SACRAMENTOS DE INICIACIÓN CRISTIANA 18

 

El domingo de Pentecostés, 20 de mayo, a las 18.00 h., se celebrará en la Parroquia del Sagrado Corazón la recepción de los sacramentos de iniciación cristiana de 21 adultos de nuestra diócesis.

Ainhoa, Ana, María Teresa, Carla, Poliana, Darío y Luis se han estado preparando en nuestra parroquia a lo largo de este curso.

Nos unimos a su alegría y rezamos por ellos.


ALGUNOS TESTIMONIOS

 


¿Qué ha supuesto para mí este curso?

En el grupo nos acogimos todos y todas muy bien y enseguida la tarde de los miércoles se convirtió en un espacio de aprendizaje y tranquilidad, donde he aprendido a extrapolar metáforas de la Biblia a la vida cotidiana, como es el caso de “La semilla de mostaza”.

He apreciado valores que, en ocasiones, se olvidan, como pueden ser ceder, ayudar a quien tenemos al lado, incluso al que está al otro lado del planeta, con gestos y actos muy sencillos que parten de la humildad y respeto por uno mismo y por los demás.

Concienciarse de aspectos que parecen muy simples como tener en mente que todos los trabajos tienen la misma validez, aceptación y todos ellos son necesarios, sin enaltecer unos sobre otros.

En mi caso, para mi función como maestra y educadora, este curso me ha permitido aprender a “educar en valores” desde una posición mucho más cercana, desde la práctica e interiorización de ellos y a su vez a educarme y sumergirme en los mismos.

En cuanto a los tres sacramentos, suponen para mí un camino, una manera de sentir, pensar y formar parte de la comunidad cristiana desde el interior, perteneciendo a lo comúnmente conocido como Iglesia.

Ana.


Lo primero de todo quiero dar gracias a Dios, por la maravillosa experiencia de los últimos meses, todo empezó con una visita a la parroquia de mi barrio, sentí que era la hora de confirmar mi amor por Dios y mi Fe.

Algo me empujaba a ir lo más rápido que pudiese y no perder mas tiempo, sentí que Dios me había estado esperando para continuar mi camino con el a mi lado, así que un día por la tarde, salí de casa corriendo, quedaba poco para que el despacho parroquial cerrase, y no sabía cuando tendría una tarde libre para volver a ir, pregunté cuando y como tenía que hacer para confirmarme.

Un tiempo después tuve la primera reunión con los que serían mis compañeros y compañeras, una felicidad inmensa me inundó, sabía que había hecho lo correcto y que en ese grupo tenía una segunda casa.

En todo este tiempo he aprendido muchas cosas sobre lo que significa pertenecer a la comunidad cristiana, cosas que creía que sabia pero que en verdad no había ni siquiera vislumbrado la mitad.

Estoy segura de que todavía me queda mucho por aprender, por eso doy gracias a Beatriz, mi catequista, que ha rejuvenecido la semilla del querer ser mejor y vivir la vida según la vivió Jesús.

Sentir que formas parte de algo tan grande es algo muy especial , un grupo que te aporta muchas cosas buenas, como la comunidad cristiana, es algo que se debe cuidar cada día.

Los valores que poseo desde niña gracias a la Iglesia me han hecho ser quien soy hoy en día, por todo ello no podría ser mas feliz que dando el paso de confirmar todo aquello en lo que creo y en lo que baso mi vida.

Ainhoa


Hoy quiero despedirme de vosotros de una forma especial, quiero agradecerles no solo el empeño y sus ilusiones por transmitirme el mensaje cristiano, sino también la paciencia que han tenido con mi persona desde el primer día, la confianza que me han dado y el tiempo que me han dedicado.

 

 


Parece mentira que ya haya pasado el tiempo tan rápido desde aquella primera catequesis, la recordaré con mucho cariño y ahora me doy cuenta de todo lo que hemos crecido espiritualmente en este tiempo. Era una experiencia nueva para mí y los nervios eran los protagonistas, pero hoy hemos sustituido esos nervios por sonrisas.

Sabemos que en Jesús podemos encontrar un amigo y en Dios un Padre, que nos recibirá siempre con los brazos abiertos y con todo su amor, alegría y regocijo como en la parábola del hijo pródigo.

Lc 15, 24 “porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado. Y comenzaron la fiesta”

Huber


TESTIMONIO DE CARLA AGUIRRE

Hola…

Primeramente quiero agradecer al grupo de confirmación por acogerme, es un grupo muy bonito, integrado por personas buenas y con corazones enormes, a Beatriz por enseñarnos a conocer más a Jesús, a la iglesia, la religión y muchas cosas más.

Ahora os cuento mi pase por el sacramento de la confirmación. Como sabéis las personas que me conocéis y las que no, soy catequista en la parroquia Corazón de María, nunca pensé llegar a serlo, es algo que me llena de orgullo y estoy muy contenta por ello.


El domingo 20 de mayo recibimos el sacramento de la confirmación. Va a ser un día muy importante en nuestra vida cristiana donde nos comprometemos a seguir a DIOS, a pesar de nuestros errores.

También es el comienzo de una vida cristiana donde nos preparamos para convertirnos en soldados de Cristo y para estar dispuestos a luchar de palabra y obra por nuestra FE.

Ha sido muy difícil llevar la vida rutinaria y en ella dedicarle más tiempo de lo normal al Señor, pero ha merecido la pena.

Por mi parte estoy muy contenta de confirmarme y con ganas de mostrar los dones del Espíritu Santo y de comenzar a seguir de verdad a JESÚS.

ME DESPIDO CON ESTA FRASE

Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá. Mateo 7,7-8.


Mi nombre es Luis y soy agricultor en un pueblo cercano a Zaragoza.

Durante este curso he participado en la formación para confirmarme, en la Parroquia Corazón de María.

Fui bautizado de pequeño e hice la primera comunión. Cuando se confirmaron mis amigos no estaba seguro de querer hacerla, por lo que no la hice.

Pasados los años me he dado cuenta que confirmar la fe que me inculcaron mis padres era necesario en mi vida, así como volver al camino de los valores cristianos.

Este tiempo de catequesis con mis compañeros y con Beatriz, me ha servido para refrescar la Palabra de Dios que había escuchado en mi infancia y he aprendido que debo ayudar a los demás como buen cristiano.

Me ha encantado el grupo que hemos formado y echaré de menos los miércoles por la tarde, espero que nuestros caminos en la vida no se separen del todo.

Y por último, mi agradecimiento a todos los que me han ayudado en esta formación.

Luis.

 

 

 

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