.
«Desatadlo y dejadlo que se marche». Ellos lo han atado y ellos son los que deben soltarlo. No devuelve a Lázaro al ámbito de la comunidad, sino que le deja en libertad, porque esta ya en la esfera de Dios, Vivo.


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