Hace unos meses comenzamos una andadura, recuperamos poco a poco un proyecto que años atrás se venía haciendo.
Os preguntaréis de qué se trata. Pues tendréis que ir descubriéndolo poco a poco…
Si mezclamos ganas, ilusión, jóvenes, infancia, aprender, enseñar, mejorar, motivar, orar y añadimos una pizca de fe y pasión obtenemos una mezcla perfecta que da como resultado unas maravillosas clases de colores.
Sí, sí habéis leído bien, «clases de colores», abiertas a todos aquellos niños con ganas de aprender y mejorar, con ganas de divertirse y de jugar con las asignaturas, con energía para superarse y ser cada miércoles y viernes un poquito mejores.
Muchas son las sonrisas que nos han aportado, muchos los gestos de cariño recibidos y muchas las ilusiones que María Jesús, Toñi, Irene, Belén, Raúl, Jorge, Marcos, José María y Blanca hemos puesto en hacer de estas clases algo diferente, en que no solo sean unas clases de refuerzo, de apoyo escolar, sino un clases donde el color, la diversidad y el aprender llegue a estos niños y los futuros de manera original.
Gracias al equipo de sacerdotes por apoyar esta iniciativa y por formar parte de ella. Y gracias a Dios por poner a estos niños en nuestras vidas*