Después del Evangelio
A esta Eucaristía unimos la celebración de los 50 años de amor y de perdón
Ellos quieren en presencia de Dios, hacer partícipes a sus familiares y amigos de su 50º aniversario de Bodas.
Cincuenta años de lucha, comprensión, entrega generosa, de pequeños triunfos y fracasos, cincuenta años por encima de todo de saber amarse y perdonarse.
Y han decidido celebrarlo en esta comunidad a la que tantas horas han dedicado para que el Señor que sembró la semilla del amor en sus corazones hace 5o años, siga siendo la fuerza de su amor y continúen caminando por la vida cargados de ilusión y esperanza.
CONSENTIMIENTO
MARISA Y ANTONIO: Habéis venido aquí para que Dios garantice con su sello vuestro amor, ante la comunidad cristiana, familiares y amigos.
Un día fuisteis consagrados en el matrimonio; hoy, Cristo va a bendecir de nuevo vuestro amor, y os enriquecerá y dará fuerza para que sigáis siendo fieles al amor que hace 50 años os prometisteis.
ANTONIO, ¿sigues queriendo a MARISA como esposa y deseas renovar, ante Dios, la comunidad cristiana, familiares y amigos, el amor, la fidelidad y la entrega que hace cincuenta años le prometiste?
MARISA, ¿sigues queriendo a ANTONIO, como esposo y deseas renovar, ante Dios, la comunidad cristiana, familiares y amigos, el amor, la fidelidad y la entrega que hace cincuenta años le prometiste?
El Señor que hizo nacer y crecer en vosotros el amor confirme este consentimiento mutuo que habéis manifestado.
ACCIÓN DE GRACIAS
En el momento de la acción de gracias hubo varias intervenciones. Un niño les dedicó este texto.
Mis papás me han dicho/ que 50 euros /son muchos euros para un niño.
Hay una niña en mi cole/ que por las tardes/ se lleva un euro en el bolsillo/ y con lo que compra/ meriendan ella y su hermano pequeño/ antes de venir a catequesis.
He pensado/ que con 50 euros/ podría comprar cada día,/ meriendas para 100 niños.
Yayos Marisa y Antonio,/ he intentado multiplicar 50 x 50 años, por 100, por…./ Perdonad…. Pero me he perdido….
La profe me diría que no lo intente, /que eso se estudia en el curso siguiente… /que todas esas multiplicaciones dan… / INFINITO.
Me imagino yo /los infinitos detalles de amor, / de caricias, /de sonrisas, / de cariño/ que habréis repartido a lo largo de estos 50 años.
Gracias por vuestro ejemplo, /felicidades por este día.
Con vosotros, /los pequeños y mayores que estamos aquí hoy, /hemos aprendido / que es muy importante saber multiplicar./
Traemos aquí un diploma /que entregan en catequesis /a los niños que se saben las oraciones.
En nombre de todos los niños os entregamos este diploma que dice:
DIPLOMA /OTORGADO A LOS YAYOS MARISA Y ANTONIO, /que aunque no se saben aún todas las oraciones, /han aprendido a multiplicar por 50./
Felicidades.
Dar gracias en nombre de toda mi familia por nuestros padres,
Antonio y Marisa, que celebran sus bodas de oro.
En este día tan señalado queremos dar las gracias a nuestros
padres, por darnos la vida, por darnos una infancia feliz y por
enseñarnos, con vuestro ejemplo, el significado y el valor del
amor, de la familia y del trabajo.
Cincuenta años dan para mucho y durante ellos nos hemos
sentido unos hijos queridos y apoyados por vosotros tanto en la
infancia como a lo largo de toda la vida y esperamos que una parte
de lo que nos habéis enseñado lo hayamos interiorizado y
trasmitido a nuestras propias familias.
Muchas gracias a los dos y que sigamos celebrando muchos años
que estamos juntos y que nos queremos.
Gracias por esta ahí y ser siempre un ejemplo para todos nosotros.
Vuestro hijo
BENDÍCELOS, SEÑOR
Bendícelos, Señor,
coronaron las cumbres de oro
en la dura escalada de la vida,
caminaron con tesón día tras día
viviendo la alegría y la tristeza compartida.
Hoy están aquí, como el primer día,
con sus manos unidas, con el alma repleta de amor,
una leve sonrisa en los labios
y los ojos henchidos de emoción.
Han llegado hasta aquí apoyándose el uno en el otro,
han gastado sus fuerzas y su aliento,
porque, cuánto amor, cuánto dolor
les costó llegar tan lejos.
Aquel «si quiero» emocionado y tierno
con que ante Ti se unieron de por vida,
lo repiten ahora despacito, en silencio,
con la misma ilusión, la misma entrega,
el mismo ardor que les unió aquel día.
Bendícelos, Señor, porque han luchado,
porque han llorado y han reído juntos,
porque en su mano floreció la semilla que les diste,
porque se han amado día a día,
porque se aman hoy con gran ternura,
porque el amor alumbrará el resto de sus días.
Angelines